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Renta fija

El Tesoro recorta las necesidades de financiación hasta los 100.000 millones

Las emisiones brutas se situarán en los 289.138 millones, la mayor de la historia

Estrategia de financiación del Tesoro en 2021
Gema Escribano

La ministra de Economía y Transformación Digital, Nadia Calviño, lo adelantó el jueves y un día después el Tesoro lo confirmó. En la presentación de la estrategia de financiación para 2021, Carlos San Basilio, secretario general del Tesoro y financiación internacional, señaló que este año las necesidades de financiación se situarán en los 100.000 millones, un 9% menos que 2020 y 10.000 millones que lo recogido en los presupuesto. Las emisiones brutas, la mayor de la historia, alcanzarán los 289.138 millones, 4,4% más que en 2020 pero por debajo los 299.138 millones inicialmente previstos. Como ya señaló la vicepresidenta tercera estos recortes frente a lo recogido en el proyecto de Presupuestos para 2021 han sido posibles gracias a los mayores ingresos tributarios logrados en los últimos meses del pasado ejercicio.

El Tesoro mantiene su estrategia de alargar la vida media de la deuda que cerró el pasado ejercicio en los 7,75 años. Aunque no tienen un objetivo al respecto espera que al cierre del año la vida media de la deuda ronde los ocho años, en sintonía con otros emisores públicos europeos. Para transformar estas expectativas en realidad el grueso de las emisiones corresponderán a deuda a medio y largo plazo. Deducidas las amortizaciones, el Tesoro prevé llevar a cabo emisiones netas de bonos y obligaciones por importe de 90.000 millones, un 8,6% menos que en 2020. Las emisiones netas de letras se situarán en los 10.000 millones, un 12,5% menos.

San Basilio remarcó que el programa de financiación parte de un escenario prudente y requerirá una mayor flexibilidad en su ejecución, debido a las diversas fuentes de financiación de las que dispondrá el Tesoro. A los tradicionales instrumentos de financiación se añadirán los fondos provenientes de la Unión Europea para hacer frente a la pandemia, en concreto los préstamos del fondo SURE y los posibles desembolsos del Fondo de Recuperación Next Generation. El Tesoro prevé que este año se reciban 11.325 millones del fondo SURE, un 13,5% más que en 2020.

Entre las grandes asignaturas pendientes para este ejercicio se encuentra la emisión del primer bono verde soberano. El Tesoro lleva trabajando en esta estrategia desde el pasado ejercicio y aunque 2020 era la fecha prevista para el debut de España en este tipo de deuda, las necesidades de captar recursos con los que financiar las medidas puestas en marcha para paliar los efectos negativos de la pandemia unido a la falta de un presupuesto obligaron a retrasarlo. Está previsto que sea en la segunda mitad de 2020 cuando España emita el primer bono verde, una operación que podría realizarse antes del verano o en su caso para los meses de septiembre y octubre. El objetivo del Tesoro pasa por emitir entre 5.000 y 10.000 millones en una primera referencia a 20 años a través de sindicación. Posteriormente se reabrirá esta emisión con subastas para dotar a esta referencia de una liquidez similar a la del resto de referencias soberanas. En caso de que la operación se produjera en el tercer trimestre, el Tesoro descarta una segunda subasta verde.

San Basilio espera que al cierre de 2021 la carga financiera se sitúe en los 31.000 millones, frente a los 31.675 recogidos en el proyecto de presupuestos y que la ratio de deuda sobre PIB alcance el 117,4%, frente al 118,8 de 2020. Por cuarto año consecutivo el Tesoro hará una transferencia en forma de préstamo a la Seguridad Social para el pago de las pensiones por valor de 14.000 millones.

En 2020 el Tesoro llevó a cabo una intensa actividad para captar los recursos necesarios con los que financiar las medidas puestas en marcha para paliar los efectos de la crisis y financiar el aumento del déficit. Superados los momentos de colapso que vivió el mercado entre marzo y abril, las buenas condiciones de financiación tras la puesta en marcha del programa de compras de deuda del BCE, la mejora en la evolución de los ingresos previstos y las amortizaciones anticipadas de las comunidades autónomas permitieron reducir en 20.000 millones de euros el volumen de financiación finalmente captada. El Tesoro Público cerró su programa con una emisión neta de 109.922 millones de euros, frente a los 130.000 millones anunciados. Se trata del importe más elevado desde 2009. Ese año y coincidiendo con la crisis financiera el Tesoro efectuó emisiones netas por valor de 116.700 millones.

El organismo que dirige Carlos San Basilio efectuó cinco operaciones sindicadas con las que captó 51.662 millones de euros. A pesar del notable aumento de la deuda en circulación, los costes de financiación registraron mínimos históricos. Tras el shock inicial, la vuelta a la calma permitió al Tesoro rebajar el coste de las nuevas emisiones al 0,18% y el de la cartera de deuda en circulación al 1,86%.

Si bien en los momentos de mayor tensión España se vio obligada a pagar por las letras a nueve meses por primera vez desde 2015, las rentabilidades negativas pronto regresaron al mercado, ampliándose el abanico de deuda en negativo de las deuda a los bonos a medio y largo plazo. En la recta final de 2020 el Tesoro deuda a 10 años a tipos negativos por primera vez en su historia. El 51,2% de lo adjudicado a lo largo de 2020 fue a tipos negativos. Las mejores condiciones de financiación permitieron que la carga financiera del Estado se siguiera reduciendo y lograr un ahorro en el pago de intereses de 2.255 millones de euros respecto a 2019.

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Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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