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Temáticas

La inversión sostenible se revela como la apuesta del futuro

La pandemia ha acelerado el interés por la gestión responsable, que ya resulta también más rentable

Getty Images

En el futuro la inversión será sostenible o no será. Se trata del mantra más repetido entre las gestoras nacionales e internacionales. Una predicción que ya se ve reflejada en el impulso que han tomado este año las emisiones de deuda con etiqueta verde o social y en la rentabilidad lograda por los vehículos de inversión con la etiqueta de sostenible, que empiezan a ser más rentables que los convencionales.

2020, sin duda, ha supuesto un antes y un después para la inversión bajo criterios ESG, (criterios ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo, por sus siglas en inglés). “La brutalidad con la que nos ha azotado la pandemia ha abierto los ojos no solo de los ya convencidos, sino de aquellos algo más descreídos al poner de manifiesto la necesidad de dar respuesta a retos que las decisiones centradas exclusivamente en el beneficio económico a corto plazo no pueden dar”, señalan desde Portocolom. Según estimaciones de Deloitte, en 2024 la mitad de los activos gestionados en Estados Unidos serán bajo criterios sostenibles, una estimación a la que la pandemia ha impreso velocidad.

Para Jean-Philippe Desmartin, responsable de inversión responsable en Edmond de Rothschild AM, “la Covid-19 probablemente acelerará la forma en que los inversores evalúan la gobernanza empresarial, particularmente en lo que respecta a la asignación de capital a los dividendos, la inclusión sistemática de criterios ESG en la remuneración de los altos directivos, la posible revisión de los planes de incentivos o los modelos empresariales más sostenibles”.

El Estudio Global de Inversión 2020 de Schroders ya refleja esa tendencia. Un 47% de los inversores mundiales reconoce que invierte en productos sostenibles, frente al 42% de hace dos años. En España el aumento ha sido desde el 38% de 2018 hasta el 45%. Unos números que, sin duda, se apoyan en los buenos resultados.

Por ejemplo, en Europa, el índice MSCI Europe ESG ha superado en rentabilidad al índice MSCI Europe en casi un 4% según Morningstar. También en Europa, los fondos de temática sostenible han rentado de media este año el 15%, frente a la pérdida superior al 2% del Stoxx Europe 600 y en línea con el alza del MSCI World Index.

En 2020 la emisión de deuda sostenible creció el 63%, hasta los 381.000 millones

Las cuestiones de sostenibilidad han tenido un papel protagonista durante la crisis y serán una palanca importante para salir de ella. Los planes de estímulo de Estados Unidos, Europa y China tienen claramente un compromiso con la sostenibilidad. Una de las prioridades son los proyectos ligados a la economía verde y el mercado de capitales está plenamente dispuesto a ofrecer financiación para ello. Ya se vio en la primera emisión lanzada por la UE de su programa SURE de ayuda al desempleo, con una demanda estratosférica. De momento, Alemania, Hungría, Suecia, Luxemburgo y México han emitido en 2020 sus primeros bonos soberanos verdes, y Austria, Italia y España, planean hacerlo en 2021.

Desde 2016 más de 974.000 millones de euros han sido emitidos por entidades públicas y privadas a nivel mundial en bonos sociales, sostenibles y verdes, según Dealogic. Las emisiones exclusivamente de bonos verdes han sido las que más han contribuido a alcanzar este dato. En 2020, de los 381.230 millones emitidos en bonos con la categoría de sostenibles, 201.748 millones han sido verdes.

La tendencia en emisiones bajo criterios ESG siempre ha ido al alza –creció el 63% en 2020– y así se espera que continúe en 2021. Según Citi, solo el mercado de bonos verdes soberanos de la UEM casi se duplicará en 2021, con una oferta proyectada de 52.000 millones de euros. Y Bank of America calcula que las empresas europeas podrían emitir entre 75.000 y 100.000 millones de euros en bonos corporativos sostenibles en 2021.

Un panorama que según Schroders traerá oportunidades excepcionales, en particular, en la energía eólica marina, la red eléctrica, la cadena de suministro de vehículos eléctricos, el ferrocarril, los materiales de construcción y los equipos de calefacción eficientes y la cadena de valor del hidrógeno.

Planes de estímulo multimillonarios

Unión Europea. El Fondo de Recuperación de la UE de Nueva Generación conlleva la integración de la acción climática en todas las políticas y programas, y supondrá 750.000 millones de euros. Mientras, el Plan de Inversiones para una Europa Sostenible (2021-27), implica un desembolso en inversión sostenible de, al menos, 1 billón de euros entre entidades supranacionales públicas y privadas.

Estados Unidos. Biden ha propuesto dos billones de dólares en cuatro años para estimular inversión en energías limpias e introducir a Estados Unidos, de nuevo, en el acuerdo de París. Entre sus objetivos, busca reducir a cero la electricidad de combustibles fósiles para 2035, subsidios eólicos y solares o superar a China como líder en fabricación de vehículos eléctricos.

China. Su Plan Quinquenal 2021-25 pretende promover la transición energética, limitar emisiones de carbono y abordar el cambio climático, con un objetivo del 20% en energía no fósil en su mix energético y emisiones máximas de carbono para 2030. Entre sus objetivos, proyectos de energías renovables sin subvenciones o un 25% de penetración de coches eléctricos para 2025.

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