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Banca

Värde baraja refinanciar la deuda ligada a WiZink tras su desplome en el mercado

El fondo trata con varios asesores una posible operación

WiZink
Belén Trincado / Cinco Días

WiZink trata de buscar una solución a la situación en la que ha quedado tras la sentencia adversa del Supremo. Entre otras alternativas, el fondo Värde, su propietario, baraja refinanciar los 515 millones en bonos que emitió a través de Mulhacen para comprar a Santander el 49% del banco que no controlaba. La deuda cotiza por debajo del 47% del nominal.

Son varios los bancos de inversión y asesores financieros y legales que se han acercado a Värde en las últimas semanas, según fuentes financieras. El guión de todos ellos es el mismo. Proponen al inversor que realice una operación con sus bonos ante el acusado descenso. Una portavoz de WiZink ha declinado hacer comentarios sobre esta información.

Mulhacen, el vehículo de Värde que emitió la deuda que expira en agosto de 2023, comunicó que no habrá problemas de pago, pero sí un cambio. En lugar de pagar con efectivo, abona el interés con más deuda. A cambio, en lugar de abonar un 6,5%, dan un 7,25%. Por ello, pese a que esta posibilidad constaba en el folleto, ha sufrido una rebaja de su rating de cinco escalones por parte de Fitch, de BB- a CCC. Este descenso, sin embargo, no tiene implicaciones para WiZink.

La cotización de estos títulos sufrió un fuerte revés en marzo. Por un lado, fueron penalizados por la eclosión del Covid-19 y el confinamiento de medio mundo. Pero quedaron en la picota cuando el Tribunal Supremo, un par de semanas antes de declararse el estado de alarma, decidió que los altos tipos de interés que aplica esta entidad en sus tarjetas de crédito, de hasta el 27%, son "usurarios". Una sentencia que puso en jaque el modelo de negocio de WiZink.

El banco planeaba una venta privada o incluso una salida a Bolsa. Para ello contaba con Goldman Sachs y UBS como asesores. Pero la decisión del alto tribunal dio con todo ello al traste.

Y también provocó que sus bonos sufriesen un fuerte varapalo. Llegaron a cotizar en torno al 30% del nominal. Y, pese a recuperarse ligeramente en los meses posteriores, aún cotizan con pérdidas de más del 50%. Esta debilidad de la deuda ofrece alternativas. Una de ellas es lanzar una oferta de recompra por debajo del precio de la emisión, pero por encima del que los inversores pudieran obtener al vender los bonos en el mercado. Otra es lanzar una nueva emisión y ofrecer a sus actuales bonistas su conversión por esta.

Y, finalmente, también emerge una posible capitalización de la deuda en acciones. Que los hedge funds que han entrado en los bonos de WiZink tomen el control del banco no es posible, porque los bonos no son de WiZink, sino de Mulhacen, y WiZink no los garantiza con sus activos. Pero aún queda la opción de que capitalicen la deuda en acciones de Mulhacen, una filial que sí tiene derecho a cobrar los dividendos de Wizink.

Cualquiera de estas alternativas mejorará la situación financiera de la firma. WiZink, como ya ha hecho CaixaBank, ha tomado medidas para protegerse de la litigiosidad y ha rebajado sus precios. Si hasta ahora se situaban en el entorno del 27% TAE, ahora ofrece alrededor de un 20%. El Supremo explica que el precio no debe apartarse de la media que publica el Banco de España en este instrumento, en el entorno del 20%.

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