Lagarde tiene problemas con los tipos de interés... reales
La debilidad de la inflación significa que la tasa real está en realidad aumentando, y eso puede impulsar el euro
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, corre para quedarse quieta. Su tipo de interés está en un mínimo histórico. Pero la debilidad de la inflación significa que la tasa real, que se ajusta según los cambios en los precios, está en realidad aumentando. Esto puede impulsar el euro, lo último que necesita Lagarde.
Los precios al consumidor de la zona euro cayeron un estimado 0,3% en septiembre respecto a hace un año, una caída aún mayor que el 0,2% reportado para agosto, según los datos de la oficina de estadísticas de la Unión Europea publicados el viernes.
Factores especiales, incluyendo un recorte en el impuesto al valor añadido (IVA) en Alemania y los menores costes de la energía jugaron un papel importante. Pero es poco probable que las economías dañadas por el coronavirus generen mucha inflación durante algún tiempo.
La zona euro no es el único lugar en el que la baja inflación está empujando automáticamente hacia arriba los tipos de interés reales. Pero el fenómeno es más marcado en el territorio de Lagarde. Significa que las tasas reales de los Estados Unidos están muy por debajo de las de la zona euro, a pesar de que el BCE (a diferencia de la Reserva Federal) ha bajado sus tipos de referencia clave por debajo de cero.
El resultado puede ser un euro en alza, ya que se supone que los tipos de cambio deben seguir las diferencias en los tipos de interés ajustadas a la inflación a lo largo del tiempo. Muchos otros factores pueden hacer fracasar la teoría de los manuales. Pero Lagarde tendrá que trabajar más duro para estimular la inflación si el euro se aprecia, ya que una moneda única más fuerte hace que los bienes importados sean más baratos.
Dependiendo de las causas, un aumento duradero del 5% en un índice ponderado por el comercio del valor del euro podría reducir la inflación entre 0,5 y 0,8 puntos porcentuales después de un año, según un documento de la Comisión Europea visto por Reuters. La Comisión dijo que la moneda única se había apreciado alrededor de un 7,5% sobre esta base entre febrero y agosto.
El BCE no se fija en el tipo de cambio del euro ni trata de manejarlo. Pero sí tiene en cuenta el impacto que sus oscilaciones pueden tener en la inflación, que pretende mantener cerca pero por debajo del 2%.
Dado lo lejos que está el banco central de alcanzar este objetivo, es solo cuestión de tiempo que la política monetaria se suavice aún más. Un euro aún más fuerte no haría más que acelerar la ejecución.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías