La nómina de pensiones sube un 44% en la década pero el número de prestaciones solo un 12%
El hecho de que las nuevas pensiones sean un 25% más altas que las que se dan de baja y la revalorización de las prestaciones impulsan el gasto
El primero de agosto 9.904 millones de euros para pagar la nómina mensual de las pensiones, según los datos facilitados este viernes por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. La cuantía de esta factura mensual marca un récord mes tras mes y es ya un 44% más elevada que la que se abonó al principio de la década, en 2010, cuando pagar las pensiones costaba 6.867 millones mensuales.
Pero este incremento no se ha producido solo por el aumento de pensiones que se pagan, que apenas se ha elevado un 12% en estos diez años. Ahora se abonan 9,7 millones de pensiones a algo menos de nueve millones de pensionistas –casi un millón de ellos cobra dos pensiones a la vez– frente a los 8,7 millones de prestaciones que se pagaban al mes a principios de la década.
Así, hay otros dos factores que influyen en este alza.
Por un lado, la nómina sube también por la revalorización e incremento anual de las pensiones. En los últimos diez años, la contenida subida de las pensiones durante la mitad de la década (que incluye la congelación de 2011 y el Índice de Revalorización, que limitó las alzas al 0,25% entre 2014 y 2016) contribuyó a engrosar menos la nómina (salvo desde 2018, que se vuelven a revalorizar con el IPC).
Pero hay que buscar un tercer motivo de peso en el incremento de la factura mensual de las pensiones y este se encuentra en la cuantía de las nuevas prestaciones de jubilación, procedentes de mejores y más largas carreras de cotización. Así, según los últimos datos homogéneos disponibles la cuantía de las nuevas pensiones de los jubilados del Régimen General que se están dando de alta ahora en el sistema rondan los 1.500 euros al mes, mientras que la cantidades medias que cobran los beneficiarios de jubilación que fallecen son de 1.200 euros. Eso supone que las nuevas prestaciones son un 25% más altas que las que salen del sistema, lo que se denomina efecto sustitución.
Todo esto sitúa el gasto solo en pensiones contributivas en más de 140.000 millones de euros anuales. Pero para ver el impacto de este aumento de la nómina de las pensiones en las cuentas del sistema de la Seguridad Social hay que restarle la merma de ingresos provenientes de las cotizaciones sociales (de donde llegan ocho de cada diez euros de su financiación) debido a la destrucción de empleo por la parálisis económica causada por la pandemia de Covid-19 y el aumento de los gastos en ayudas por la actual crisis.
De momento, y según los créditos ya aprobados por el Ejecutivo en lo que va de año la insuficiencia financiera de la Seguridad Social superará los 45.000 millones de euros.
Los préstamos
Concretamente, el Gobierno ya dio luz verde en mayo a un crédito de 14.000 millones de euros destinado a mitigar la caída de ingresos por cotizaciones y por las exenciones en el pago de las cotizaciones aprobadas para las empresas y autónomos en el caso de ERTE y prestación extraordinaria de cese de actividad.
A esto se suma un segundo préstamo de un máximo de 16.500 millones de euros sin intereses para costear las prestaciones por desempleo de los 3,4 millones de afectados por ERTE. Y, finalmente, se debe añadir el préstamo de 13.800 millones que ya, por cuarto año consecutivo, concede el Tesoro a la Seguridad Social para costear las pagas extra de verano y Navidad de los pensionistas. Esta última cantidad ya se queda corta dado que la nómina mensual ya roza los 10.000 millones de euros y estas pagas casi suman 20.000.
No obstante, el impacto de la pandemia también está frenando el avance de esta nómina de las pensiones, aunque sea, en parte temporalmente. De hecho el incremento interanual de la nómina de las pensiones en agosto fue del 2,3%, situándose en los niveles más bajos de toda la década, incluso menor que en los años en los que solo se revalorizaban las pensiones un 0,25%. Esto está ocurriendo por las cifras históricamente bajas de crecimiento del número de pensionistas (0,22% frente a entre el 1% y 1,5% habitual de los últimos años).
Esto se debe a dos factores: al retraso en las nuevas altas que no se tramitaron durante los meses del confinamiento y a la desescalada por el cierre de las oficinas de la Seguridad Social; así como a la mayor mortalidad de beneficiarios víctimas de la pandemia. Desde enero hasta julio han causado alta 293.752 nuevas pensiones, un 14,8% menos que en el mismo periodo de 2019, mientras que han sido baja 317.669, un 12,9% más que el año anterior por las causas citadas.
De hecho, en abril descendió el gasto en pensiones, para después normalizarse paulatinamente, y en julio la nómina de las pensiones ya creció a ritmos del 2,3%. Así, a lo largo de junio se registraron 49.521 nuevas altas de pensión, un 7,1% más que hace un año y un dato similar al del mes anterior.
Sube la cuantía media de todas las modalidades
El efecto sustitución (mayor cuantía de las nuevas pensiones que entran en el sistema que las que salen) genera aumentos interanuales en todas las modalidades de prestación. Así, la pensión media –que incluye todas las del sistema: jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares–, aumentó un 2,07% interanual en agosto, hasta 1.012,94 euros mensuales. Por su parte, solo la pensión de jubilación subió un 2,15%, hasta 1.164,31 euros (1.500 euros las del Régimen General de asalariados), y la de viudedad se incrementó un 1,97%, hasta 727,04 euros.