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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El turismo, primera industria española, está en un pozo que exige acción

Las ayudas serán inútiles si no se acompañan de mayor coordinación público-privada

CINCO DÍAS

Cuando las cosas están mal, siempre pueden empeorar. Es lo que dicta la experiencia y una máxima que se cumple inexorablemente si no se adoptan medidas rápidas y eficaces para revertir la situación o, cuando menos, hacerle frente. El durísimo impacto de la pandemia del Covid sobre la economía está llevando al sector turístico a un demoledor escenario que ya es más que preocupante. Para mayor drama, en el caso de España lo hace después de cerrar en 2019 el mejor ejercicio de la historia en términos de visitantes y de ingresos.

Exceltur, que representa a 29 de las empresas turísticas más importantes de España, como NH, Meliá, Riu, Globalia, Renfe, Iberia o Amadeus, se ha visto obligado a rebajar drásticamente sus previsiones para el tercer trimestre, la temporada alta, y para todo el año, a causa de los rebrotes del coronavirus y las restricciones impuestas por los principales países emisores de turistas, Reino Unido y Alemania, que además han contribuido a atemorizar al turismo nacional. El lobby turístico ha incrementado en más de 15.600 millones de euros la pérdida de ingresos del sector frente a su previsión de junio, antes de los rebrotes, y cuantifica en 99.000 millones la caída de la actividad, directa e indirecta, al cierre de 2020, un recorte del 65% frente al pasado año.

El impacto sobre el empleo que se anticipa para el final de verano será “de dimensiones inéditas”. A cierre de julio, y en plena temporada, las actividades turísticas ya contaban con 823.000 empleados menos que los 2,2 millones de un año antes, con las agencias de viajes y el transporte como los segmentos más afectados y más de medio millón de trabajadores en ERTE.

Son unos datos devastadores que colocan al primer sector de la economía española como el más dañado, una situación de asfixia que lo hará responsable de más de la mitad de la caída del PIB español en 2020. Paralelamente, Exceltur calcula que España perderá casi 53.000 millones de ingresos en divisas frente al año anterior.

Las empresas demandan que no menos de un 25% de los 750.000 millones del Plan Next Generation de la UE se destinen a apoyar al sector en toda Europa, así como ampliar en España los ERTE de fuerza mayor hasta la Semana Santa de 2021. Las ayudas son necesarias, pero una vez más serán inútiles si no se acompañan de mayor coordinación público-privada y no se pone fin a las políticas dispersas por todo el país que han demostrado insistentemente su fracaso. Solo una política-país coordinada, realista y diseñada eficazmente con la UE ayudará a sacar del pozo a nuestra primera industria.

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