Trump rompe definitivamente el sueño de una internet universal
EE UU siempre criticó el Gran Cortafuegos creado por China, pero ahora sigue sus pasos y purga a las tecnológicas chinas en su territorio
Donald Trump parece haberle cogido el gusto a vetar a empresas tecnológicas chinas. El pasado año lo hizo con Huawei y ZTE, y el pasado viernes con TikTok y WeChat. Al mandatario republicano no parece importarle que estas decisiones contribuyan a elevar las tensiones entre Washington y Pekín, pero tampoco que dichas prohibiciones estén abocando al mundo hacia una internet cada vez más fragmentada. Trump está echando más leña al fuego para que la llamada splinternet o balcanización de internet, hasta ahora impulsada por regímenes autoritarios como China, Rusia, Cuba, Irán o Corea del Norte, sea cada vez más real.
El plan de la Casa Blanca anunciado el pasado miércoles bajo el nombre de “Red limpia” parece dispuesto a purgar EE UU de tecnología china. Según explicó el secretario de Estado, Michael Pompeo, el Gobierno de EE UU insta a las empresas estadounidenses a que se nieguen a poner sus aplicaciones a disposición de los teléfonos fabricados por Huawei y otros fabricantes chinos “no confiables”, y pide que se limite la capacidad de los proveedores de servicios en la nube chinos, como Alibaba o Tencent, para recopilar, almacenar y procesar datos en EE UU.
También trabajan en medidas, según dijo Pompeo, para garantizar que los operadores de China que “no son de confianza” no estén conectados con las redes de telecomunicaciones de EE UU, y para asegurarse que China no pueda comprometer la información transportada por cables submarinos que conecten a su país con el resto del mundo.
Ciertamente, al plan presentado le falta concreción, pero es muy agresivo. Tampoco está claro si es una mera fanfarronada de Trump, o es una mano de póker que quiere ganar a China. Lo que parece olvidársele al presidente de EE UU es que sería conveniente que desde su Administración se aplique siempre la misma vara de medir. “Es muy legítimo que un Gobierno se preocupe por su seguridad nacional y por mantener a sus ciudadanos y empresas a salvo de los espías y la censura china, y tome medidas para ello dada la clarividencia absoluta de que el gobierno chino espía a todos, pero ahí está el famoso Caso Snowden. Que EE UU espíe a todos los gobernantes occidentales está permitido, pero que China espíe no”, como recuerda Fernando Aparicio, CEO de Amvos Digital.
Así las cosas, que haya varias internet parece algo inevitable. El Gran Cortafuegos que estableció China colocando una especie de muro en internet que ha impedido que Google o Facebook, por ejemplo, operen en China, ha sido muy criticado por Occidente. Lo que la mayor parte de la gente no esperaba es que EE UU siguiera el ejemplo de China, aunque las razones que hayan incitado a cada una de estas potencias sean distintas.
Si Microsoft compra TikTok en EE UU podríamos llegar a tener tres TikTok, el de China, el estadounidense y el del resto del mundo
“Es impactante”, decía hace unos días a la BBC Alan Woodward, un experto en seguridad de la Universidad de Surrey. “El gobierno de EE UU ha criticado durante mucho tiempo a otros países por controlar el acceso a internet, y ahora vemos que los estadounidenses hacen lo mismo”, revirtiendo décadas de política cibernética de EE UU. “Algo que parece puede ocurrir si Trump sigue en el poder, lo que no parece tan clara como antes de la pandemia”, señala Aparicio. Se cree que los demócratas tomarían una posición más moderada sobre la tecnología china si vuelven a gobernar.
En cualquier caso, las limitaciones a empresas chinas en el mercado estadounidense o las presiones a socios de EE UU para que también las excluyan es un muy mal precedente, que indudablemente provocaría una escalada en ese tipo de acciones por parte de China, como cuenta Enrique Dans, profesor de Tecnología en la IE Business School. “Lo que ocurre es que China, en realidad, ya tomó la iniciativa en este tipo de acciones excluyendo de facto a las empresas no chinas de su enorme mercado y sustituyéndolas con lo que en principio eran clones. Gracias a eso consiguió varios campeones locales que ahora tienen ambiciones expansivas, y sueña con expandir su interpretación de lo que internet debería ser (una red controlada y en la que todos los usuarios están completamente identificados y caracterizados en todo momento) a todo el mundo. En la creación de splinternet y la destrucción del sueño de internet como red global no hay buenos y malos, todos tienen su parte de responsabilidad”, remarca.
La progresiva balcanización de internet se ha producido por diferentes factores como la tecnología, la política, el nacionalismo, la religión, intereses comerciales u otros intereses particulares. Como apunta este experto, Corea del Norte, Irán, Cuba, China o Rusia tienen ya sus “intranets nacionales” diferenciadas y aisladas de la internet global, mientras otros, como India o la Unión Europea, “plantean prohibiciones o reglas que hacen que muchos proveedores de contenidos no puedan o ni siquiera se planteen ofrecerlos allí”.
Dans señala que las medidas de Trump se justifican por el interés de EE UU en seguir siendo la potencia dominante en el mundo, ya no solo en la red. “Lo que ocurre”, continúa, “es que la estrategia de China, partiendo de una irregularidad como fue el vetar el acceso de empresas de otros países a su mercado, ha logrado consolidar un dominio cada vez mayor en I+D, en crecimiento, en capitalización y en ambición, lo que lleva a que Trump reaccione de manera hostil y a que otros países traten de evitar la sinización de sus culturas y entornos”, resalta este profesor.
TikTok es una muestra de este avance chino y de cómo se va hacia esa internet más dividida. A diferencia de otros titanes tecnológicos chinos, esta app para crear vídeos no es un clon de una plataforma occidental. Su éxito, con todas las pegas que pueda ponérsele, ha sido producto de su propia innovación. China ha pasado de copiar a que la copien. Pero si Microsoft compra finalmente el negocio de TikTok en EE UU, Canadá, Australia y Nueva Zelanda podríamos llegar a tener tres TikTok: uno en China (llamado Douyin), otro en esos cuatro países y un tercero para el resto del mundo, incluido Europa e India.
Esta situación podría beneficiar, al menos en el corto plazo, a Facebook, según Aparicio. “Trump le ha hecho un favor, porque tanto esta diversidad de versiones como su prohibición en EE UU puede llevar a muchos estadounidenses a utilizar Reels, el servicio que ha lanzado Instagram en 50 países y que es una copia de TikTok”.
China ha prometido responder a las acciones de EE UU, pero cabe la opción de que Pekín no haga nada porque considere que Trump tiene ya una fecha de caducidad muy próxima. Lo que resulta triste, en cualquier caso, es que el mundo no sea capaz de ponerse de acuerdo ni en una red como internet. Mal presagio, por otra parte, para nuestro gran desafío inmediato, la emergencia climática, otro proyecto que también necesita de amplios consensos mundiales para poder tener ciertas garantías de éxito.