Iberia y Vueling lanzarán sus ajustes tras el verano guiadas por el pacto en British
La madrileña buscará un mix entre rebajas salariales y salidas, mientras la catalana espera la reactivación del tráfico doméstico para minimizar el ajuste
Las aerolíneas españolas de IAG y los sindicatos se han dado el verano como tregua antes de sentarse a negociar los ajustes que se avecinan. Todos en Iberia y Vueling, desde la dirección hasta el último trabajador de tierra, están pendientes de la evolución del tira y afloja en British Airways. Y la de ayer fue la noticia de un pacto entre la mayor referencia de IAG y sus pilotos. Los 1.255 despidos previstos entre ese colectivo bajan hasta los 270, y se crea una reserva de otros 300 pilotos que seguirán en hibernación para reincorporarse a medida que se recupere la demanda.
Miles de empleados de Iberia y Vueling respiraron más tranquilos al conocer que la amenaza de 12.000 bajas en British podría quedarse en mucho menos. Para ello, los 4.300 pilotos de la británica, representados por el sindicato Balpa, deben ratificar de aquí al día 30 un preacuerdo de rebaja salarial del 20%, que será del 8% en dos años y tenderá a la recuperación de las nóminas de 2019 en el largo plazo.
El potente Balpa aconseja el voto favorable al acuerdo; IAG y su aerolínea estrella rozan con los dedos el deseado tijeretazo al coste laboral para gestionar la recuperación, y el pacto marca el camino de próximas negociaciones en España. El mensaje que llega desde Londres es que el diálogo, y la cesión por ambas partes, da frutos. La propia British mantiene abierto un conflicto con el sindicato Unite, mayoritario entre los tripulantes de cabina de pasajeros, quienes temen hasta 4.000 despidos.
La aerolínea británica baja de 1.255 despidos entre sus pilotos a 270 y una bolsa de 300 efectivos en la reserva
Respecto a los casos españoles, distintas fuentes explican que la aplicación de los ERTE hasta el 30 de septiembre marca el calendario de cualquier proceso, atando de manos tanto a Iberia como a Vueling. Al menos la aerolínea con base en Madrid-Barajas duda sobre la idoneidad, o no, de ampliar los despidos temporales hasta finales de marzo en caso de que el Gobierno termine flexibilizando los ERTE en ese sentido.
Otro condicionante que impone la espera, además de la evolución de la pandemia, es el cambio de los primeros espadas de ambas aerolíneas. Luis Gallego parte el 24 de septiembre a Londres para sustituir a Willie Walsh como CEO de IAG; Javier Sánchez Prieto cambiará la presidencia de Vueling por la de Iberia, y Marco Sansavini saltará desde la dirección comercial de esta última a la presidencia de la low cost catalana. En el entorno de IAG se da por seguro que Gallego ya ha cumplido su etapa en Iberia y que serán Sánchez Prieto y Sansavini quienes pongan los cimientos de las nuevas Iberia y Vueling, respectivamente.
“En IAG impera la tesis de que la adaptación al nuevo mercado debe comenzar cuanto antes, sin fiar el futuro a ayudas temporales”, recuerdan fuentes cercanas al holding, “el problema de las aerolíneas en esta crisis histórica es estructural y las ayudas solo resuelven problemas puntuales o coyunturales”.
Menos envergadura
Si bien es cierto que el entendimiento entre British y Balpa puede servir de guía, ni la legislación británica es la española, esta última más garantista para el trabajador, ni British Airways es Iberia. La firma que dirige Luis Gallego viene de una profunda reconversión, que desde 2012 ha estado jalonada por un ERE forzoso y otros voluntarios. Mientras en British urge perder peso, Iberia ha podido permitirse unos meses de letargo con los ERTE para examinar la situación, buscar certezas y, después, adaptarse.
La compañía ha anunciado que prescindirá de sus 14 aviones A340 de largo radio y que tomará decisiones sobre unos 60 aviones en alquiler en función de cómo avancen la pandemia y la demanda de viajes. La posibilidad de bajar de los 144 aviones en 2019 al entorno de un centenar se traduce en excedente de personal prácticamente en todas las líneas, de una plantilla de 17.000 trabajadores.
“En IAG impera la tesis de que la adaptación al nuevo mercado debe comenzar cuanto antes, sin fiar el futuro a ayudas temporales”, explica una fuente cercana al grupo
Iberia cuenta con una mesa de negociación en la que se ha pactado el ERTE y la futura reestructuración se trataría de nuevo en una mesa conjunta. Una singularidad que no se da en British y que puede dificultar el entendimiento ante los distintos intereses de pilotos, tripulantes de pasajeros (TCP), personal de mantenimiento, de handling o la plantilla de servicios generales.
Vueling, por su parte, afronta la nueva normalidad con ventajas: es la low cost del grupo y sus costes son menores; opera en los mercados de más rápida recuperación, el doméstico y el medio radio europeo, y carece de las voluminosas estructuras de personal de mantenimiento y de handling con que cuentan Iberia y British. Para los 4.500 trabajadores de la catalana puede ser solo cuestión de un retoque salarial.