Luis Gallego pilotará IAG en la 'nueva normalidad' a partir del 24 de septiembre
El grupo de aerolínea prevé retomar parte de sus vuelos a partir del mes de julio
El aplazamiento del ascenso de Luis Gallego al puesto de consejero delegado de IAG concluye el 24 de septiembre, cuando se hará efectiva la marcha de Willie Walsh y el hoy presidente de Iberia tomará las riendas de uno de los mayores conglomerados de aerolíneas del mundo. El momento es de máxima complejidad y Gallego deberá dirigir IAG en un escenario de cambio en los procedimientos, y quizás también en la estrategia, del sector aéreo. Importantes ajustes están ya en ejecución y podrían mantenerse en los próximos ejercicios.
El nombramiento estaba previsto para el pasado 26 de marzo, pero el derrumbe de la actividad motivado por la pandemia del Covid-19 aconsejó dejar cada pieza en su lugar. Con la marcha de Gallego a IAG, el presidente de Vueling, Javier Sánchez Prieto, asumía la presidencia de Iberia, y la low cost catalana pasaba a ser dirigida por Marco Sansavini, actual responsable comercial de la propia Iberia. Se da por descontado que esos cambios siguen adelante.
Willie Walsh se ha mantenido durante lo más duro de esta crisis como CEO de IAG, mientras los presidentes de Iberia y Vueling han dirigido la hibernación de sus aerolíneas y tratarán de despertarlas en las próximas semanas. Walsh ha señalado esta mañana, en el marco de la presentación de resultados del primer trimestre, que IAG planifica "un retorno considerable a las operaciones en el mes de julio como muy pronto, dependiendo del levantamiento de las medidas de confinamiento y las restricciones a los viajes en todo el mundo". Sin embargo, el grupo no prevé alcanzar el nivel de demanda de 2019 hasta al menos 2023. Como medida de protección, las distintas flotas están en tierra y se han reducido los costes operativos en efectivo para abril y mayo desde los 440 millones semanales a 200 millones.
El holding que engloba a British Airways, Iberia, Vueling, Aer Lingus y Level prevé operar al 50% de su capacidad en este 2020, aunque ofrece ese dato con todas las cautelas. La reducción fue del 10,5% en el primer trimestre; en el segundo se espera tener un 90% de la capacidad congelada; la cota será del 55% en tierra en el tercer trimestre, y en el cuarto aún estará recortada un 30% de la capacidad.
Toca ajustar y se reitera esta mañana que habrá tarea "en el conjunto del grupo", tras anunciar la intención de prescindir de 12.000 trabajadores de British Airways, el 28% de la plantilla de la mayor de sus referencias. Otra vía de trabajo es la negociación con los fabricantes de aviones para diferir la entrega de 68 aviones entre 2020 y 2023. De esa cifra, 11 aviones son de largo radio. Al aplazamiento en las compras, la compañía suma el retorno de 20 aviones en alquiler este mismo año tras el vencimiento de los contratos de arrendamiento, estando otros 96 aparatos en el aire ante la finalización de sus alquieres entre 2021 y 2022.
IAG tiene a las distintas marcas trabajando en la "adaptación de los procedimientos operativos para asegurar que los clientes y empleados estén adecuadamente protegidos en este entorno nuevo", ha señalado el consejero delegado. IAG dice estar colaborando con los organismos reguladores en los cambios normativos que van a permitir el regreso de los vuelos: "La industria se adaptará a los nuevos requerimientos de la misma forma que se ha adaptado a los cambios de procedimientos de seguridad en el pasado".
El holding que engloba a British Airways, Iberia, Vueling, Aer Lingus y Level prevé operar al 50% de su capacidad en este 2020
Desplome de los resultados
La pandemia de Covid 19 y las restricciones a los viajes han tumbado las cuentas de IAG hasta el mes de marzo. La compañía declara unas pérdidas de 1.860 millones de euros, frente al beneficio de 135 millones en el primer trimestre del año pasado, según había adelantado la semana pasada y ha ratificado esta mañana ante la CNMV. A las pérdidas operativas, sobre todo producidas en la segunda quincena de marzo tras el confinamiento, se suma un cargo excepcional de 1.325 millones relacionado con las coberturas de combustible y tipos de cambio.
Los precios del fuel se han reducido a menos de la mitad desde el inicio del año, al tiempo que las aerolíneas de IAG han dejado de volar afectadas por la crisis sanitaria. Son estos dos efectos los que han provocado esas pérdidas millonarias en los derivados de cobertura del combustible.
Sin tener en cuenta partidas excepcionales, las pérdidas ascendieron a 535 millones de euros. Según explica en la nota emitida esta mañana Willie Walsh, la mayor parte de las pérdidas del trimestre ocurrieron durante las dos últimas semanas de marzo. La capacidad operada en el trimestre disminuyó un 10,5% con respecto a 2019. Desde finales de marzo esa reducción se ha agudizado hasta el 94%.
Los costes operativos se han reducido de m440 a 200 millones semanales y se negocia con los fabricantes de aviones diferir la recepción de 68 aviones
Tal y como anunció previamente, IAG no va a proporcionar previsiones de beneficios para 2020, aunque espera que la pérdida de las operaciones antes de partidas excepcionales en el segundo trimestre sea "considerablemente peor que en el primer trimestre" dado el "descenso sustancial" de la capacidad y tráfico de pasajeros y ello "a pesar de cierto alivio en los costes de personal derivados de los programas de apoyo salarial de los gobiernos y las diversas medidas adoptadas por la dirección".
Walsh señala que cuando comenzó la crisis del Covid el grupo contaba "con un balance y una posición de liquidez sólidos". Antes de que se desatara la crisis, IAG contaba con un balance y una liquidez sólidas, con tesorería y líneas de crédito no dispuestas que a 31 de marzo ascendían a 9.500 millones de euros, y a 30 de abril se incrementó hasta los 10.000 millones de euros.