Las empresas dan un ejemplo de responsabilidad
Las compañías han dado lo mejor de sí mismas para paliar los efectos de la crisis sanitaria
Si no me equivoco, CincoDías fue el primer diario español de difusión nacional que abrió el periódico con una noticia sobre el coronavirus. Fue el pasado 22 de enero y el titular de portada era: “Alarma en el lujo, las aerolíneas y el turismo por el nuevo virus chino”, con un subtítulo que decía: “La neumonía de Wuhan siembra inquietud en los mercados de todo el mundo”. Ninguno podíamos imaginar entonces que la enfermedad luego bautizada como Covid-19 se convertiría en una pandemia que provocaría millones de contagios y cientos de miles de víctimas mortales en todo el mundo.
En ese momento, la mayoría de los economistas confiaban aún en que el impacto económico del coronavirus sería transitorio y localizado. Aquel 22 de enero arrancaba Fitur y las referencias a un “panorama convulso” que hacíamos en el suplemento especial que dedicamos a la gran feria del turismo se quedaron cortas. La emergencia sanitaria derivó en una crisis económica sin precedentes, con especial impacto, eso sí, en sectores como las aerolíneas y el turismo que destacábamos ese día. El confinamiento, la interrupción del comercio mundial, los cierres de fronteras, las restricciones a la movilidad, el parón de actividad en numerosos sectores, el miedo, la desconfianza y la retracción del consumo han provocado la recesión más intensa que se recuerda en tiempos de paz. Una recesión global que ha golpeado con especial intensidad a España.
Aunque la economía está empezando a crecer ya en este tercer trimestre, y la mayoría de los economistas espera que lo haga con fuerza (siempre que los rebrotes no lo impidan), las heridas que ha dejado esta crisis son muy profundas. Desempleo, déficit público, endeudamiento público y privado son algunas de las secuelas que será muy difícil dejar atrás. Como dice en este mismo número la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, no solo ha llegado el momento de reactivar el país, sino que hace falta un plan de impulso y relanzamiento para recuperar la senda de crecimiento, dar respuesta a los desequilibrios que se han agravado con la crisis y hacer frente a retos como la transición ecológica, la digitalización, la formación o el cambio demográfico. El gobernador del Banco de España ha insistido de forma reiterada en los últimos meses en que hacen falta consensos, reformas y planes a largo plazo para que la economía crezca, se cree empleo, el peso de la deuda baje y las cuentas públicas sean sostenibles.
La mayoría de los países de nuestro entorno han tomado algunas medidas similares para hacer frente a la crisis a corto plazo de modo que la destrucción de tejido productivo sea la menor posible. Proteger a las empresas y a los autónomos es en este momento la mejor manera de proteger a los trabajadores y a sus familias. Sistemas de suspensión temporal de los empleos como los ERTE y medidas para facilitar la liquidez como los avales del ICO han sido acertadas y hay que tener cuidado en no retirarlas demasiado pronto. Pero hacen falta medidas a medio y largo plazo, como facilitar la flexibilidad, no revertir las reformas que funcionan, no malgastar el dinero público, fijar una fiscalidad que prime el crecimiento, afrontar la transición energética, ayudar a las empresas a internacionalizarse, a ganar dimensión y a digitalizarse.
Una de las pocas buenas noticias que ha dejado esta crisis es la enorme responsabilidad y solidaridad con la que han actuado la gran mayoría de las empresas. Los gestores de las compañías han dado prueba de que son conscientes de que las empresas no tratan solo de maximizar el beneficio para sus accionistas, sino que están insertas en una sociedad a cuyo servicio se deben poner cuando hay necesidad de ello.
Los ejemplos son numerosos. Desde las que se han mantenido al pie del cañón, prestando servicios esenciales en los momentos más difíciles de la emergencia médica, a las que han puesto su capacidad productiva, operativa y logística al servicio de las necesidades sanitarias, pasando por las que han hecho cuantiosos donativos o realizado gestos de diferente calado.
Esta revista por el 42 aniversario de CincoDías está dedicada, en parte, a analizar el impacto económico de la pandemia, pero sobre todo a mostrar un buen número de ejemplos en los que las empresas han estado a la altura de las circunstancias y han dado lo mejor de sí mismas para ponerse al servicio de la sociedad. Construir sobre esas sólidas bases de responsabilidad y solidaridad ayudará a que salgamos más rápido y mejor de la crisis.