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El consejero delegado de Lloyds deja los grandes planes para su sucesor

António Horta-Osório dejará el cargo en 2021. Su sustituto deberá aumentar comisiones y tantear fusiones y compras

Efe

El consejo de administración de Lloyds Banking Group ha diseñado un cambio de directivos que evoca el engominado pelo de su jefe. El consejero delegado António Horta-Osório dejará el banco británico, valorado en 23.000 millones de libras, en 2021, nueve meses después de que el futuro presidente, Robin Budenberg, asuma el cargo. Esta transición fluida tranquilizará a los accionistas y dará a Budenberg tiempo para encontrar un sucesor que mejore los ingresos derivados de comisiones y tantee el terreno de las fusiones y adquisiciones.

El mandato de Horta-Osório, que cuando se vaya habrá alcanzado una década de duración, ha sido un triunfo en términos relativos, si no absolutos. Desde marzo de 2011, los inversores de Lloyds han obtenido una rentabilidad, incluyendo los dividendos reinvertidos, de -38%. Es una cifra pésima, pero aún así mejor que el -51% de Barclays y que el -69% del Royal Bank of Scotland. El Brexit, los bajos tipos de interés, las indemnizaciones por ventas fraudulentas de productos financieros y la pandemia han hecho daño a todos. Pero Horta-Osório ha controlado lo que ha podido: el año pasado, los costes de Lloyds representaron el 49% de los ingresos, frente al 59% de media del sector británico, según analistas de UBS.

La transición ordenada del banco mejora sus oportunidades de mantener esa ventaja. Horta-Osório deberá dejar el cargo a mediados del próximo año. El nuevo presidente Budenberg, cuyo nombramiento se hizo público el lunes, entrará en el consejo de dirección en octubre y sustituirá en la presidencia a Normal Blackwell a principios de 2021. Eso da al ex banquero de inversión, que en 2008 ayudó a orquestar el rescate gubernamental de los bancos británicos, entre ellos Lloyds, al menos nueve meses para buscar un sucesor. Entre los posibles candidatos se encuentran el director financiero William Chalmers y Alison Brittain, consejera delegada de Whitbread, que dirigió en su día la sección de banca minorista de Lloyds.

Sea quien sea el elegido por Budenberg, sus aptitudes deberán ir más allá de la habilidad de Horta-Osório para reducir gastos. El mayor reto consiste en encontrar una forma de aumentar los ingresos en un momento en que los bajos tipos de interés comprimen los márgenes de préstamo en productos fundamentales como las hipotecas. La solución obvia es asignar más recursos a la filial aseguradora del grupo, Scottish Widows, y al mismo tiempo potenciar actividades económicas como la gestión de patrimonio. La rentabilidad de Lloyds también le sitúa en una posición fuerte para absorber prestamistas más pequeños, como Virgin Money. Sin embargo, para eso haría falta que los reguladores cambiaran de idea respecto a cualquier nueva consolidación en el mercado bancario británico, ya de por sí concentrado.

Por último, el nuevo consejero delegado tendrá que dilucidar qué aspecto deberá tener la banca minorista en una economía cada vez más digital, y al mismo tiempo resistir la amenaza de las tecnológicas financieras y de gigantes estadounidenses como Amazon.com. Es difícil, pero al menos el consejo de dirección de Lloyds le ha dado al banco una buena oportunidad de encontrar la persona adecuada.

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