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Gestión de personas

COVID-19: movilidad y teletrabajo

Conciliación, productividad y sostenibilidad

Por Víctor Moyano, director de proyectos en Creafutur

Para entender la importancia de lo que está sucediendo actualmente con el teletrabajo, nos debemos remontar no mucho tiempo atrás y entender lo que no pasaba. Ya en 2017, en el estudio de Creafutur “Los ciudadanos y la movilidad en Barcelona” en el que se realizaron entrevistas a 3.000 ciudadanos de la Región Metropolitana de Barcelona, más de la mitad de los trabajadores (54,1%) indicaba que su empresa no les ofrecía ningún tipo de medida de conciliación familiar y, únicamente un 15,2% declaraba que teletrabajaban algún día a la semana. Dos años más tarde, en 2019, en la reedición del mismo estudio en forma de barómetro, los datos obtenidos no mostraban cambios drásticos: un 50,4% mantenía que no le ofrecían medidas de conciliación familiar, mientras que el porcentaje de teletrabajadores apenas variaba (16,7%).

Si hacemos caso de las estadísticas nacionales e internacionales, las perspectivas tampoco eran muy prometedoras. Según el informe de la Comisión Europea, “The Digital Economy and Society Index (DESI)” de 2019, España se sitúa en el quinto lugar entre los países de la UE con empresas con menor nivel de digitalización (por detrás de paises como Bulgaria, Rumanía, Grecia y Letonia). Estos aspectos se confirman con otros datos del INE (2019): únicamente un 60,3% de los trabajadores usan ordenador y sólo un 22,4% de las empresas forman a sus trabajadores en competencias TIC.

Reducción de los niveles de polución

Por todo ello, es remarcable el esfuerzo del sector empresarial para adaptarse a la situación de confinamiento actual. Una situación en la que desde el Gobierno se decretaron una serie de medidas de distanciamiento social que han conllevado una reducción drástica de la movilidad y, consecuentemente de los niveles de polución (NO2) a los que estábamos acostumbrados. La European Environmental Agency, destaca como los niveles de NO2 en Barcelona se redujeron un 40% durante la semana del 14-22 de marzo, respecto a la semana anterior, mientras que en Madrid el descenso fue del 56%.

Además del teletrabajo, del que el Gobierno ya ha anunció recientemente una prórroga de dos meses de la prioridad del trabajo a distancia, habrá que estar atentos a otras medidas potenciales que impacten en los servicios de movilidad. Por ejemplo, en ciudades europeas como Barcelona, París, Milán o Berlín los servicios de micromovilidad, que aseguran este distanciamiento social, están ganando espacio.

Teletrabajo a raíz de la COVID-19

Teniendo en cuenta todo este contexto, desde Creafutur y Esade Creapolis se lanzó recientemente una encuesta a profesionales, con el objetivo de entender cómo se está aplicando el teletrabajo y qué perspectivas tenían una vez pasara el periodo de confinamiento. Este estudio, con una muestra de 385 entrevistas a profesionales que en su mayoría realizan trabajo de oficina (81%) y de la Región Metropolitana de Barcelona (81%), muestra un punto de inflexión respecto al teletrabajo.

Un 83% considera que las empresas sí están preparadas a nivel tecnológico para potenciar el teletrabajo y, casi 7 de cada 10 entrevistados cree que las empresas apostarán por ello una vez finalice el periodo de confinamiento. De la noche a la mañana, se han vuelto casi expertos en el uso de plataformas de comunicación como Zoom, Teams o el mismo Whatsapp.

Previamente al confinamiento, sólo un 33% de los profesionales encuestados en este estudio realizaba algún día de teletrabajo a la semana. Ahora apuestan por ello. Un 89% cree que las empresas deben dar impulso al teletrabajo y, a un 66% les gustaría realizar entre 1 o 2 días de teletrabajo a la semana.

Los profesionales consideran que la proximidad también es importante. Precisamente esta irrupción de las tecnologías digitales y su influencia en las nuevas formas de trabajo, ponen en valor, todavía más el factor “proximidad”. La virtualización de parte de nuestra actividad le da más relevancia, si cabe, al encuentro presencial y a las reuniones cara a cara.

Cuando se habla de teletrabajo, siempre hay quien levanta la duda sobre horarios y productividad. Obviamente, las condiciones del teletrabajo realizado durante el confinamiento no han sido las mejores, principalmente para familias con hijos. Aun así, su nivel declarado de productividad se sitúa sólo a 10 puntos en comparación con los profesionales sin hijos y, en muy pocos casos consideran que su productividad haya sido baja.

¿Qué sucedería si las empresas apostaran por el teletrabajo una vez pase la fase de confinamiento? ¿Qué efectos tendría sobre la movilidad?

Imaginemos un escenario en el que las empresas cuyos trabajadores realizan un trabajo de oficina plantean 1 día de teletrabajo por semana; a priori no parece imposible. Es evidente que veremos un gran impacto en la movilidad, en comparación con el periodo pre-Covid-19: reducciones de tráfico, de contaminación y de niveles de ruido, alrededor de un 20% entre estos trabajadores. Y, ¿sobre los trabajadores? Ahorros destacados en tiempo (~1 hora/día), coste (~40km/día) y, consecuentemente, mejora de la conciliación familiar.

Parece que las bases, aunque forzosamente, están sentadas y, que a nivel tecnológico las empresas están preparadas, ¿apostarán por ello?

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