_
_
_
_
Supervisión

Europa obliga a las empresas a incluir un monográfico del Covid-19 en sus cuentas

Esma insta a que revelen las ayudas públicas y señalen el deterioro de activos

Sebastián Albella, presidente de la CNMV.
Sebastián Albella, presidente de la CNMV.Pablo Monge

La transparencia vuelve a ser el mantra de los supervisores. Las empresas de la Bolsa están sometidas al permanente escrutinio de los inversores y han de ser fiables y leales al proporcionar información. El coordinador de las comisiones de valores europeas, Esma, ha lanzado un aviso a navegantes. Las empresas deberán ser especialmente cuidadosas al contar todos y cada una de las consecuencias de la crisis derivada del Covid-19 en sus cuentas semestrales. Entre ellas, ayudas, deterioros de activos y previsiones de futuro.

El objetivo de ESMA, que hace suyo la CNMV, es que las compañías elaboren las cuentas con información actualizada "de utilidad para los inversores, a fin de reflejar debidamente el impacto actual y previsto de la situación causada por el Covid-19 en la situación financiera, el rendimiento y los flujos de efectivo". Y no solo de lo que ha pasado, sino también de lo que puede pasar: deben proporcinar los principales riesgos e incertidumbres a los que se exponen los emisores.

Una de las cuestiones clave es que sean transparentes con las ayudas de los gobiernos. ESMA insta a los emisores que detallen si han hecho uso de ellas. Por ejemplo, en España, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) con bonificaciones en forma de exoneración de las cotizaciones a la Seguridad Social que paga la empresa entre el 30% y el 100%. O un crédito con el aval del ICO, que blinda para las empresas que no son pymes entre el 60% y el 70% del importe.

El jefe de los supervisores señala también que puede haber surgido un riesgo significativo de que se produzcan ajustes importantes en el valor contable de los activos y los pasivos. En estos casos, ESMA insta a actualizar la evaluación llevada a cabo al final del ejercicio acerca de las hipótesis de futuro y otras causas de incertidumbre en la estimación.

ESMA espera que, al evaluar su capacidad para continuar como empresa en funcionamiento, los emisores tengan en cuenta toda la información disponible sobre el futuro (como mínimo, 12 meses), incluida la rentabilidad prevista y las restricciones para acceder fácilmente a los recursos financieros. También asegura que las renegociaciones de la deuda, nuevos acuerdos financieros o el incumplimiento de los convenios de deuda deben señalarse.

En un documento de ELFA (las siglas en inglés de European Leverage Finance Association), que agrupa a 30 fondos de deuda de toda Europa, se explica que ESMA también pide a los órganos de gestión, administración y supervisión, incluidos los comités de auditoría de los emisores y sus auditores, que tengan debidamente en cuenta sus recomendaciones.

El  objegtivo, según la asociación de fondos de deuda, es asegurar que estos proporcionen información comparable, pertinente y fiable y un nivel adecuado de divulgación y transparencia a los participantes en el mercado. "Dadas las complejidades del entorno actual, ESMA alienta a los comités de auditoría a que mejoren su función de supervisión, fundamental para contribuir a la elaboración de informes financieros semestrales de alta calidad", añade ELFA.

Archivado En

_
_