Las grandes empresas de la Bolsa podrán dar dividendo aunque apliquen un ERTE
La normativa solo vincula a las sociedades que hagan el expediente; las matrices tienen vía libre si la regulación es en las filiales
¿ERTE o dividendo? En algunos casos, ambos. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, fue tajante en su defensa de que las empresas tenían que elegir entre ayudas en forma de exenciones de las cotizaciones de los trabajadores o repartir dividendos. Pero la última normativa de los expedientes de regulación temporal de empleo, que toca el tema de la remuneración al accionista, da margen para que las grandes empresas, como las de la Bolsa, accedan a los ERTE con ayudas públicas sin renunciar a repartir una parte de los beneficios.
La cuestión está en el detalle. La norma publicada en el BOE el pasado 13 de mayo señala que las sociedades que se acojan a este mecanismo para proteger el empleo y que “utilicen los recursos públicos destinados a los mismos” no podrán repartir “dividendos correspondientes al ejercicio fiscal en que se apliquen estos expedientes”. Las empresas cotizadas suelen contar con una cohorte de filiales para desarrollar su actividad. Y, tal y como está diseñada la norma, la restricción solo afecta a la sociedad individual, no a la matriz. Y, además, la prohibición solo se refiere a los resultados del presente ejercicio, no a los del año pasado.
Con todo, una portavoz del Ministerio de Trabajo señala que se estudiará cada caso y que la restricción dependerá de la justificación del expediente. Recuerda que, en el supuesto de que finalmente abonen dividendos, las empresas se exponen a tener que devolver las exenciones de cotización. Léase, tendrán que reintegrar los recursos públicos que hayan consumido. Las empresas, en función de sus circunstancias y de su número de trabajadores, se ahorran entre el 30% y el 100% de las cotizaciones de sus empleados. En Trabajo añaden que la supervisión será máxima.
Pero, de momento, la normativa está escrita, y abre la puerta a diferentes opciones. Varias empresas que han hecho uso de esta herramienta de regulación de empleo aún no han explicado si pagarán dividendo.
Acerinox ha aplicado un expediente de regulación temporal para su fábrica del Campo de Gibraltar (Cádiz). Pero la siderúrgica todavía no ha desvelado qué hará con su dividendo. El año pasado abonó 0,3 euros por acción en junio.
Otro caso paradigmático es el de Ferrovial. Solo una pata de su negocio, la de servicios, se ha visto directamente golpeada por el cierre de la economía. Ha mandado a un ERTE a sus cerca de 2.000 empleados encargados del servicio de a bordo de los AVE, si bien llegó a plantear su despido después de que Renfe pusiese sobre la mesa la no renovación de su contrato.
Así las cosas, la junta de accionistas de este grupo dio luz verde el pasado 17 de abril al pago este 1 de junio de un scrip dividend de 0,31 euros, precio al que adquirirá los derechos de los accionistas que lo soliciten. Ferrovial cuenta con más de 40 sociedades participadas.
Acciona también ha presentado diversos ERTE. Lo ha aplicado al 56% de su filial de mantenimiento de parques eólicos y fotovoltaicos. También en su filial de servicios, Acciona Facility Services, ha ejecutado una regulación temporal de empleo para la plantilla que trabaja para varios fabricantes de automóviles o empresas relacionadas con el sector, como Renault o Michelin. Se ocupa de la limpieza y del mantenimiento. De momento, la cotizada, con más de 70 filiales, recortará a la mitad el dividendo con cargo a 2019.
Un panorama bien distinto se dibuja para las aerolíneas. Con la mayoría de sus aviones en tierra, Iberia ha declarado un ERTE para unos 14.000 empleados, que se extiende también a Vueling o, cuando se complete su compra, a Air Europa. Esta medida impedirá que abone dividendos a su matriz, IAG, que es dueña también de British Airways y la irlandesa Aer Lingus.
En teoría, no hay un impedimento formal de que el holding, que es el que cotiza en Bolsa, retribuya a sus accionistas. Eso sí, la merma de los ingresos del sector complica que tengan efectivo que repartir a sus accionistas. El pasado 2 de abril, IAG retiró, de hecho, la propuesta de pagar un dividendo complementario de 0,17 euros por acción con cargo a los resultados de 2029. Aunque ya había abonado a finales de 2019 0,145 euros por título con cargo a ese ejercicio.
El ICO deja una puerta abierta a la retribución
Avales. Utilizar la liquidez avalada por un máximo de 100.000 millones que ha dispuesto el Ministerio de Economía a través del ICO también limita la distribución de dividendos para las empresas que reciban blindajes públicos a sus préstamos bancarios o a la emisión de pagarés en el MARF. La letra pequeña de la norma solo aplica estas restricciones a que las empresas no utilicen esta financiación para pagar dividendos. Deja la puerta abierta, así, a que lo hagan con parte de los beneficios que obtengan tanto este año como los siguientes. Por el momento, las grandes empresas del Ibex no han necesitado del aval del Estado para recibir préstamos de los bancos, como han sido los casos de Inditex, Iberdrola, Acciona, Ferrovial o Naturgy. En IAG sí ha habido solicitud de liquidez, donde la banca ha condicionado un préstamo de más de 1.000 millones a que el ICO lo avale. Iberia y Vueling, dos de sus aerolíneas, han logrado cerrar así acuerdos de financiación sindicada por parte de la banca por un total de 1.010 millones de euros.