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España ganó 43.450 turistas en el mes que explotó la crisis sanitaria

Febrero tuvo un día más al ser 2020 año bisiesto. Cada día llegaron a los principales destinos una media de 153.000 viajeros.

Turistas en el centro de Málaga.
Turistas en el centro de Málaga.Efe

La crisis del coronavirus va a cortar de forma abrupta los diez años consecutivos en los que el turismo en España renovó cada ejercicio un nuevo máximo histórico. De los 52,1 millones de turistas extranjeros recibidos en 2009 se pasó a los 83,7 millones al cierre de 2019. Un incremento de 31,6 millones en 10 años, a un ritmo anual de incremento de más de tres millones de viajeros al año. Una tendencia que empezó a perder fuerza en julio de 2019 (desde esa fecha hasta enero la entrada de viajeros extranjeros bajó en cinco de los siete meses) y que todavía no se ha frenado en febrero de 2020, aunque sí lo hará en marzo.

Los datos hechos públicos esta mañana por el INE muestran que ese mes llegaron a España 4,4 millones de turistas, lo que supuso un 1% más que doce meses antes y un aumento de 43.450 viajeros en términos absolutos. Todo ello pese a que febrero fue el mes en el que la pandemia generada por el coronavirus explotó en todo el mundo. En primera instancia llegó con fuerza a China, donde se aplicaron las primeras medidas de confinamiento, y posteriormente aterrizó en Corea del Sur. Ya a finales de ese mes empezaron a aparecer los primeros casos y las primeras muertes en Italia y en el resto de Europa.

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La clave que puede explicar este crecimiento imprevisto es el hecho de que 2020 sea año bisiesto y por lo tanto febrero haya tenido 29 días frente a los 28 que tuvo en 2019. Un dato nada baladí si se analizan las cifras de llegadas. Este año llegaron 4,42 millones de turistas extranjeros entre el 1 y el 29 de febrero, lo que arroja un saldo diario que roza los 153.000 viajeros. Un volumen que habría servido para maquillar el ajuste en los flujos turísticos.

En ese repunte de viajeros en febrero ha tenido un peso fundamental Reino Unido, el primer mercado emisor de turistas a España, que experimentó ese mes un crecimiento del 2,4% hasta los 908.000 viajeros, cuando solo un mes antes había retrocedido un 11%. Otros mercados que impulsaron las llegadas a destinos españoles fueron Portugal, con un crecimiento del 21,1% anual hasta los 176.000 viajeros; Países Bajos, con un alza anual del 19,4% hasta los 202.000 turistas, o Bélgica, con una subida del 8,1% hasta los 133.000 pasajeros. Los cuatro mercados ordenaron medidas de confinamiento a la población en marzo, lo que apunta a un desplome sin precedentes de los flujos turísticos para ese mes. En el otro lado, las mayores caídas en febrero se concentraron en Asia, donde se originó la crisis sanitaria, en el que las llegadas se desplomaron un 11,8%.

Si los datos de febrero son han sido tan malos como se preveía, los de marzo serán mucho peores, toda vez que la propagación sin control del virus por España provocó un ajuste del tráfico aéreo, el cierre de toda la planta hotelera y finalmente el confinamiento de toda la población. Y serán el inicio de una serie negativa cuyo final es impredecible al desconocer cómo se resolverá la gestión de la crisis sanitaria. Una situación que podría llegar a ser similar en el turismo se produjo en la Gran Recesión de 2008, en el que la llegada de viajeros cayó por primera vez en julio de ese ejercicio y encadenó 18 meses consecutivos a la baja. En dos años se perdieron casi siete millones de viajeros.

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