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Viajes

El cierre de fronteras frena en seco el alquiler para turistas

Las plataformas detectan un trasvase de oferta al arrendamiento a largo plazo

El alquiler vacacional se ha encontrado de un día para otro sin clientes. El lobby turístico Exceltur fue el primero que anunció hace un par de meses que la oferta de viviendas turísticas en España en las 22 mayores ciudades españolas había caído por primera vez en la historia, pasando de 430.000 a 413.00 plazas.

Pero nadie preveía el cierre abrupto de las fronteras y eso ha provocado que los propietarios que alquilaban pisos para turistas busquen alternativas en el alquiler tradicional. Tolo Gomila preside la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur), que representa a 185.000 propiedades, y confirma que se está produciendo ese trasvase al alquiler residencial, aunque de forma poco representativa.

“El sector está decreciendo por las leyes que regulan y limitan la actividad y en especial porque la vivienda turística ha quedado fuera de la deducción del 60% que se podían aplicar los propietarios en sus declaraciones de IRPF”. En su opinión, la solución pasa por no demonizar a los propietarios de viviendas turísticas “e incentivarlos para que no dejen sus casas vacías”.

Un cambio de tendencia del turístico al residencial que sí han detectado en Badi, la aplicación más usada en España para alquilar habitaciones a largo plazo. “Aquellos propietarios que tenían sus viviendas, especialmente en Madrid y Barcelona, en otras plataformas se están pasando al alquiler a largo plazo. Ya hemos recibido más de 400 peticiones”, recalca Ignasi Giralt, director general de Badi en España, que vaticina que ese traslado se acelerará en los próximos meses por el desajuste entre oferta y demanda. “Cerramos 2019 con más de 500.000 usuarios activos buscando habitaciones y 200.000 anuncios. Al cierre de febrero teníamos 25.000 usuarios activos en Madrid y Barcelona y la oferta se limitaba a 10.000 habitaciones en Barcelona y 7.000 en Madrid”

Adolfo Meras, presidente de Madrid Aloja, asociación que representa a 4.000 apartamentos turísticos en la Comunidad de Madrid, cree que la crisis del coronavirus “acabará de empujar al alquiler tradicional a aquellos que ya tenían dudas sobre la rentabilidad de este alquiler frente al tradicional”.

Para tratar de frenar esa sangría, la plataforma Airbnb anunció ayer que abonaría 227 millones a los caseros afectados por las miles de cancelaciones provocadas por la expansión incontrolada del coronavirus.

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