Los inversores reclaman a las cúpulas de las empresas que se bajen los sueldos
La crisis provocada por el Covid-19 pone en alerta a los grandes fondos; Santander, IAG e Inditex muestran el camino a otras compañías
La peste coronavírica ha puesto en cuarentena a todo el tejido empresarial. Con la economía cerrada casi por completo, las empresas han visto cortada su fuente de ingresos y han puesto en marcha campañas masivas de reducción de costes laborales (a través de ERTE, fundamentalmente) y de revisión de su deuda. Pero esto no es suficiente. Tanto sus propios inversores como sus bancos de cabecera piden a los primeros ejecutivos que den ejemplo en cabeza propia. Reclaman una bajada masiva de sus sueldos y bonus para, al menos, dar ejemplo.
Algunos ya han empezado. La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, y el consejero delegado, José Antonio Álvarez, han renunciado al 50% de su retribución (fija y variable) de 2020 y la compensación de los consejeros no ejecutivos se reducirá un 20%. Pablo Isla, presidente de Inditex, por su parte, recibió por el ejercicio 2019 un 35% menos por decisión propia. Tanto este ejecutivo y como el consejero delegado, Carlos Crespo, se han recortado los bonus en un 50% , debido a la “excepcional situación provocada por la pandemia mundial del Covid-19”, explica el informe anual de los consejeros correspondiente al año pasado. Ayer mismo, el presidente de Iberia, Luis Gallego, anunció que cobrará un 50% menos y el comité de dirección se lo bajará un 45%. También la plantilla que está fuera de convenio verá reducida su retribución un 10%.
La reacción del mercado a estos primeros movimientos ya ha sido positiva. La mayor firma de asesoramiento de voto (proxy advisor) del planeta ISS ya saludado la decisión del Santander, que además ha congelado el pago del dividendo. En una alerta enviada a sus clientes, a la que ha tenido acceso CincoDías, recomienda votar de manera favorable al respecto en la junta que el mayor banco español celebrará el próximo 3 de abril.
Las juntas de accionistas de este año –que, por primera vez, se celebrarán de forma totalmente telemática en muchos casos– serán el gran termómetro para medir a los inversores sobre la recesión que viene, aún de proporciones desconocidas. Borja Miranda, responsable para Iberia y Latinoamérica de Morrow Sodali, uno de los principales proxy solicitors (los que asesoran a las empresas y negocian con los consejeros de los inversores, los proxy advisors) del mundo, resume que están recibiendo multitud de consultas referidas a todas estas cuestiones.
“La situación de emergencia global en las que nos encontramos precisa acciones de este tipo para dar un mensaje al mercado de que los consejos de administración no son ajenos a los problemas que acechan a nuestra sociedad. Los programas de reducción o revisión de costes que desgraciadamente muchas empresas están llevando a cabo deben abarcar a toda la organización; no tiene mucho sentido que una compañía este ajustado el sueldo de sus empleados y que no aplique la misma medida en el consejo de administración”, explica Carlos Sáez Gallego, country head en España de Georgeson, otro de los proxy solicitors más poderosos del planeta.
Por su parte, Juan Prieto, director general del proxy advisor español Corporance señala que este puede ser un buen momento para ajustar los planes de retribución de las empresas. Y apunta a dos claves: que estos planes de incentivos estén anclados en el largo plazo y ligados a unos objetivos concretos.
“Aquellos pagos en acciones de planes pasados que se vayan a realizar ahora, con un precio por acción muy castigado, es de esperar que se recorten para evitar un bonus gigante si se produce la esperada recuperación de la acción”, señala otro directivo de estos asesores. “Esto sería en función del sector y por tanto del impacto del Covid-19 en la cotización”, señala.
Comités de retribuciones
Fuentes conocedoras de la situación añaden que los grandes fondos que están presentes en las empresas de todo el mundo, también en las españolas, invocan que actúen los comités de retribuciones. “Lo lógico, y pese a que no tengan competencias para recortar los sueldos de forma unilateral, es que propongan cambios acordes con la situación extrema que están sufriendo sus empresas”, añade un directivo. Otra posibilidad es meter en el congelador las retribuciones variables que deben abonarse ahora, para poder valorar si se produce la ansiada recuperación en V o el parón se alarga en el tiempo.
Junto a los grandes fondos e inversores, también los bancos piden a las empresas a las que asesoran gestos para allanar la refinanciación de su pasivo. Y los bonus y los dividendos son dos palancas claras. Las compañías buscan así ajustar su estructura de pasivo a una situación inesperada antes de que los compromisos con los bancos salten por los aires.