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La OCDE detecta anomalías en las pruebas del Informe PISA en España

El organismo aplaza la publicación de los resultados

Alumnos en un aula de 4º de la ESO.
Alumnos en un aula de 4º de la ESO.
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Además, la OCDE no descarta que las pruebas de competencias matemática y científica estén también afectadas por este "comportamiento anómalo", aunque en menor medida. Los resultados españoles de estas pruebas sí se publicarán, junto a los del resto de países que participan en el Informe PISA, el 3 de diciembre. Cerca de 40.000 alumnos de 1.102 institutos de todas las comunidades españolas participaron el año pasado en las pruebas del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, conocido como PISA por sus siglas en inglés, que desde el año 2000 evalúa las capacidades de estudiantes de todo el mundo en lectura,  matemáticas y ciencias.

Las pruebas del Informe Pisa están destinadas a alumnos de 15 años, justo cuando se acercan a terminar la educación obligatoria, y se realizan cada tres años. En España, las pruebas se aplican en todas las comunidades autónomas con una muestra ampliada de unos 50 centros en cada región que permitirá obtener resultados autonómicos. La elección de los centros es aleatoria, y del mismo modo se seleccionan, por azar, los 42 alumnos que hacen la prueba en cada instituto.

Según el comunicado de la OCDE, "los datos de España han cumplido los estándares técnicos de PISA y no se ha apreciado ningún error técnico ni manipulación de los mismos", aunque "algunos  atos muestran un comportamiento de respuesta inverosímil por parte de los estudiantes". En concreto, en la prueba de lectura "un número relevante de estudiantes españoles respondieron a una sección nueva de la prueba de lectura (la sección de fluidez lectora) de una forma que era  atente que no representaba su competencia lectora real", explica la OCDE.

"Como esta evaluación se hizo a través de ordenador, las acciones de los estudiantes quedaron registradas y se ha podido realizar un seguimiento de lo que hicieron. En muchos casos, los estudiantes contestaron la sección de fluidez lectora de manera apresurada, empleando menos de 25 segundos en total para responder más de 20 preguntas" y respondiendo "siguiendo ciertos patrones" como "todas sí o todas no", añaden desde la OCDE, señalando que esta representa la principal anomalía de las pruebas.

En otros países, los estudiantes que realizaron este prueba "emplearon por lo general entre 50 segundos y más de dos minutos en contestar esta sección, dependiendo de lo rápido que pudieran leer". La OCDE precisa que "este comportamiento de respuesta" no fue generalizado en toda España, y se ha registrado "sobre todo en determinados centros educativos de algunas zonas" del país que no detalla. "La extensión y concentración de respuestas de este tipo, muy rápidas y siguiendo un cierto patrón, ha tenido lugar solo en España, y afecta a los datos de rendimiento en lectura", apostilla.

"Una vez que conozcamos la extensión del problema en profundidad y comprendamos sus causas y consecuencias, la OCDE decidirá cuál es la mejor forma de publicar los resultados de Lectura en España. Mientras tanto, estos resultados no deben ser hechos públicos ni total ni parcialmente", sentencia la OCDE en el comunicado. El Ministerio de Educación y Formación Profesional, que coordina la prueba en España a través del Instituto Nacional Evaluación Educativa (INEE), ha declinado valorar esta decisión de la OCDE.

En la última edición del Informe PISA, cuyas pruebas se realizaron en 2015, el rendimiento de los alumnos españoles de 15 años mejoraba ocho puntos precisamente en la prueba de lectura, situándose por primera vez por encima de la media de los países de la OCDE y de la Unión Europea. España también subía dos puntos en matemáticas, aunque continuaba por debajo del promedio de la OCDE y de la Unión Europea. En ciencias bajaba tres puntos, quedándose al mismo nivel que la media de la OCDE y ligeramente por debajo de la UE.

Las pruebas de 2015 las realizaron en España 37.000 alumnos de 980 centros de todas las comunidades autónomas en el segundo semestre del año cuando aún no se había implantado la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en Educación Secundaria Obligatoria (ESO), que es la etapa en la que se encontraban los estudiantes examinados, la mayoría del último curso.

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