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Acueo lucha por un sello ecológico para la ostra de Asturias

La firma cultiva la única variedad de este molusco en el Principado

Las ostras se purifican en la depuradora durante dos días antes de ser envasadas.
Las ostras se purifican en la depuradora durante dos días antes de ser envasadas.

“Cuando llegué aquí no sabía nada de ostras. Vine escapando de Madrid”. Eduardo Martín (55 años) es un biólogo que en 1993 dejó su trabajo de oficina por la ostricultura cuando pasó a formar parte de la empresa Acueo.

Hoy, el pionero en este sector en Asturias muestra con orgullo la bandera de la ostra del Eo desde Castropol por toda España. Hablamos con el director sobre el comienzo de la temporada de siembra, sobre la influencia francesa, sobre el futuro del ostriturismo y de su lucha para conseguir el sello ecológico.

Tiempo de siembra

Estamos en el extremo occidental del Principado de Asturias, bañado por la ría del Eo. La bajamar ha vaciado este estuario protegido y ha descubierto las miles de parrillas de cultivo de la empresa Acueo que colonizan la ensenada desde hace 25 años. “Los franceses son los auténticos pioneros. Aún nos queda mucho por aprender”, explica el ostricultor. Si en el mundo del vino se celebra ahora la vendimia, en el de la ostra se celebra la siembra. “Empezamos ahora un proceso muy bonito”, apunta.

Acueo acaba de recibir una remesa de 500.000 ostras traídas desde Vendée (Francia). Es la hora de empezar a criar estos pequeños moluscos de cinco milímetros que en dos años se convertirán en una ostra adulta de ocho centímetros lista para degustar. “La que cultivamos en Asturias es la especie Crassostrea gigas”, señala Martín, para diferenciarla de la ostra plana, tradicionalmente asociada a Galicia. En el Eo apuestan por la variedad más extendida en Francia, natural de zonas como Arcachón o Normandía.

El director cuenta que en la ría cultivan alrededor de un millón de ostras de manera extensible y sostenible, ya que se alimentan exclusivamente del fitoplancton que les proporciona este ecosistema. Sacan cada semana unas 3.000 unidades de forma artesanal.

La empresa

Acueo es una sociedad limitada cuyo propietario y director es Eduardo Martín, con una participación del 70%. El 30% restante lo controlan algunos familiares. La empresa factura una media de 150.000 euros anuales a través de la venta directa a hostelería y particulares nacionales. “Todas las ostras que producimos las comercializamos a través de la web”, añade el propietario.

Las previsiones de Martín pasan por aumentar la producción en los pró­ximos dos años, si no se da una mortalidad importante en el molusco. “Hemos incrementado un 20% nuestra capacidad de sembrado para cumplir este objetivo”.

De Castropol al mundo

“Queremos acercar la ostra a la gente”. Eduardo Martín y Nuria Núñez, responsable del apartado comercial, desarrollan, a través de la plataforma Ostraemos, proyectos para mostrar la ostricultura sin los clichés de producto exclusivo.

Aprovechando el auge del turismo gastronómico, van a habilitar para la próxima temporada su ­local para la venta directa de ostras. También realizarán catas y explicarán los procesos durante todo el año.

Una larga batalla

Este otoño, las ostras de Acueo podrán lucir el sello ecológico. “Estamos finalizando el proceso para conseguir la certificación. En las próximas semanas prevemos empezar a comercializar nuestro producto con esta garantía”, comenta el acuicultor.

Después de un proceso de cinco años de espera, han logrado este reconocimiento que, según describen, dará un valor añadido a sus ostras y les permitirá diferenciarse y competir en el mercado internacional.

Claves

Ostraemos. Es la plataforma a través de la cual desarrollan proyectos para conectar la ostricultura con las personas, mostrando el entorno protegido de la ría del Eo. Desde Castropol, el ostriturismo de Acueo ya ha llegado a ferias y mercados gastronómicos de toda España. De hecho, uno de los objetivos a futuro de la empresa es crear un punto de venta fijo en Madrid debido su buena aceptación.

Instalaciones. Acueo dispone de una pequeña nave de 60 m2 donde se encuentran las oficinas, la recepción de clientes y el almacén. En este lugar desarrollarán la próxima temporada la venta directa, además de explicaciones y catas maridadas. El parque de cultivo de ostras tiene una extensión de tres hectáreas sobre la ensenada de la Linera en Castropol. Es una concesión del Principado de Asturias. Para el uso de la depuradora, la empresa paga una tasa a la Dirección General de Pesca de la comunidad.

En cifras. La compañía factura una media de 150.000 euros anuales y produce 20 toneladas de ostras (200.000 unidades) al año. Cuenta con tres trabajadores fijos y dos colaboradores ocasionales para ferias o eventos.

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