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Financiación al consumo

Las tarjetas de crédito a plazos recortan su tipo interés a mínimos de 2011

Las entidades cobran de media un 19,78% por los préstamos 'revolving', casi tres veces más que por un crédito al consumo

Tipos de interés de las tarjetas 'revolving'

La recuperación económica impulsó la mejora del consumo de los hogares y con ello el repunte de los intereses que la banca cobraba a los consumidores que optaban por pagar con tarjeta y aplazar sus compras en varias mensualidades. Bajo la promesa de cómodas cuotas, las entidades financieras comercializan tarjetas de crédito que en su letra pequeña cuentan con intereses que en algunos casos superan un interés del 25% TAE.

Los datos recopilados por el Banco de España, que proporcionan un promedio de todas las nuevas operaciones, constatan que hace cuatro años, en julio de 2015, el tipo de interés medio TEDR –equivalente al TAE pero inferior a este puesto que excluye las comisiones– alcanzó el 21,28%, máximo histórico de toda la serie elaborada por el regulador, que arranca a mediados de 2010. Una tasa que según los últimos datos, correspondientes al mes de julio, se ha reducido hasta el 19,78%, lo que supone un descenso de 150 puntos básicos desde máximos, y que se sitúa en niveles no vistos desde febrero de 2011.

Desde finales de 2015, las entidades financieras han venido recortando los tipos de interés que cobran por los préstamos revolving, que son aquellos que se ofrecen habitualmente a través de las tarjetas de crédito y que permiten aplazar los pagos. Pero ha sido desde el pasado diciembre cuando se han registrado los descensos más acusados, al encadenar bajadas del entorno del 4% interanual cada mes.

Entre las causas de este descenso están las señales de alerta dadas por el Banco de España a los consumidores a principios de este año. El organismo supervisor presidido por Pablo Hernández de Cos puso en marcha un simulador en su portal de internet (Clientebancario.bde.es) para advertir a los ciudadanos de los riesgos asociados a contratar un préstamo revolving y de acabar en un laberinto de deudas impagables.

Así por ejemplo, para un préstamo de 5.000 euros al tipo medio actual del 19,78%, el consumidor tendrá que pagar un total de 1.117 euros en intereses si se fija una cuota mensual de 250 euros, con lo que terminará de pagarlo en dos años. Si en cambio reduce la cuota a 150 euros al mes, los intereses se disparan hasta suponer casi la mitad del préstamo (2.315,1 euros), con lo que tardaría cuatro años en abonar el importe.

A partir de esa cifra, cualquier disminución mínima de la cuota mensual aumenta los intereses hasta cifras estratosféricas: con una mensualidad de 100 euros, tendría que devolver más dinero por los intereses que el propio préstamo (5.632 euros) y no conseguiría saldar su deuda hasta pasados ocho años. Con 10 euros menos (una cuota de 90 euros), pagaría casi el doble de intereses que de préstamo (8.619 euros) y tan solo se liberaría 13 años después. No es hasta una cuota de 80 euros cuando el Banco de España advierte de que la deuda puede llegar a ser perpetua. “Atención: con esta cuota la deuda se convertirá en indefinida e incluso irá aumentando con el tiempo”, lo que hará imposible satisfacer el pago del préstamo, alerta el supervisor.

A diferencia de otros países europeos, en España no existe un límite al cobro de intereses con tarjetas revolving. Sin embargo, a finales de 2015 –año en que se registraron los máximos históricos– el Tribunal Supremo sentó doctrina al anular por usurero un préstamo sujeto a un 24,6% TAE por ser “notablemente superior al interés normal del dinero” y considerarlo “manifiestamente desproporcionado” para las circunstancias del caso.

Desde que hace nueve años el Banco de España inició la estadística de los tipos de interés, aquellos aplicados a tarjetas revolving siempre han sido al menos el doble de elevados que los que rigen sobre el crédito al consumo al uso, que ha oscilado entre el 7% y el 9%. No obstante, en noviembre del año pasado, el tipo de interés de los primeros llegó casi a triplicar el de los segundos –del 19,99% frente al 6,75%, 2,96 veces más–. Los últimos datos de julio recortan ligeramente esa distancia, pero sitúan al interés del crédito revolving como 2,72 veces más caro.

Batalla legal contra la usura

Miles de pleitos en marcha. Tras los innumerables casos de hipotecas con condiciones abusivas que colapsaron –y siguen colapsando– los juzgados, como sucedió con las cláusulas suelo o con el índice IRPH, la banca vuelve a verse en los tribunales pero esta vez a causa de los elevados intereses aplicados a las tarjetas revolving. Después de que algunos pequeños despachos de abogados empezaran a ganar demandas y de que el Tribunal Supremo sentara jurisprudencia en 2015, otros bufetes especializados en litigios masivos, como es el caso de Arriaga Asociados, se han sumado recientemente a tramitar estas reclamaciones.

WiZink, una de las más afectadas. Hace dos semanas se conoció que esta entidad bancaria especializada en créditos a través de tarjetas había cuadruplicado el número de demandas interpuestas por usura durante el primer semestre, pasando de 414 en el mismo periodo de 2018 a las 1.502 de este año. Por esa razón, la entidad ha provisionado para este primer semestre 25 millones de euros por causas judiciales, cuando para todo 2018 apenas reservó 17 millones.

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