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INVERSIÓN

Benefíciate del interés compuesto para multiplicar tu dinero

Reinvertir los intereses que nos van generando nuestras inversiones nos permitirá cumplir con éxito nuestros objetivos

¿Sabemos cómo nos ayuda el interés compuesto cuando invertimos nuestro dinero? Según la Encuesta de Competencias Financieras que elaboraron el año pasado el Banco de España y la CNMV, menos de la mitad de los encuestados sabían qué es el interés compuesto y, sin embargo, es un de los factores que más hace por nuestros ahorros.

Como ya hemos comentado en anteriores posts de este blog, cuando queremos invertir nuestro dinero para el largo plazo, con vistas a un objetivo lejano como puede ser la jubilación, el tiempo es, sin duda, nuestro mayor aliado. Al tener un amplio horizonte temporal de inversión tenemos más probabilidades de conseguir la rentabilidad que necesitamos porque podemos asumir más riesgo con nuestras inversiones al tiempo que mitigamos los efectos de la volatilidad en el corto plazo, pero, sobre todo, porque multiplicamos los beneficios del interés compuesto.

La magia del interés compuesto

Albert Einstein decía que el interés compuesto es la mayor fuerza del universo, pero ¿en qué consiste exactamente? El interés compuesto lo podemos definir también como el interés del interés porque lo que hace es reinvertir los intereses que nos van generando nuestras inversiones.

De esta forma, al invertir desde joven en un fondo de inversión o en un plan de pensiones multiplicamos el efecto del interés compuesto: sin necesidad de incrementar nuestro esfuerzo de ahorro anual, nuestra cartera va creciendo exponencialmente porque se reinvierte periódicamente la ganancia. Es decir, cada año, el capital que invertimos es mayor porque los intereses que se van generando se suman al capital inicial para producir más intereses y así, sucesivamente.

Vamos a ver con cifras la diferencia entre invertir mediante capitalización simple -sin reinvertir los intereses que nos genera nuestra inversión- y capitalización compuesta.

Si invertimos 20.000 euros, a un objetivo de rentabilidad del 5%, dentro de 20 años tendremos casi 27.000 euros si invertimos con capitalización simple y cerca de 36.000 euros- actuales en los dos casos- si lo hacemos mediante capitalización compuesta. Es decir, con el interés simple nuestro capital inicial se eleva en un 35% y mediante la capitalización compuesta la cantidad final que obtenemos es casi un 80% superior. ¿El motivo? En el primer caso, el 5% de rentabilidad se ha aplicado cada año sobre los 20.000 euros iniciales, mientras que, en el segundo caso, al no retirar los intereses que obtenemos y reinvertirlos, ese 5% de rentabilidad se ha ido aplicando sobre el capital inicial más los intereses que se han ido sumando -por ejemplo, el segundo año el 5% se ha aplicado sobre 21.000 euros y no sobre 20.000 y así, sucesivamente-.

El interés compuesto y el plazo

Como acabamos de ver, el interés compuesto nos ayuda a que nuestro patrimonio crezca de forma más rápida y a que la rentabilidad final que obtengamos sea mayor. Aquí, además, debemos tener en cuenta que, a mayor plazo de inversión, más notaremos las ventajas del interés compuesto porque reinvertir las ganancias que vamos obteniendo en el largo plazo es, sin duda, lo que más nos puede ayudar a la hora de conseguir la rentabilidad final que necesitamos para cumplir nuestros objetivos.

Así, si esos mismos 20.000 euros los dejamos durante el doble de tiempo invertidos, es decir, durante 40 años, y a la misma rentabilidad, la cuantía final que obtendríamos gracias al interés compuesto sería de 63.766 euros -actuales-, casi un 200% más que nuestro capital inicial.

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