Las ventas de coches usados se ralentizan y abocan al mercado a un año plano
Las transacciones de segunda mano apenas crecen un 1,3% a julio Los turismos de hasta cinco años de antigüedad suben un 15%
Las últimas estadísticas sobre coches de ocasión han confirmado el temor de fabricantes y concesionarios: las ventas se ralentizan y, a menos que el Gobierno despeje las dudas sobre el diésel y refuerce con estímulos el tirón de los usados más jóvenes, el mercado cerrará el año en tablas.
Es la conclusión a la que llega la asociación nacional de vendedores de vehículos Ganvam tras analizar los datos más recientes facilitados por Ideauto, según los cuales, las ventas de turismos de segunda mano crecieron en los siete primeros meses del año un débil 1,3% respecto al mismo período de 2018, con un total de 1.278.957 unidades. El repunte es demasiado pequeño y prolonga la parsimonia del primer semestre.
Después de crecer en los primeros cuatro meses del año un 4%, las ventas de turismos usados empezaron a frenarse en mayo, cuando el sector acusó la incertidumbre generada por las restricciones al diésel.
En el conjunto del primer semestre, el mercado se mantuvo plano en el millón de unidades, inercia de la que los resultados de julio apenas han conseguido sacarla, por lo que, según Ganvam, “no puede hablarse de un cambio de dirección”.
Motores
El trasvase de los compradores de una motorización a otra también es notoria en el mercado de ocasión. Al mes de julio, las ventas de diésel bajaron un 1,2%, mientras que las de gasolina subieron un 5%, con más de 457.500 unidades. Los eléctricos, entre tanto, apenas suponen el 0,1% del mercado, pero ya empiezan a asomarse. De enero a julio registraron más de 1.300 operaciones, un aumento del 90%.
“Lo que estamos viendo es una ralentización. Si esta tendencia no se invierte en los próximos meses, parece poco probable que consigamos cerrar el año en positivo, más bien me inclino por un mercado estable”, comentó a CincoDías Raúl Palacios, presidente de Ganvam.
En opinión de Palacios, el segmento de coches usados solo se recuperará si se despejan las incertidumbres sobre los motores tradicionales y se incentiva la compra de vehículos de hasta cinco años de antigüedad, que son los que actualmente tiran de las ventas, con una subida en el acumulado a julio del 15%.
La mayoría llegan a los concesionarios procedentes de las firmas de renting, que renuevan sus modelos cada cuatro años, y atraen a los compradores por su buena relación calidad-precio. Un Seat León de 2014, por ejemplo, puede costar un 34% menos que uno nuevo, según Coches.com.
El mercado, sin embargo, está polarizado entre estos vehículos jóvenes, que suponen ya una tercera parte de las ventas, y los de más de 15 años, que concentran el 30% del total y que entre enero y julio crecieron un 6%, superando las 390.000 unidades.