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Cómo invertir en bitcóin y qué tener en cuenta

Antes de decidirse por invertir en criptoactivos, los inversores deben tener en cuenta algunas cuestiones como dónde comprarlos, su futuro almacenamiento, los riesgos de perder toda la inversión o de sufrir un fraude y su fiscalidad

REUTERS
Fernando Belinchón

A pesar de su consabida volatilidad, invertir en criptodivisas ha resultado ser una opción atractiva para diferentes tipos de inversores. Entre ellos, se encuentran los que operan en el corto plazo buscando una rentabilidad prácticamente inmediata, aquellos que confían en el futuro de las criptodivisas a largo plazo y los que sin contar con un conocimiento especializado, se suben al carro de las criptomonedas en medio del movimiento que se está generando a su alrededor.

“Se trata de una inversión arriesgada, por lo que los compradores deben estar preparados para el peor de los casos: el de perder todo su dinero, especialmente, si operan con criptomonedas más pequeñas”, advierte Clement Thibault, analista senior de Investing.com. Por su parte, la CNMV advierte que la ausencia de mercados equiparables a los organizados de valores sujetos a regulación puede dificultar la venta de criptomonedas y que en este tipo de activos, “existe un alto riesgo de pérdida o fraude”.

La compra de estas divisas no se efectúa a través de plataformas tradicionales como en el caso de otros activos que están disponibles para su contratación en diferentes formatos y entidades financieras. Las criptodivisas se adquieren principalmente a través de los exchange, una suerte de casa de cambio virtual especializada en la compraventa de criptomonedas. Dentro de los exchange, hay varios tipos de plataformas. Por un lado, existen los que actúan a modo de intermediario, donde se puede vender o comprar las monedas al precio de cotización. Por otro lado están los brokers de criptomonedas, que funcionan al más puro estilo de las casas de cambio tradicionales al fijar ellos el tipo de cambio. Por último, están las casas de negociación, donde varios particulares se ponen de acuerdo para intercambiar sus monedas al precio que fije cada operador.

En las criptodivisas no es extraño que los exchanges experimenten problemas que dificulten las operaciones. A la falta de liquidez registrada en ocasiones, se le suman los frecuentes ataques informáticos y los ceses de actividad por parte de estos operadores de mercado.

Además de un sitio donde comprarlas, en el caso de las criptodivisas también es necesario contar con un lugar donde almacenarlas. Aquí es donde entre otras opciones, entran en juegos los llamados wallets. Se tratan de sitios web accesibles desde cualquier navegador que guardan las diferentes criptomonedas que tenga en propiedad un inversor. Más allá de este tipo de billeteras, las más cómodas y a la vez las más inseguras, las criptomonedas pueden almacenarse de forma local en el propio ordenador o incluso en hardware como por ejemplo, un disco duro o un pendrive.

Los inversores interesados también tienen la oportunidad de acudir a plataformas o firmas de inversión para que operen en este mercado en su nombre. Y es en este punto donde una vez más deberían de extremarse las precauciones.

“El fraude en las criptodivisas es todo un mundo, con una gran cantidad de casos que dependen de la plataforma, pero con otros que tienen su origen en los sistemas o en el propio desarrollo de la moneda”, explica el especialista en criptomonedas de Abogados In Diem, Ángel José Del Pino Ibáñez. “Hay fraudes que van de un simple hackeo de los equipos informáticos y el robo de las criptomonedas hasta desarrollos más sofisticados como es la creación de aplicaciones que sirven para gestionar criptomonedas que de una forma u otra acaban captando el capital invertido”, prosigue el experto.

Más allá de las consideraciones a la hora de adquirir estos activos, también hay que tener en cuenta su fiscalidad. “Las criptomonedas en España están gravadas como cualquier otro activo financiero, el inversor compra y vende, si fruto de ello se genera una plusvalía, está sometida a una presión fiscal que se declara en la Renta”, explica Del Pino. 

Cryptoder: la plataforma con sede en España que dejó a sus inversores sin nada

Cryptoder se definía a sí misma como “una empresa española líder en criptomonedas que permite la compra y venta de 20 criptodivisas de forma sencilla, rápida y segura”. Frente a esta definición, una parte de los inversores que confiaron en la plataforma para operar en este mercado terminaron perdiendo su dinero y se encuentran inmersos en un proceso judicial.

Según cuenta el experto de Abogados In Diem Ángel José del Pino Ibáñez, la empresa se ganó la confianza de los inversores al situar su sede en Valencia y simular de una imagen de fiabilidad. Finalmente, Cryptoder acabó declarándose en concurso de acreedores y recibiendo múltiples demandas incluso por la vía penal.

Presuntamente, la plataforma llegó a amenazar a sus usuarios con denunciarles a la Guardia Civil por blanqueo de capitales. “En algún caso que llevamos nosotros no había movimiento, ni soporte, ni cantidad, ni ningún indicio de blanqueo de capitales, y sin embargo ellos presuntamente advirtieron de que iban a proceder a eliminar la cuenta del cliente evitando que se produjera una retirada de las criptomonedas”, explica Del Pino. “Lo que pasó es que no permitían el reintegro de las criptomonedas”, añade.

‘Initial Coin Offering’, otra forma distinta de invertir en criptodivisas

Las empresas que buscan financiación tienen un ábanico de opciones a su disposición. Con la llegada de las critptomonedas, apareció una nueva modalidad. Las compañías que lanzan una Initial Coin Offering (ICO) crean su propia criptodivisa que distribuyen entre los inversores a cambio de dinero. En teoría, la evolución del precio de la moneda se basa en el desarrollo del proyecto empresarial, pero en algunos casos no ha sido así.

La CNMV distingue entre dos tipos de ICO, las que se consideran como valores negociables y las que no. Para diferenciar entre ambas clases, el supervisor se guía por una serie de criterios como que las monedas ofrezcan derechos sobre otros activos financieros o que no exista una correlación razonable entre el precio de la moneda y la evolución del negocio. En el caso de que una ICO sea considerada un valor negociable, debe de cumplir una serie de normativas que obligan entre otras cosas a informar de forma realista a los potenciales inversores sobre sus riesgos y características.

En España no ha habido por el momento emisiones de ICO. Las empresas eligen países con una regulación más “propicia” para las emisiones, como por ejemplo, Suiza.

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Sobre la firma

Fernando Belinchón
Madrid. 1994. Máster en periodismo económico por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactor de la Mesa Web de CincoDías. En el periódico desde 2016.

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