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Josep Coll: “Spotify ha empobrecido la industria”

El emprendedor lanzó la empresa para frenar la piratería

MARTA JORDI

Tiene alma de roquero, además de la carrera de Derecho. A sus espaldas, siete discos publicados en diferentes grupos: Discípulos de Otilia, Sin Papeles, y el último, Gospel Punk. El fundador y expresidente de Red Points, Josep Coll (1972, Sant Feliu de Guíxols, Girona), asegura que el secreto del éxito es aplicar los valores de este género musical a su faceta como emprendedor: libertad, lealtad y respeto. Trabajaba como asesor jurídico en la industria musical cuando los niveles de piratería se dispararon debido al nacimiento de nuevas plataformas y sus clientes empezaron a cerrar. “Pensé que si conseguía una solución para estos contenidos ilícitos, esto sería un negocio”, comenta. Así, tras una inversión de 3.000 euros, nació Red Points, una tecnología para rastrear y eliminar material irregular de la red. Ahora, diez años más tarde, el ejecutivo, ya fuera de la compañía, trabaja en su nuevo proyecto.

R. ¿Cómo es dejar la empresa que se ha fundado?
R. No es nada fácil, pero cuando una compañía tiene siete rondas de financiación, como es el caso, llega un momento en el que el coche ya no es tuyo, y lo que atrae es conducirlo. Es un proceso normal en el mundo de las startups, llega un momento en el que el fundador tiene que salir. Los emprendedores somos arquitectos de edificios y yo creo que la obra de Red Points estaba acabada. Ahora tienen un equipazo y están creciendo mucho.
R. ¿Han contribuido las nuevas plataformas digitales a reducir la piratería?
R. Al principio de la piratería mucha gente de la industria estaba a favor, pero con el tiempo se ha demostrado que solo trae miseria. Ahora solo puedes escuchar lo que hay en Spotify, como Netflix, y es muy flojo. Los grandes distribuidores han empobrecido el sector porque el reparto no es equitativo, los artistas ganan muy poco con cada reproducción. La cultura independiente se ha quedado muy resentida. Hay que buscar otras fórmulas. Para mí, YouTube es un ejemplo de una plataforma que sí que ha hecho un buen modelo. Antes había mucha gente que vivía del arte, ahora hay personas que están muy bien y otras que se mueren de hambre.
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R. ¿En qué va a consistir el próximo proyecto?
R. Mi nueva startup va a ayudar a las personas a eliminar sus propios contenidos. Me parece algo muy grave. Quiero darle el poder a la gente. Si alguien fue marine hace 10 años y ahora es pintor, puede no querer que salga su pasado en la red. Es un tema de derecho al olvido, de protección de menores, de la intimidad de las mujeres… También de que si alguien comete un delito y cumple, no siga figurando en todas partes. El fin es controlar las primeras páginas de los buscadores.
R. ¿Y las redes sociales?
R. También. Nos tenemos que acostumbrar a que si yo solicito que se elimine un vídeo, se saque inmediatamente de la plataforma. ¿Cómo lo van a hacer? No lo sé, si a mí me dan las llaves, lo hago yo con mi tecnología, si no, se tienen que encargar ellos.
R. ¿Por qué no se dan herramientas desde las propias plataformas?
R. El tema es que se dan, pero nosotros tenemos una línea más directa con ellos para que todo vaya más rápido. Aquí está el secreto. Mi obsesión es bajar al máximo el tiempo entre que una cosa se detecta y es eliminada.
R. ¿Se le pueden poner límites a algo tan amplio como internet?
R. Sí, totalmente, ya lo hemos hecho en el cine. Se puede hacer perfectamente, pero tienes que poner el foco en un caso concreto. Así logras que no aparezca en los buscadores y todo lo que no se encuentra no existe. Por supuesto que se le pueden poner puertas al campo y lo hemos demostrado. Estamos en la prehistoria de la lucha contra ello, pero esto va a ir a más y vamos a controlar a la bestia.
R. ¿Qué es controlar internet?
R. Que puedas eliminar las fotos que subieron tus padres cuando eras pequeño, las de tu expareja, que no aparezca en la primera página de Google algo de tu pasado que no te deja trabajar... Los buscadores indexan lo peor de ti. Todo esto va de menos a más, nadie se acuerda de lo que pasó hace un tiempo. La cantidad de cosas que se cuelgan en internet es tan bestia que en tres días se olvida. Para mí es perfecto porque ahí es donde entramos. Cuando pase el huracán, la gente podrá rehacer su vida.
R. ¿Dónde queda aquí el derecho a la información del resto?
R. Nuestra startup tendrá dos principios fundamentales: no vamos a poner nuestra tecnología al servicio de ningún partido político y tampoco lo vamos a hacer con personas que hayan cometido delitos sexuales. A partir de aquí lo vamos a hacer todo. En el momento en el que sale una noticia, está en todas partes, aunque luego se demuestre que eres inocente. Incluso si una persona ha cometido un delito y ha cumplido, tiene derecho a rehacer su vida. La reinserción digital es importante.

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