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May abre la puerta a un nuevo referéndum sobre el Brexit

El Parlamento británico deberá ratificar primero el nuevo acuerdo presentado por la premier

La premier británica, Theresa May.
La premier británica, Theresa May. Getty Images

A pesar de haber rechazado en anteriores ocasiones la posibilidad de celebrar un nuevo referéndum sobre el Brexit, la primera ministra británica ha abierto este martes la puerta a hacerlo. Sin embargo, para ello, el Parlamento británico tendrá que ratificar primero su propuesta de salida de la Unión Europea.

"No creo que este sea el camino que debemos tomar", ha subrayado. Sin embargo, la nueva propuesta de Theresa May incluirá en la introducción la posibilidad de votar la celebración de un nuevo referéndum, según ha explicado la premier durante la presentación del texto de la Ley del Acuerdo de Retirada (WAB, en sus siglas en inglés) ante los medios. "Por tanto, aquellos diputados quieran que un segundo referéndum confirme el acuerdo, tendrían que ratificarlo y este lo hará posible", ha explicado. Además, ha subrayado que esta nueva votación solo se podrá celebrar antes de que el acuerdo final sea ratificado.

Las palabras de May han sido bien recibidas por la libra que ha pasado de caer un 0,3% respecto al dólar a anotarse un 0,2%.

La jefa de Gobierno detalló en un discurso un paquete de medidas con el que espera ganarse el apoyo de algunos diputados de la oposición para que la Cámara de los Comunes ratifique el acuerdo del Brexit, que ya ha sido rechazado en tres ocasiones.

El "nuevo acuerdo" que presentó May incluye una unión aduanera "temporal" con la UE, hasta las próximas elecciones generales en el Reino Unido, así como garantías para mantener los derechos laborales y los estándares medioambientales.

Además, la primera ministra ha subrayado en varias ocasiones que el acuerdo que se firme ahora respecto a la relación que Reino Unido mantendrá con Europa podrá ser modificado en el futuro por los nuevos Gobiernos. "No es un acuerdo final", ha puntualizado.

La jefa de Gobierno advirtió de que la ley del Brexit, que llegará al Parlamento durante la primera semana de junio representa la "última oportunidad" para que el Reino Unido "cumpla con el resultado" de la consulta de junio de 2016, en la que se impuso la opción de abandonar la UE.

El sector más euroescéptico de los conservadores y sus socios del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP) se oponen a los términos del divorcio pactados con Bruselas, por lo que han tumbado el texto las tres veces que se ha presentado hasta ahora ante los parlamentarios.

"Inicialmente, queríamos aprobar el acuerdo con el respaldo de los conservadores y el DUP. En nuestro sistema parlamentario, así es como se hacen normalmente las cosas", indicó May.

Las trabas para lograr el apoyo de su propio partido la han llevado a tomar "la difícil decisión de intentar llegar a un acuerdo con el resto de fuerzas", recalcó. Aunque los contactos con el Partido Laborista no han llevado a un pacto específico, sí que han facilitado un acercamiento de posturas en diversos ámbitos, aseguró la líder "tory".

El punto de mayor tensión era la creación de una unión aduanera con la Unión Europea tras el Brexit, el modelo de futura relación comercial que defienden los laboristas. May se volvió a mostrar contraria a esa propuesta, al considerar que impediría al Reino Unido forjar su propia política comercial, pero acepta someter a votación la posibilidad de establecer una unión aduanera para el intercambio de bienes temporal, hasta los próximos comicios, previstos para 2022.

Una facción de los laboristas también reclama un segundo referéndum para que los británicos puedan pronunciarse sobre los términos de salida de la UE en caso de que el Parlamento los ratifique. La primera ministra también se manifestó contraria a ese plebiscito, pero anunció que el texto de la ley del Brexit obligará a que la Cámara de los Comunes se pronuncie sobre si quiere convocar un nuevo plebiscito.

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