El polémico Jeff Koons vuelve a ser el artista vivo más cotizado del planeta
La obra ‘Rabbit’ se vende por 91,1 millones de dólares y destrona a Hockney El artista convertido su estudio en una fábrica en la que trabajan más de 150 personas
Lleva el sello indiscutible del artista. Porque buena parte de las obras de Jeff Koons (York, Pensilvania, 1955) tienen el mismo aire: son metálicas, brillan, parecen figuras inflables de gran volumen y gastan formas impactantes.Son los rasgos que le identifican, y desde ayer vuelve a ser el artista vivo más cotizado del planeta. Lo ha conseguido con Rabbit, una escultura de un metro de altura, que forma parte de un grupo de piezas que Koons concibió en 1986, y fue vendida por 91,1 millones de dólares (81,5 millones de euros), con impuestos y comisiones, en una subasta organizada por Christie´s en Nueva York. La obra, que el artista define como la imagen de un líder ante su público, fue adquirida por Robert Mnuchin, padre del actual secretario del Tesoro de EE UU.
En esta subasta, el estadounidense le arrebata el podio al pintor británico David Hockney, que hace tan solo seis meses había alcanzado por la obra Portrait of an Artist (Pool With Two Figures) la cifra de 90,3 millones de dólares, en otra puja celebrada por la misma casa de subastas.
La obra de Koons no deja indiferente a nadie, como tampoco sus provocaciones. El exmarido de la actriz porno italiana Ilona Staller (Cicciolina), con la que tuvo un hijo, y cuya relación reflejó en obras de alto contenido erótico, definió a Rabbit como un ejemplo de arte pop, y como tal este estilo establece una conversación en la que puede participar todo aquel que lo desee.
El artista ha convertido el arte en todo un negocio, en una gran empresa, en una fábrica de realizar arte, ubicada en el centro neurálgico del arte en Nueva York, en el barrio de Chelsea, en la que trabajan más de 150 personas, además de una red de colaboradores que tiene repartida por otras ciudades.
Su modo de proceder es el siguiente: él concibe la obra a desarrollar y una legión de ayudantes busca el material adecuado, le da forma y la remata dentro de una perfección absoluta, otra seña de identidad de Koons. La fábrica no para: realiza una media de 7 pinturas y entre 15 y 20 esculturas por año.