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Modelos urbanos

Madrid, en las antípodas del modelo de vivienda pública de Viena

Dos tercios del parque vienés es público o goza de alguna subvención, mientras que en la capital española tan sólo alcanza al 1,8% del total

Entrada a un bloque de viviendas públicas en Viena.
Entrada a un bloque de viviendas públicas en Viena. Getty Images

Ante el problema de acceso a la vivienda que están sufriendo las grandes ciudades españolas, suele mencionarse el caso de Viena como ejemplo por excelencia en el que fijarse y al que aspirar. Pero la capital austriaca se sitúa a una distancia abismal y nos lleva, por lo menos, cien años de ventaja.

La empresa pública Wiener Wohnen es el mayor casero de la ciudad y más del 60% de la población vive en casas públicas o con algún tipo de subvención. Para llegar hasta ahí, Viena lleva exactamente un siglo implementando una fuerte política de vivienda pública (solamente interrumpida durante la invasión nazi), a la que ha dado un papel igual de preponderante que a la sanidad o a la educación. Todo ello hace posible que Viena sea, por décimo año consecutivo, la ciudad con mayor calidad de vida del mundo, según el ranking de la consultora Mercer.

“Madrid se encuentra en el polo opuesto a Viena”, sostiene Raquel Rodríguez, doctora arquitecta y profesora de Urbanística y Ordenación del Territorio de la ETSAM de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Para hacerse una idea del abismo que separa a ambas capitales, basta con comparar los parques públicos de una y otra: 400.000 viviendas en el caso vienés para una población de 1,8 millones, frente a las 24.000 de Madrid para más de 3,1 millones de habitantes.

Tras décadas de inversión en políticas de alquiler social, Viena ha construido un parque público de más de 220.000 casas a las que se suman otras 200.000 que subvenciona, lo que supone que la capital –que también es uno de los nueve Estados federados del país– sea un actor muy importante en el mercado residencial, ya que controla casi dos tercios del total del parque de la ciudad, según detalla un informe municipal de finales de 2017. “Ese es parte del secreto de Viena. Con una proporción tan grande del parque, logra mantener la estabilidad de precios incluso en el mercado libre”, porque los precios asequibles del parque público desincentivan repuntes importantes en el resto del sector, explica la experta de la UPM.

La situación de Madrid está fuera de cualquier comparativa que tenga sentido. Según detalla el consejero delegado de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS), Francisco López Barquero, la capital apenas cuenta con 6.300 viviendas públicas, lo que supone tan solo un 0,48% del total del parque. Si a ellas se sumaran las 17.800 casas que posee la Agencia de la Vivienda Social (AVS) de la Comunidad de Madrid en el municipio, el parque público alcanzaría el 1,82% del total. “No llegamos ni al 2,5% de la media nacional ni mucho menos al 7,5% de la media europea. Solo para alcanzar el nivel medio de la UE, tendríamos que tener en Madrid 115.000 viviendas sociales”, calcula el responsable de la EMVS, lo que supondría multiplicar por cinco las cifras actuales que aglutinan la Comunidad y el Ayuntamiento.

Las razones de que los madrileños cuenten con un parque tan exiguo se deben principalmente, explica López Barquero, a políticas que durante décadas apostaron por la propiedad como principal forma de acceso a la vivienda pública, en lugar del alquiler. En los últimos 20 años, detalla, la EMVS ha construido más de 16.000 casas que después se ponían en venta, y tan solo 3.000 de alquiler. La AVS, añade, llegó a tener 76.000 viviendas en 1995, pero ahora no llega a las 18.000.

Pero otra de las causas de limitado número de vivienda pública se debe, achaca López Barquero, a la “venta masiva” del parque de la EMVS –casi el 30%– a fondos de inversión entre 2012 y 2013 por parte de Ana Botella. Ante la situación ruinosa de la EMVS, que había incurrido en enormes deudas por financiar parte de las obras de la M-30 de su predecesor, Alberto Ruiz Gallardón, la exalcaldesa liquidó más de 3.000 viviendas –una parte de ellas a precio por debajo de mercado, según dictaminó el Tribunal de Cuentas, un litigio que sigue en los tribunales–.

La tercera pata es, sin duda, la falta de recursos y financiación. “Sólo la ciudad de Viena invierte anualmente 600 millones de euros a políticas activas de vivienda, frente a los 400 millones que destina el Estado en toda España”, añade. Sobre el PIB, la política de vivienda apenas supone un 0,02% en el caso español, muy lejos del 0,7% europeo, no digamos ya de países como Francia, que gasta el 1,2%, desgrana el responsable de la EMVS. Según los datos del Ayuntamiento de Viena, el 18,7% del gasto público de la capital austriaca va destinado a políticas de bienestar social y vivienda, por encima del 17,6% en sanidad o del 17,4% en educación.

En lo que va de legislatura, el Ayuntamiento ha aportado a la EMVS en suelos y en inversión el equivalente a 728 millones de euros, “frente a los 29 millones que tiene presupuestados la Comunidad”, sostiene López Barquero. “Tendría que haber una apuesta decidida de todos los partidos políticos por que se aumentara el patrimonio público de vivienda. Necesitamos confluencia administrativa entre Comunidad y Ayuntamiento y una actividad continua en el tiempo”, opina.

Un nuevo parque que no estará listo antes del fin de la legislatura

4.200 casas. Al comienzo de su mandato, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se comprometió a edificar 4.200 nuevas casas a lo largo de la legislatura [2015-2019] que vendrían a sumarse al exiguo parque público de tan solo 6.300 viviendas. Una promesa incumplida, ya que a falta de 20 días para las próximas elecciones municipales, tan solo se han iniciado el 33% de ellas –1.426–, mientras que el resto se encuentra en fase de tramitación, ya sea de la licencia del proyecto, de la obra, o en fase previa, tal y como detalla la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS).

Batalla con la regla de gasto de Montoro. El consejero delegado de la EMVS, Francisco López Barquero, achaca parte del retraso en la edificación de las viviendas a la contienda mantenida en 2017 entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Hacienda dirigido entonces por Cristóbal Montoro, que intervino las cuentas municipales por incumplir la regla de gasto –estos es, que el gasto municipal no podía crecer más de lo que crecía el promedio de la economía–. “La Ley de Estabilidad Presupuestaria llevada a cabo por Mariano Rajoy recortó la promoción de viviendas con criterios económicos”, detalla López Barquero, quien señala que por norma, la política de vivienda destinada a personas con pocos recursos suele ser deficitaria.

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