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Bruselas rebaja en una décima su previsión de crecimiento para España

Prevé un alza del PIB del 2,1% este año, una décima menos que el Gobierno, y asume que el aumento del SMI frenará el empleo

Previsiones PIB
Belén Trincado / Cinco Días
Juande Portillo

La Comisión Europea constató ayer la gravedad de la desaceleración económica en el Viejo Continente al publicar sus previsiones de invierno, que rebajan en seis décimas la estimación que hizo en otoño sobre el crecimiento del PIB de la zona euro para 2019. Bruselas espera ahora que el avance sea del 1,3% este año y rebaja en otra décima su expectativa para 2020, cuando prevé un alza del 1,6%. España sale algo mejor parada en este contexto, con una rebaja de solo una décima desde la previsión anterior tanto en 2019, en el que espera un incremento del PIB del 2,1%, como en 2020, en que prevé el 1,9%, frente al 2,5% de 2018.

“Se prevé que todos los países de la UE sigan creciendo en 2019, lo que significa más empleo y prosperidad. Sin embargo, nuestras previsiones se han revisado a la baja, sobre todo en el caso de las mayores economías de la zona del euro”, declaró Valdis Dombrovskis, vicepresidente responsable del Euro. De hecho, dos de los grandes lastres al avance del PIB son la primera economía del euro, Alemania, que pasa de crecer un 1,5% en 2018 a un 1,1% este año, y la tercera, Italia, que está en recesión técnica y se desploma del alza del 1% del año pasado al 0,2% en 2019. Más sutil es el freno de Francia, que pasará de crecer el 1,5% al 1,3% o, fuera del euro, Reino Unido, que pasaría del 1,4% al 1,3% a falta de ver el impacto real del Brexit. Este divorcio comunitario, la guerra comercial entre EE UU y China o la renovada preocupación por la carga de deuda soberana de la banca son los riesgos que destaca Bruselas.

Con todo, la CE espera un rebote. “El crecimiento debería de repuntar gradualmente en el segundo semestre de este año y en 2020”, dijo ayer Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros.

Radiografía de España

En el caso de España, el informe de las autoridades comunitarias destaca que la temida desaceleración de la economía española se hizo patente en los tres primeros trimestres de 2018, cuando el país creció al 0,6%, pero tuvo un momento expansivo en el último, con un “robusto 0,7%” de incremento debido en parte al auge de las exportaciones netas.

Pese a ello, las exportaciones descendieron 0,4 puntos el año pasado mientras que la demanda interna fue el gran sustento del avance del PIB. Como resultado, España creció un 2,5% en 2018, medio punto porcentual menos que en 2017, pero al frente de toda la Unión Europea.

Desde este punto de partida, la previsión de Bruselas es que España siga creciendo en 2019 pero a menor ritmo debido a la desaceleración, al 2,1%, y al 1,9% en 2020, lo que en ambos casos supone una décima menos que lo apuntado anteriormente.

La pérdida de velocidad se debe fundamentalmente, según el documento, a la pérdida de pujanza del consumo privado, que se espera que crezca a menor ritmo una vez absorbida la demanda embalsada durante la crisis y ante el incremento de la tasa de ahorro de las familias, que se intensificará en 2019 y 2020 tras los mínimos de 2018.

Bruselas asume, de otra parte, que la creación de empleo se verá frenada por la inédita alza del salario mínimo interprofesional del 22%, hasta los 900 euros. Con todo, la tasa de paro seguirá descendiendo mientras que la inversión en construcción y bienes de equipo tenderá a contraerse tras años de aumento.

La Comisión Europea reconoce, de cualquier forma, que buena parte de los riesgos proviene del sector externo, que debido a la desaceleración global y a la tensión de las guerras comerciales seguirá arrojando saldos negativos, si bien espera una mejora de las cifras durante 2019 y un impacto ya neutral en 2020.

La esperanza está puesta en que España vuelva a incrementar su saldo de exportaciones tras el retroceso de 2018 y en que las importaciones pierdan importancia coincidiendo con la moderación de la demanda.

El gran riesgo que podría acabar desviando a la baja estas estimaciones es la posibilidad de que la economía global se vuelva aún más débil lastrada por el actual momento de incertidumbre. Del lado de la inflación, Bruselas espera un 1,2% en 2019 tras el 1,7% de 2018, debido a la moderación del precio del petróleo, para recuperarse al 1,5% en 2020. En ambos años, los salarios aumentarán por encima de la inflación debido al incremento que aporta el alza del salario mínimo.

Las previsiones comunitarias van en línea con las de otros organismos como el Banco de España que también apunta a un alza del PIB del 2,1% para este año. En el caso de otros países, la Comisión Europea espera que Francia crezca un 1,3% este año y un 1,5% en 2020; que Italia ceda al 0,2% ahora y crezca un 0,8% el año siguiente; que Reino Unido suba un 1,3% ambos años, a falta de ver el impacto del Brexit; o que Alemania avance un 1,1% en 2019 y un 1,7% en 2020.

Dudas sobre la tasa Google

La publicación de las previsiones económicas de Bruselas ha coincidido con la visita a España del vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Fomento del Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad, Jyrki Katainen, que esta mañana ha admitido que el Ejecutivo comunitario “tiene dudas” sobre los objetivos de recaudación que Hacienda se ha marcado con la nueva tasa Google.

En un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, en el que ha estado acompañado por la ministra de Economía española, Nadia Calviño, Katainen ha confesado que Bruselas “no sabe muy bien” como España va a recaudar 1.200 millones de euros anuales con este nuevo impuesto pionero en Europa.

El vicepresidente de la Comisión también ha destacado, según recoge Europa Press, que la robustez de la economía española está en riesgo por factores externos como la guerra comercial entre EE UU y China o el Brexit.

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