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Jean-Dominique Senard, un agente antipolución reputacional en Renault

Hará tándem como presidente no ejecutivo con el CEO, Thierry Bolloré

Jean-Dominique Senard, nuevo presidente no ejecutivo de Renault.
Jean-Dominique Senard, nuevo presidente no ejecutivo de Renault.HOGUE
Carlos Gómez Abajo

Hijo de diplomático, Jean-Dominique Senard (afueras de París, 1953) lleva toda la vida en el sector industrial y una buena parte en el automovilístico, en los puestos más altos de Michelin. Ahora, la empresa de neumáticos vuelve a servir de cantera para Renault, que en una de las mayores crisis de su historia por la detención de su presidente Carlos Ghosn en Japón, acusado de ocultar cobros millonarios, necesita alguien intachable al frente. Y Senard da el perfil para la presidencia no ejecutiva, en tándem con Thierry Bolloré, CEO adjunto desde hace unos meses, y que asumirá el puesto de CEO ya de forma estable.

A Senard le gusta nadar y cuidar de sus viñedos de rosado bio en el sur de Francia. Se casó a los 30 años con Helene d’Harcourt, con la que tiene tres hijos: Emmanuel (1985), Pierre-Antoine (1986) e Irène (1991).

Nacido el 7 de marzo de 1953 en Neuilly-sur-Seine, Altos del Sena, es hijo de Jacques Senard, embajador francés en El Cairo, La Haya y Roma. En el colegio, Jean-Dominique coincidió con Christophe de Margerie, que luego sería su jefe en la petrolera Total. El nuevo presidente de Renault estudió en la escuela de negocios Hautes Etudes Commerciales (HEC) de París, donde completó su formación con un máster en Derecho, antes de comenzar su ascenso por las filas de algunas de las principales empresas francesas.

Es macronita –el Estado francés es el principal accionista de Renault, con un 15%–, y un jefe orientado a los trabajadores, frente al enfoque hacia los accionistas de Ghosn. A juicio de Senard, el bienes­tar de los empleados es clave para el crecimiento de la empresa. Un representante sindical entró en el consejo de supervisión de Michelin durante su mandato.

Sin embargo, como él mismo dijo a Le Monde en 2017: “Nunca le pregunte a un jefe empresarial si cerrará fábricas, porque si responde que no lo hará jamás, miente”. En 2013 despidió a 730 empleados de una planta de Michelin, al tiempo que invertía 800 millones en otras.

Entre sus principios de gobernanza empresarial, destaca también la competitividad para responder a la globalización (en Michelin potenció la fabricación de productos de bajo coste para competir con China ) y dar valor a las prácticas para atraer a los jóvenes a empleos aparentemente menos interesantes.

Senard comenzó su carrera profesional en varios puestos de gestión financiera y operativa en Total entre 1979 y 1987. En 1987 fichó por el grupo de materiales de construcción Saint-Gobain, donde permaneció nueve años antes de unirse al gigante del aluminio Pechiney en 1996 como director financiero y miembro de su comité ejecutivo. Cuando la minera Alcan lanzó una oferta pública de adquisición por Pechiney en 2003, fue nombrado presidente y se convirtió en miembro del comité ejecutivo de Alcan.

Dos años después, se incorporó a Michelin como director financiero y miembro del consejo ejecutivo. Tras el ahogamiento accidental de su jefe Édouard Michelin en 2006, mientras pescaba, Senard fue nombrado socio director del grupo. Luego ejerció también como jefe de asuntos financieros, servicios legales, planes y resultados.

En 2012 llegó al puesto de CEO, el primer no miembro de la familia Michelin en conseguirlo. Entre sus logros en el fabricante de neumáticos están la significativa reducción de la deuda y el aumento de los beneficios. La rentabilidad para el accionista de los últimos cinco años de Michelin es de casi el 7%, frente al 1% de Renault.

El mandato de Senard expiraba en este semestre, pero no ha llegado a terminarlo. Según el financiero belga L’Echo, deseaba entrar en el Medef, la patronal francesa, pero no habría podido por edad.

Renault se ha interpuesto en su camino a la jubilación. No puede decirse que sea una sorpresa: Carlos Ghosn también pasó buena parte de su carrera en Michelin, al igual que Thierry Bolloré. Hace unos días, relata Le Monde, en un evento del fabricante de neumáticos, Senard respondía a las preguntas sobre el interés del fabricante de coches en ficharlo con mirada traviesa, cortesía y serenidad: “Estaré encantado de poder ser útil de nuevo”.

Ghosn dimitió de la presidencia y el puesto de CEO en la madrugada del jueves (hora europea), cinco minutos antes de que el consejo de Renault lo destituyera. Sigue detenido e inmerso en un juicio en Japón por las acusaciones de enriquecerse ilícitamente con dinero de la empresa.

En el comunicado oficial del nombramiento de Senard, Renault resalta que se ocupará de las negociaciones sobre la alianza con Nissan y Mitsubishi. Un trabajo diplomático del que se ocupaba hasta ahora un brasileño, Ghosn, y que pasa a manos de un francés, algo que puede despertar recelos en los japoneses, según Liam Proud, analista de Reuters.

Otros retos, como la búsqueda de nuevos modelos de coches menos contaminantes, serán más tarea para el CEO, Bolloré. La labor de Senard será, sobre todo, luchar contra la polución reputacional.

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Sobre la firma

Carlos Gómez Abajo
Licenciado en Físicas, máster en Periodismo UAM-El País y posgrado en Información Económica. Es redactor de Opinión de Cinco Días, y también ha escrito en Mercados y en la sección de ocio/lujo. Ha trabajado en el portal de noticias científicas Tendencias 21 y ha hecho traducciones, la mayoría de tipo económico.

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