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Draghi reconoce que los riesgos han crecido y aleja a 2020 el alza de tipos

Descarta una nueva ronda de liquidez para los bancos

EL BCE no ha modificado hoy oficialmente la hoja de ruta marcada en la pasada reunión de diciembre, en la que confirmó el final de las compras netas de deuda, pero ha comenzado a aproximar su discurso a la idea mayoritaria en el mercado de que este año no habrá alza de tipos de interés en la zona euro.

En el comunicado emitido tras la reunión celebrada por el consejo de gobierno de la institución, el BCE explica que ha mantenido sin cambios los tipos de interés de referencia en el 0% y el de la facilidad de depósito en el -0,4% y ha reiterado que los tipos se mantendrán en el nivel actual hasta el menos pasado el verano de este año. O durante el tiempo que sea necesario para aproximar la inflación al objetivo de cerca del 2%.

En sus declaraciones en rueda de prensa, el presidente del BCE Mario Draghi ha sido explícito en mostrar todos los riesgos que presionan el crecimiento económico de la zona euro, que se confirma más débil de lo esperado en el corto plazo, y ha reconocido que las incertidumbres persisten, en especial por factores geopolíticos y por la amenaza del proteccionismo. "La perspectiva para el crecimiento de la zona euro se mueve a la baja" para el corto plazo, ha advertido Draghi, que ha apuntado además al aumento de la volatilidad y a las incertidumbres en los mercados emergentes. Ha añadido además que un estímulo monetario significativo sigue siendo necesario para cumplir con el objetivo de aproximar la inflación al objetivo del 2%. Así, sin dar nuevas previsiones económicas ni modificar su hoja de ruta, Draghi ha comenzado a sugerir que los tipos podrían no subir tampoco este año.

Draghi ha asegurado que no se han debatido nuevas decisiones de política monetaria en la reunión de hoy, tampoco una nueva ronda de financiación TLTRO, y que el encuentro ha estado centrado en el análisis de la situación, en cuánto puede durar el menor crecimiento económico de la zona euro. Ha añadido además que ha habido unanimidad en la apreciación de un mayor riesgo para el crecimiento y en sus motivos. El presidente del BCE ha señalado que hay "una larga lista de factores" que pueden influir en el crecimiento más allá del corto plazo. Ha citado el Brexit, la amenaza proteccionista, la desaceleración en China o los problemas de la industria automovilística alemana ante el riesgo de aranceles. En todo caso, la probabilidad de una recesión en la zona euro es muy baja, según ha apuntado el presidente del BCE.

Draghi ha emplazado a la reunión de marzo, cuando presentará nuevas previsiones de crecimiento e inflación, para dar conclusiones sobre la valoración del momento actual y ha señalado que el consejo de gobierno del BCE se ha dado tiempo para analizar todas las incertidumbres que hay ahora sobre la mesa. El objetivo es saber cuál será la persistencia de los factores que ahora pesan a la baja sobre el crecimiento europeo.

Su discurso comienza así a ajustarse a lo que de hecho ya adelanta el mercado, que de forma mayoritaria descarta para este año un alza de tipos en la zona euro. Tras las palabras de Draghi, los futuros sobre tipos de interés han rebajado las probabilidades de que haya una subida de tipos en la reunión del BCE de diciembre de este año, que se sitúan en el 32,8% frente al 44% en que se situaban ayer.

Draghi ha recordado además que el BCE sigue tiendo recursos para hacer frente a cualquier eventualidad, a pesar de que los tipos estén en el 0% y de que tenga en balance el 25% de la deuda soberana de la zona euro. según ha explicado. "No es cierto que el BCE se haya quedado sin instrumentos. Tenemos toda nuestra caja de herramientas disponible", ha asegurado.

En cualquier caso, también ha querido puntualizar que el sistema financiero europeo es ahora mucho más fuerte que en la crisis de 2008, salvo casos puntuales. El presidente del BCE ha insistido también en que los estímulos monetarios, que han provocado un entorno de tipos de mercado negativo, han tenido un efecto positivo sobre la recuperación económica de la zona euro que compensa a la banca de forma sobrada por el impacto desfavorable que tienen sobre sus márgenes de negocio. Y ha advertido que el problema de rentabilidad de la banca de la zona euro se explica principalmente por los costes y los activos tóxicos en balance, más que por los bajos tipos de interés. 

Para decepción de los bancos, Draghi ha enfriado la expectativa de una ronda de liquidez TLTRO, con el argumento de que debe darse por razones de política monetaria. El presidente del BCE recordó que estas líneas de financiación, a las que precedió la LTRO, fueron "muy útiles y efectivas" para trasladar la política monetaria al tipo de interés de los créditos, cuando caía el precio del dinero pero no así el coste de los créditos. Sin embargo, la situación actual es bien distinta a la de entonces, ha añadido Draghi. 

La última de estas subastas ilimitadas de liquidez se realizó en marzo de 2017 y si bien los bancos no deben empezar a devolverlas hasta 2020, a partir de julio de este año las entidades que no reembolsen de forma anticipada esa financiación comenzarán a verse penalizadas en sus ratios de liquidez. Esa necesidad generalizada de obtener financiación con la que afrontar el vencimiento de las líneas TLTRO, en un momento de repliegue de estímulos monetarios, puede endurecer el coste de financiación de los bancos, ante lo que los expertos esperan un gesto de alivio del BCE hacia el sector financiero.

Preguntado por BBVA y por el escándalo de espionaje por los servicios contratados por el expresidente Francisco González al excomisario Villajero para evitar una toma de control por parte de la constructora Sacyr, Draghi ha preferido ceder la palabra al vicepresidente Luis de Guindos. Este ha señalado que el BCE espera a las conclusiones de la investigación interna que ha puesto en marcha el banco y de la que espera información lo antes posible

El propio Draghi ya reconoció el pasado 15 de diciembre en su discurso ante el Parlamento Europeo que "la economía está más débil de lo esperado" y que "no hay espacio para la complacencia". Ya en diciembre revisó ligeramente a la baja su previsión de crecimiento para la zona euro en 2018 y 2019 y los indicadores económicos conocidos en lo que va de año no invitan a esperar novedades en el complicado proceso de normalización monetaria del BCE.

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