El BCE estudia medidas de liquidez para sortear los apuros de la banca italiana
Italia es el país que más crédito TLTRO pidió, un tercio del total prestado El alza de la prima de Italia bloquea la financiación de sus bancos
Los meses de octubre y noviembre están siendo difíciles para acudir al mercado de capitales y el año próximo trae nuevas complicaciones que pueden hacer la financiación más costosa para los bancos, en especial para los italianos. Mientras todo el sector aguarda con máxima expectación un alza de tipos que tarda en llegar, la banca de la zona euro deberá afrontar en 2019 las primeras devoluciones de las líneas de liquidez vinculada a la concesión de crédito (TLTRO) que el BCE comenzó a ofrecer en junio de 2016 y con las que ha prestado a las entidades 740.000 millones de euros.
El gran desafío de este proceso de devolución se presenta para la banca italiana, la que más dinero solicitó en aquellas subastas. En concreto, 244.000 millones de euros, el 33% del total concedido.
El sector no está obligado a devolver esa financiación hasta al cabo de cuatro años, a partir de junio de 2020, pero si apura esos plazos se verá penalizada en sus ratios de liquidez. Así, en el cálculo de la ratio de financiación estable neta de las entidades dejan de computar los recursos a plazos más cortos: no cuentan los que vencen en menos de seis meses y solo lo hacen al 50% los que se amortizan en el plazo de un año. A la presión por empezar a devolver de forma anticipada esas líneas de liquidez TLTRO se suma además el fin de las compras de deuda del BCE, de modo que la institución dejará de adquirir las cédulas hipotecarias del sector.
La amortización de las megainyecciones de liquidez y el fin de las compras del BCE son los efectos del proceso de normalización de la política monetaria emprendida por Draghi, aunque la confluencia de ambos factores en un mercado cada vez más volátil ha elevado el temor a posibles problemas de liquidez en la banca. Sobre todo en la italiana, para la que se ha cerrado el mercado de capitales en los últimos meses a medida que ha ido creciendo el desafío del Gobierno italiano ante Bruselas con la elaboración de sus presupuestos.
Italia aguarda hoy la respuesta de la Comisión Europea a su desafío presupuestario con la prima
de riesgo en máximos de 2013
La Comisión Europea anunciará hoy su respuesta a la negativa mostrada la semana pasada por Roma a rectificar sus cuentas públicas para 2019, que insisten en mantener un déficit del 2,4%. Ante la creciente tensión, la prima de riesgo italiana subió ayer un nuevo peldaño hasta máximos no vistos desde 2013 y trepó a los 326 puntos básicos, con el bono a 10 años en el 3,6%1%, en niveles de 2014.
Sobre la mesa del BCE está por tanto el estudio de nuevas medidas de liquidez –que tanto entidades como inversores ya contemplan– con las que evitar un encarecimiento excesivo del coste de financiación de los bancos y que sería difícilmente asumible para las entidades italianas. “En términos globales, no hay apuros de liquidez en la banca de la zona euro. Hay exceso de liquidez en la facilidad de depósito, pero el problema es Italia”, afirman desde una entidad financiera.
“El BCE va a tener que hacer alguna operación de liquidez. Los vencimientos de las líneas TLTRO son muy elevados y la alternativa es financiarse en mercado a precios más caros, lo que al final resulta en una política monetaria más restrictiva”, explica Francisco Carmona, director general de Unicredit en España.
Fuentes financieras añaden sin embargo que el BCE tendría difícil replicar tal cual las líneas TLTRO, de cuantía ilimitada y coste cero para los bancos, justo cuando ha emprendido la retirada de estímulos. “Daría un mensaje contradictorio, no hay necesidad de otro TLTRO pero sí quizá de alguna medida de liquidez, la banca italiana es clave”, añaden desde un gran banco español.
De nuevo, el BCE se ve bajo la presión de encontrar un punto de equilibrio entre la normalización de su política y el previsible aumento del coste de financiación, especialmente desafiante para los bancos italianos. Ewald Nowotny, miembro del consejo del BCE, señaló ayer que el contagio de Italia al resto de países de la zona euro es limitado y que no hay un riesgo económico inmediato. Pero sí advirtió del riesgo que supone para el largo plazo si Italia no despierta la confianza suficiente en el mercado.
Sin presión para España
“El vencimiento de las líneas de financiación TLTRO es claramente uno de los temas principales para 2019 de los bancos europeos”, reconocen en Natixis, donde también esperan alguna medida extraordinaria de liquidez del BCE, aunque en condiciones diferentes a las anteriores. Los bancos españoles ya se han puesto manos a la obra y están rescatando las cédulas hipotecarias como fórmula con la que captar liquidez. Santander lanzó en octubre su primera emisión de este tipo en casi tres años y Liberbank prepara su primera emisión de cédulas.
“En España, los bancos han hecho sus números asumiendo que no habrá ayuda extra del BCE el próximo año”, apunta Andrés Calzado, responsable de Mercados de Capitales para Instituciones Financieras de Nomura. Tampoco espera una megainyección de liquidez del BCE pero sí alguna medida con la que retrasar vencimientos y evitar que el mercado de capitales se sature de emisores necesitados al mismo tiempo de colocar deuda, lo que elevaría los costes de financiación.
El precio de emitir cédulas hipotecarias ya se va a encarecer en ausencia de las compras del BCE, que llegaba a adquirir el 50% de una colocación. Sin el BCE, los diferenciales de las cédulas podrían llegar a duplicarse en el mercado secundario, apuntan fuentes financieras. Además, la banca está perdiendo la ocasión de prefinanciarse de cara a 2019 en estas últimas semanas. “Las ventanas de emisión son cada vez más estrechas y difíciles. Ahora es mucho más frecuente que recomendemos esperar antes de lanzar una emisión”, apunta Carmona.
La pista de la reducción de balance
El balance del BCE se ha disparado hasta los 4,638 billones de euros, según el último dato publicado ayer, y Mario Draghi aún no ha dado señales de cuándo iniciará su reducción.
De entrada, el BCE finaliza en diciembre sus compras de deuda, pero aún prevé reinvertir los vencimientos de sus bonos en balance largo tiempo después de que hayan concluido esas compras netas, lo que supondrá congelar el tamaño del balance.
Si el BCE anuncia su intención de mantenerlo sin cambios durante un tiempo, en esta decisión puede estar implícita su decisión de renovar las líneas TLTRO, ahora con un peso en su balance por 726.000 millones de euros.