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La saga Renault-Nissan acabará favoreciendo a los franceses

Es poco probable que un consejo en la japonesa que se oponga deliberadamente a la francesa sea popular entre los accionistas durante mucho tiempo

Carlos Ghosn, en una pantalla gigante en las calles de Tokio (Japón).
Carlos Ghosn, en una pantalla gigante en las calles de Tokio (Japón).REUTERS

Renault y Nissan están jugando al gato y al ratón. Los japoneses pueden sacudirse a los franceses un tiempo, pero se arriesgan a acabar engullidos. Ahora mismo, Hiroto Saikawa, CEO de Nissan, puede distanciarse algo de Renault, que posee el 43% de la japonesa y está apoyado por Francia. Carlos Ghosn sigue arrestado. Junto con Greg Kelly, fue expulsado del consejo, poniendo a los consejeros amigos de Renault en desventaja numérica. Tres de los otros siete estaban en Nissan mucho antes de la entrada de Renault en 1999, mientras que otro es un exministro japonés.

Saikawa, que se ha opuesto a la concentración de poder bajo Ghosn, podría utilizar la ventana hasta la junta de accionistas del verano para reducir la influencia de Renault. Un “comité especial”, por ejemplo, hará en marzo recomendaciones sobre asuntos como cómo elegir nuevo presidente. Con un presidente de Nissan hostil, sería más difícil para la parte francesa perseguir su objetivo final de una integración más estrecha o una fusión.

Inconvenientemente para Renault, un acuerdo de 2015 da a Nissan derecho a aumentar su participación recíproca en Renault por encima del 15% si el grupo francés se inmiscuye demasiado en su gobierno. Si Nissan alcanza el 25%, una ley japonesa podría entrar en efecto y despojar a los franceses de sus derechos de voto, limitando su capacidad para vetar los votos de los accionistas y bloquear los nombramientos del consejo.

Es difícil ver que esto quede así, aunque París permitiera tal incursión. Es poco probable que los minoritarios de Nissan –un tercio de ellos son de fuera de Japón– respalden una compra masiva de acciones sin derecho a voto, ya que los inversores ya descuentan en gran medida las participaciones cruzadas. Además, es poco probable que un consejo que se oponga deliberadamente a Renault sea popular entre los accionistas durante mucho tiempo; las acciones de ambas crecieron en 2018 cuando se supo que Ghosn estaba dando pasos hacia una fusión. Saikawa podría liberar a Nissan de las garras de Renault un tiempo. En última instancia, solo estará retrasando lo inevitable.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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