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Bielorrusia: Zara, Duro Felguera, Kelme, Talgo y Expal triunfan en el país del Este

El intervencionismo y el frío no hielan la apuesta por un gran mercado

CINCO DÍAS

¿Qué empresas españolas son tan osadas como para invertir en un país remoto, con un idioma intrincado, un alfabeto indescifrable, donde el frío invade las almas y en el que existe un sistema económico que predica el intervencionismo estatal? Y, aún más difícil: Bielorrusia carece de representación diplomática directa con España. Cualquier gestión debe tramitarse a través de su oficina en París.

“Tiene que haber gente pa tó”, como decía el mítico torero El Gallo. Existen no una o dos, sino más de media docena de compañías españolas que intentan hacer negocio en Bielorrusia e incluso les va bien. José Luis López Gómez, asesor de Talgo, desvela dos caras de la moneda que han de enfrentar los inversores en la antigua república soviética: “Los bielorrusos son acogedores, pero muy protocolarios. Los procedimientos son ley. Para las cosas más simples hay que firmar múltiples papeles en un país con el 55% del tejido empresarial en manos del Estado”. 

Enrique Díaz-Caneja, director de proyectos de Duro Felguera (DF), da por bien empleados los diez años que dura ya su presencia en Bielorrusia, con una facturación de 263 millones de euros. “Es un país en el que hay muchísimo por hacer, con enormes oportunidades de negocio”. Desde 2010, la empresa asturiana desarrolla en la refinería que OJSC “Naftan” tiene en la localidad de Novopolotsk una unidad de coquización retardada.

La coquización retardada consiste en calentar el aceite residual proveniente de las plantas de refino convencionales. El proceso se lleva a cabo en unas cámaras de alta tecnología española. Antes, los restos se desechaban, pero con su tratamiento se consiguen importantes mejoras medioambientales. Duro Felguera tiene una oficina de representación estable en Bielorrusia y durante la última década ha movilizado un equipo de 20 supervisores en el proyecto de OJSC “Naftan”.

Zara en Dana Mall

En la severa capital bielorrusa, Minsk, el mall más conocido se localiza, soterrado, en la principal plaza de la ciudad, que, como no podría ser de otra manera, lleva el nombre de Lenin. El grupo Inditex ha elegido un entorno menos ortodoxo para establecerse en Bielorrusia: el centro comercial Dana Mall, en el corazón del distrito de negocios, a cuatro paradas de metro. Como en cualquier otro lugar del mundo, entre los jóvenes bielorrusos se descubre la tiranía del cuerpo, ¡y qué cuerpos! Los varones abrazan un concepto Lenin, con vestimenta sobria y barba afilada de revolucionario. Las mujeres se han rendido al estilo Zara.

"La opción más barata para entrar en Rusia y Kazajistán"

Los diez millones de habitantes de Bielorrusia se concentran en las áreas urbanas alrededor de Minsk y otras cuatro ciudades. Ocho de cada diez son nativos bielorrusos y cristianos ortodoxos. Existen minorías rusa, polaca y ucraniana. Los idiomas oficiales son el bielorruso y el ruso, que comparten el alfabeto cirílico, aunque los negocios se hacen en ruso y en inglés. El presidente del país, Aleksandr Grigórievich Lukashenko, ocupa el poder desde 1994; es un modelo de dirigente de largo recorrido que florece en los países en la órbita de Rusia.

Rubén de Pedro Domingo es fundador de Rusbáltika, una consultora que se ha hecho imprescindible para los que quieren hacer negocios en el este.

P. ¿Estamos en un país tan difícil como parece? R. No lo cree así el Banco Mundial. Su clasificación Doing Business sitúa a Bielorrusia en una posición elevada (puesto 44 de 185) entre los países en cuanto a su potencial para constituir un negocio rentable. Resalta la gran facilidad para registrar propiedades, la fiabilidad para hacer cumplir contratos y una relativa facilidad para obtener permisos de construcción. Las dificultades se plantean para conseguir crédito.

P. ¿Qué incentivos ofrece? R. Si las empresas españolas se instalan en una de las seis zonas francas que existen a lo largo del país, estarán exentas de impuesto de sociedades durante los siete primeros años y se beneficiarán de un IVA reducido. El 20% será para ellas exactamente la mitad.

P. La Unión Euroasiática que Bielorrusia ha creado junto a Rusia y Kazajistán, ¿es un club sólido?

R. Bielorrusia es la principal frontera de la Unión Aduanera Euroasiática con la Unión Europea. Constituye la puerta de entrada a unos mercados de casi 200 millones de consumidores. Gracias a su integración con Rusia y Kazajistán y a su programa de privatizaciones, es la opción más barata y próxima a la Unión Europea para establecer infraestructura y dar salida a nuestros productos en esos mercados sin enfrentarnos a farragosos procedimientos aduaneros o al pago de aranceles.

El grupo de Amancio Ortega abrió en agosto de 2017 sus primeras tiendas con las marcas Zara, Oysho, Massimo Dutti, Stradivarius, Pull & Bear, Zara Home y Bershka, en una superficie de 4.000 metros cuadrados, repartidas en dos plantas de Dana Mall. La compañía explica que ha incorporado en esta plaza los elementos de sostenibilidad que ya se han convertido es estándar: “Espacios ecoeficientes con un ahorro del 20% en electricidad, del 40% en consumo de agua y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero”.

Kelme, 20 tiendas

Kelme es la firma española de moda que primero se atrevió a vestir a los ciudadanos de la antigua república soviética. La empresa alicantina lleva más de una década en el país bajo la marca BelKelme. Aunque desde la matriz española no ofrecen información, fuentes de la empresa en Bielorrusia confirman que la mayoría del capital de su participada “es estatal”. Como “distribuidor oficial de Kelme en Bielorrusia”, suministra “al circuito mayorista y minorista los productos de la española en ropa, calzado y accesorios deportivos”.

El artículo estrella son los “zapatos de fútbol, en especial para minifútbol y fútbol sala”. BelKelme cuenta con un centro de producción en Minsk y una veintena de tiendas en siete ciudades: diez en la capital, dos en Borisov y una en Gomel, Mogilyov, Brest, Schochuchin, Soligorsk y Bobruisk.

Cambiador de ancho de vía

Talgo. El jefe de proyecto, Félix Álvarez, explica cómo la española alcanzó un acuerdo en 2015 con los ferrocarriles bielorrusos para instalar en la ciudad fronteriza de Brest un cambiador automático de ancho de vía ferroviaria. La función de esta tecnología nacional consiste en facilitar una conexión rápida y automática desde las líneas ferroviarias del oeste de Europa (su ancho de vía es de 1.435 mm) con las del este del continente (1.520 mm). “Con ello se elimina la necesidad de elevar los trenes con grúas y proceder al cambio de rodaduras. Ofrecimos un cambiador de 400 metros con altas prestaciones para hacer frente al clima agresivo que hiela los encerrojamientos e impide el desplazamiento de las ruedas. La instalación final es de 30 metros con dos máquinas de emisión de agua caliente”.

Vueling. Es la única compañía aérea española que ha establecido un vuelo directo entre algún aeródromo nacional, en este caso El Prat de Barcelona, y el Aeropuerto Internacional de Minsk. De ello quedan pruebas en aquellas instalaciones, como son los medidores de equipajes de mano. Fuentes de la low cost confirman que tanto en el pasado como en un previsible futuro “esta operación será estacional”. A día de hoy solo la aerolínea estatal bielorrusa Belavia realiza un vuelo sin escalas. Laboratorios Valquer, empresa ubicada en Toledo, cumple tres años de exportaciones a Bielorrusia con sus productos de peluquería y estética profesional.

Expal y el desarme

La oportunidad de Expal para entrar en Bielorrusia se produjo cuando el Gobierno de este país firmó el Tratado de Ottawa para eliminar minas antipersonas. En 2010, la empresa española se adjudicó un concurso internacional para destruir el arsenal de 3,4 millones de varios tipos de municiones de racimo.

Vueling es la única compañía aérea española que ha tenido vuelos directos con el aeropuerto de Minsk.
Vueling es la única compañía aérea española que ha tenido vuelos directos con el aeropuerto de Minsk.

Expal diseñó y desarrolló una planta con una cámara de detonación fría “única en el mundo”, según la compañía, con procesos concebidos para el programa de desmilitarización “que han sido clave en la ejecución del proyecto”. La planta dispone de un sistema para el tratamiento de los gases generados y recuperación de la chatarra resultante. El último paso del plan consiste en el desmontaje y traslado de la planta, así como el reacondicionamiento del terreno utilizado.

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