Lo mejor que puede hacer Francia por Renault es dejarla libre
Vender su participación facilitaría la fusión con Nissan, que podría ser prácticamente entre iguales
Francia es una de las pocas economías desarrolladas donde el ministro de Finanzas convoca una conferencia de prensa para limpiar un escándalo corporativo. El problema para el ministro, Bruno Le Maire, y el presidente, Emmanuel Macron, es que meter las narices en los asuntos de Renault puede deshacer una asociación con Nissan que es esencial para el futuro del fabricante de automóviles francés.
El grupo automovilístico, valorado en 17.000 millones de euros, se tambalea tras la detención el lunes en Japón del presidente y consejero delegado Carlos Ghosn. El socio de la alianza Nissan, en la que Renault posee el 43% de las acciones, acusa a Ghosn, que también es el presidente de la compañía japonesa, de subestimar sus ingresos y de utilizar los fondos de la compañía para su uso personal.
Renault ha caído un 8,5% desde el viernes, y Nissan, un 5%. La investigación japonesa incluso se ha ampliado para incluir una empresa holandesa bajo el control último de Renault. El riesgo es que la asociación entre los fabricantes de automóviles se relaje una vez que su arquitecto jefe esté fuera del camino.
Eso sería malo para Renault y, por lo tanto, para el Gobierno francés, que posee una participación del 15% en la empresa. En el peor de los casos, una ruptura de la alianza dejaría a Renault estancado como un actor a pequeña escala mal equipado para pasar de forma rentable a los vehículos eléctricos. Una opción un poco menos mala es que las dos partes simplemente no alteren una asociación desequilibrada que impone un descuento en el valor de sus participaciones cruzadas.
Es mejor que el Estado francés libere a Renault vendiendo su participación, que es uno de los obstáculos para una fusión, ya que Nissan se resiste a la intromisión francesa. Es cierto que el exbanquero de Rothschild Macron encontraría políticamente difícil soltar la inversión, ya que los críticos podrían decir que antepone a los accionistas por delante de los trabajadores. Pero las garantías de empleo podrían suavizar el golpe, al igual que los ingresos en efectivo de una venta.
Con un valor actual de 2.600 millones de euros, el valor de la participación aumentaría si hubiera una fusión sobre la mesa. El grupo japonés, mucho más grande, tampoco controlaría necesariamente la entidad fusionada. Si se excluye la participación del 43% de Renault, los fondos propios de Nissan ascienden a 16.700 millones de euros, utilizando el precio medio de las acciones de los últimos tres meses. Si se repite el cálculo para Renault, excluyendo la participación de Nissan, el valor es de 17.100 millones de euros, lo suficientemente cercano para una fusión entre iguales.
Le Maire dijo el miércoles que el Gobierno quiere consolidar la alianza de Nissan. La forma más segura de hacerlo sería dar un paso atrás.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías