Renault nombra un presidente y un director general interinos y mantiene a Ghosn
Phillippe Lagayette será presidente interino y Thierry Bolloré director general en funciones El consejo de administración de la empresa no ha cesado a Carlos Ghosn
Renault tendrá un tándem al frente del grupo tras el escándalo provocado por la detención en Japón de su consejero delegado Carlos Ghosn el lunes. El fabricante tendrá nuevo presidente interino no ejecutivo, el consejero independiente Philippe Lagayette, y a su vez, el directivo Thierry Bolloré, director de operaciones, ha sido designado como director general. No obstante, Goshn “temporalmente impedido, sigue siendo presidente director general”, explicó la compañía.
En la tarde del martes, la automovilística aseguró que “todos los procedimientos de gobierno corporativo son completamente funcionales, lo que permite al Grupo Renault seguir el curso normal de sus operaciones industriales y comerciales”. La automovilística aseguró, en un intento por demostrar que no sufre un vacío de poder, que Thierry Bolloré, jefe de operaciones del Grupo, “está especialmente a cargo de la continuidad del comité ejecutivo” de la empresa.
Thierry Bolloré era el favorito del Gobierno francés para dirigir la empresa. Le Maire, ha explicado que el Gobierno vería con buenos ojos que el puesto de Ghosn lo ocupe Bolloré, ya que el primero “no está en posición” de seguir al frente del Grupo. El Ejecutivo galo posee el 15% de Renault, que a su vez tiene el 43,4% de Nissan. Además, la japonesa posee el 15% de las acciones del fabricante francés.
Los Gobiernos de Japón y de Francia habían resaltado este martes el valor de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Los ministros de Economía de ambos países (el nipón Hiroshigue Seko y el francés Bruno Le Maire) han mantenido una charla telefónica en la que destacaron a esta unión de fabricantes de automóviles como “uno de los grandes símbolos de la cooperación industrial franco-japonesa”.
Este “símbolo” ha sufrido este martes la caída de sus tres componentes en las Bolsas de Tokio y París, debido al arresto el lunes en Japón de su máximo directivo, Carlos Ghosn, acusado de fraude fiscal en ese país. Renault bajó un 1,19%, después de haberse desplomado un 8,43% el lunes. Nissan, por su parte, perdió un 5,45% y la que peor parada salió fue Mitsubishi con una caída del 6,85%.
Horas antes de este anuncio de Renault, el director ejecutivo del fabricante de coches Mitsubishi (que integra la Alianza junto con la francesa y Nissan), Osamu Masuko, había expresado su temor por la falta de liderazgo en la firma francesa. “El problema inmediato es que si bien todavía hay personas en la parte superior de dos de las compañías (de la Alianza), no hay nadie en la tercera (Renault)”, había dicho Masuko.
La agencia de calificación Moody’s ha mostrado este martes su confianza en Bolloré, al asegurar en un comunicado que, ya que el directivo “es el responsable diario del negocio de la firma”, no prevé “ningún impacto a corto plazo en el desempeño operativo de la compañía por este incidente (la detención de su presidente Carlos Ghosn)”.
Pero, la agencia ha avisado de que “si este incidente da lugar a un desenlace u otro cambio material en la Alianza, Nissan y Renault podrían ver cómo se reducen las sinergias operativas, que hacen que esta unión de empresas sea tan estratégica. Este ahorro de costes, que en 2017 alcanzó los 5.700 millones de euros para los tres socios de la Alianza, se pretende aumentar a 10.000 millones al año antes de 2022”.
La alargada sombra de Ghosn
Difícil de sustituir. “No creo que haya nadie más en la Tierra como Ghosn que pueda manejar a Renault, a Nissan y a Mitsubishi”, dijo ayer el director ejecutivo de la automovilística nipona Mitsubishi, Osamu Masuko.
Concentración de cargos. Ghosn llegó a ser presidente de Mitsubishi, Renault y Nissan a la vez, y a su vez máximo dirigente de la Alianza. “Algunas cosas tienen que corregirse, como la concentración de poder en una persona”, dijo el lunes Hiroto Saikawa, consejero delegado de Nissan.
“Le cost killer”. Ghosn es reconocido por salvar de la bancarrota a Nissan, donde aplicó un severo recorte de gastos, lo que le hizo ganarse el mote de “le cost killer”.