El Banco de España podrá limitar el crédito en función de la renta y las garantías del cliente
El organismo dispondrá de herramientas para impedir burbujas crediticias o la asunción de riesgos excesivos por la banca
El Banco de España dispondrá de herramientas para impedir burbujas crediticias o la asunción de riesgos excesivos por parte de las entidades financieras con las que no contaba durante la crisis para poner coto a la fiebre inmobiliaria, en desventaja con organismos supervisores homólogos.
A la institución dirigida por Pablo Hernández de Cos se le surtirá de útiles por si estimase necesario limitar la concesión de financiación en función de la renta de los clientes que demanden el préstamo y las garantías que aporten en la operación, confirmaron fuentes del Ministerio de Economía.
Gana poder en el marco de la creación de la autoridad macroprudencial que también ha previsto darle mayor capacidad en la fijación de capital anticíclico sectorial o los llamados colchones de provisiones anticrisis, y con el establecimiento de límites máximos a la concentración sectorial de exposiciones crediticias.
A pesar de que las competencias se refuerzan con la fundación de la autoridad macroprudencial exigirá un desarrollo normativo específico para dotarle de esas capacidades que ya tenían "la mayor parte de los organismos homólogos", al margen de las reglas que se arbitren para constituir la citada autoridad, refirieron las mismas fuentes.
El escaso surtido de herramientas para pinchar la burbuja fue precisamente la queja puesta en evidencia por el anterior gobernador del Banco de España, Luis María Linde, cuando rindió cuentas de la gestión del organismo durante la Comisión que investiga la crisis económica y financiera en el Congreso.
Útiles para pinchar la burbuja
Linde reconoció que no se actuó para frenar la fiebre crediticia en parte por un error de estimación -"se pensó que podría corregirse de forma gradual", dijo-, pero también al carecer de autoridad para imponer restricciones a las entidades en la concesión.
El exgobernador lamentó, de hecho, que se podría haber impulsado la aplicación de límites a la expansión del crédito como restringir la concentración de riesgos en el sector de la promoción y la construcción, o acotar la proporción del importe de las hipotecas en relación al valor del inmuebles, que es lo que la nueva norma procurará enmendar a juzgar por el plan anticipado.
El Banco de España no contaba con capacidad legal para tomar dichas decisiones teniendo que dejar a los gestores asumir los riesgos si cumplían con los ratios regularios exigibles de solvencia o provisiones y que, tras la crisis, se vieron insuficientes multiplicado los umbrales exigibles mínimos con nuevas regulaciones.
Así se concedieron, por ejemplo, incontables hipotecas por cuantías superiores al valor de tasación de las viviendas para facilitar a las familias amueblar el piso a la vez o, incluso, comprar un coche, aún cuando la ortodoxia bancaria aconseja no superar el 80% del valor de la garantía.
De igual forma, los balances se llenaron de crédito promotor e inmobiliario sin limitaciones, que estallarían con el crash inundando los balances de inmuebles con valores muy inferiores a la financiación otorgada para su adquisición o promoción.
Hipotecas para comprar y amueblar
"El Banco de España amplía significativamente sus instrumentos macroprudenciales para poder controlar mejor el ciclo crediticio y el desarrollo de burbujas financieras en el futuro, lo que redundará en un crecimiento económico más estable y sostenible", reparó precisamente Pablo Hernández de Cos, en el comunicado emitido por Economía hace unos días cuando divulgó la creación de la nueva autoridad.
La autoridad macroprudencial deberá contribuir a evitar o mitigar cualquier riesgo sistémico futuro susceptible de afectar a la estabilidad financiera. Se gestará con la transformación del Consejo de Estabilidad Financiera (Cesfi) y estará igualmente integrada por representantes del Ministerio de Economía y Empresa, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Su cometido será la citada supervisión macroprudencial del sistema financiero, con capacidad para efectuar análisis de riesgos y emitir opiniones, así como alertas sobre todos los aspectos que puedan suponer un riesgo sistémico que afecte a la estabilidad financiera. Tendrá potestad para formular recomendaciones para la adopción de medidas específicas cuando atisbe dichos riesgos, con la posibilidad de dar publicidad al seguimiento de esas indicaciones cuando lo considere necesario.
El Banco de España dispondrá de herramientas para impedir burbujas crediticias o la asunción de riesgos excesivos por parte de las entidades financieras con las que no contaba durante la crisis para poner coto a la fiebre inmobiliaria, en desventaja con organismos supervisores homólogos.
A la institución dirigida por Pablo Hernández de Cos se le surtirá de útiles por si estimase necesario limitar la concesión de financiación en función de la renta de los clientes que demanden el préstamo y las garantías que aporten en la operación, confirmaron fuentes del Ministerio de Economía.
Gana poder en el marco de la creación de la autoridad macroprudencial que también ha previsto darle mayor capacidad en la fijación de capital anticíclico sectorial o los llamados colchones de provisiones anticrisis, y con el establecimiento de límites máximos a la concentración sectorial de exposiciones crediticias.
A pesar de que las competencias se refuerzan con la fundación de la autoridad macroprudencial exigirá un desarrollo normativo específico para dotarle de esas capacidades que ya tenían "la mayor parte de los organismos homólogos", al margen de las reglas que se arbitren para constituir la citada autoridad, refirieron las mismas fuentes.
El escaso surtido de herramientas para pinchar la burbuja fue precisamente la queja puesta en evidencia por el anterior gobernador del Banco de España, Luis María Linde, cuando rindió cuentas de la gestión del organismo durante la Comisión que investiga la crisis económica y financiera en el Congreso.
Linde reconoció que no se actuó para frenar la fiebre crediticia en parte por un error de estimación -"se pensó que podría corregirse de forma gradual", dijo-, pero también al carecer de autoridad para imponer restricciones a las entidades en la concesión.
El exgobernador lamentó, de hecho, que se podría haber impulsado la aplicación de límites a la expansión del crédito como restringir la concentración de riesgos en el sector de la promoción y la construcción, o acotar la proporción del importe de las hipotecas en relación al valor del inmuebles, que es lo que la nueva norma procurará enmendar a juzgar por el plan anticipado.
El Banco de España no contaba con capacidad legal para tomar dichas decisiones teniendo que dejar a los gestores asumir los riesgos si cumplían con los ratios regularios exigibles de solvencia o provisiones y que, tras la crisis, se vieron insuficientes multiplicado los umbrales exigibles mínimos con nuevas regulaciones.
Así se concedieron, por ejemplo, incontables hipotecas por cuantías superiores al valor de tasación de las viviendas para facilitar a las familias amueblar el piso a la vez o, incluso, comprar un coche, aún cuando la ortodoxia bancaria aconseja no superar el 80% del valor de la garantía.
De igual forma, los balances se llenaron de crédito promotor e inmobiliario sin limitaciones, que estallarían con el crash inundando los balances de inmuebles con valores muy inferiores a la financiación otorgada para su adquisición o promoción.
"El Banco de España amplía significativamente sus instrumentos macroprudenciales para poder controlar mejor el ciclo crediticio y el desarrollo de burbujas financieras en el futuro, lo que redundará en un crecimiento económico más estable y sostenible", reparó precisamente Pablo Hernández de Cos, en el comunicado emitido por Economía hace unos días cuando divulgó la creación de la nueva autoridad.
La autoridad macroprudencial deberá contribuir a evitar o mitigar cualquier riesgo sistémico futuro susceptible de afectar a la estabilidad financiera. Se gestará con la transformación del Consejo de Estabilidad Financiera (Cesfi) y estará igualmente integrada por representantes del Ministerio de Economía y Empresa, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Su cometido será la citada supervisión macroprudencial del sistema financiero, con capacidad para efectuar análisis de riesgos y emitir opiniones, así como alertas sobre todos los aspectos que puedan suponer un riesgo sistémico que afecte a la estabilidad financiera. Tendrá potestad para formular recomendaciones para la adopción de medidas específicas cuando atisbe dichos riesgos, con la posibilidad de dar publicidad al seguimiento de esas indicaciones cuando lo considere necesario.