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El arancel chino a la energía de EE UU es arriesgado

Podría compensarlo comprando gas a Irán, pero eso violaría las sanciones de Washington

Barco cargado de gas natural licuado, procedente de Qatar, llegando a una nueva terminal para el gas en Shenzhen (China).
Barco cargado de gas natural licuado, procedente de Qatar, llegando a una nueva terminal para el gas en Shenzhen (China).REUTERS

El golpe de China a la energía de EE UU es efectivo pero arriesgado. Va a aplicar un arancel sobre el gas natural licuado, una floreciente exportación estadounidense. El de Irán podría llenar el vacío, pero eso violaría las sanciones de Washington.

El arancel del 25% sobre el combustible de EE UU, que forma parte de un impuesto más amplio sobre bienes por valor de 60.000 millones de dólares, propuesto el viernes, golpearía a Trump donde le duele por segunda vez, tras los aranceles a la soja, el trigo o el maíz, que afectan a los agricultores, un importante nicho de votantes del empresario.

Trump ha prometido establecer un “dominio energético” estadounidense y ha promocionado especialmente el GNL. En 2017, EE UU envió casi 2.000 millones de pies cúbicos al día al extranjero, unas cuatro veces más que el año anterior. China fue el tercer mayor comprador, según EE UU. Las compañías estadounidenses están ampliando los puertos y otras partes de la cadena del GNL para dar cabida a un creciente mercado de exportación.

China podría sustituir parte de su suministro con gas iraní. Pekín dijo el miércoles que seguiría haciendo negocios con Teherán pese a la reimposición de las sanciones de EE UU sobre el crudo y la energía iraníes, que entrarán en vigor un día antes de las elecciones legislativas del Capitolio, en noviembre. Al aumentar la preocupación por el empleo y las ventas por las represalias chinas, los republicanos han instado a Trump a aliviar las tensiones con Pekín.

Las compras de China, que ya es el mayor socio comercial de Irán, compensarían las sanciones de EE UU al tiempo que aumentarían la presión sobre una industria nacional que Trump está tratando de reforzar. Aunque en general las exportaciones iraníes de petróleo y gas cayeron de junio a julio mientras los países se preparaban para la aplicación de las sanciones, las ventas a China aumentaron un 11%, según S&P Global Platts.

Trump tuiteó el martes que quien haga negocios con Irán “NO” los hará con EE UU. Los bancos y otras empresas chinas podrían quedarse sin acceso a los servicios de compensación en dólares, o sufrir causas penales o restricciones a la exportación del tipo que casi acaba con la teleco estatal china ZTE. Pekín estaría apostando fuerte a que Trump parpadeara primero.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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