El último post
Hoy, 31 de julio, dejo Cinco Días, el diario que me ha acogido desde el verano de 1998. Termina también este blog, nacido en septiembre de 2008 con una declaración de intenciones que el lector podrá juzgar si se ha cumplido o no.
Sirva este último post para expresar mi profundo agradecimiento a los lectores de estos 20 años (suponiendo que alguno haya tenido tanta paciencia) y mi gratitud por los comentarios y precisiones, a menudo fuente de información valiosa.
Cuando he tenido tiempo he aderezado el blog con fotos de mi cosecha (no tanto por su calidad, a veces ínfima, como por hacer un guiño con el titular). Y la parte más amena, pero no menos laboriosa, ha sido la búsqueda de vídeos o canciones que aportasen un contexto audiovisual. La lista de Spotify de La UE del revés se me queda como una tarea iniciada pero pendiente de concluir.
Por el camino les hemos contado, desde las páginas del diario y desde este blog, operaciones empresariales y tribulaciones en el sector financiero o en el energético, disputas sobre las cuentas públicas o sentencias del tribunal europeo que han moldeado el continente. La información siempre ha buscado la veracidad, aunque no siempre se lograse la exactitud. Y disculpas a quien se haya soliviantado por opiniones que han intentado ser ponderadas y justificadas.
La etapa que termina ha pasado por la ilusión del estreno del euro, el vértigo de la ampliación hacia Europa central y del Este, la frustrada Constitución europea y, sobre todo, por una interminable crisis social y económica que ha dejado el continente cubierto de llagas y de curanderos con peligrosas recetas de alivio.
El próximo curso, como casi siempre en Bruselas, se anuncia caliente, con la cuenta atrás hacia el brexit, hacia unas elecciones europeas marcadas por el trumpismo y, tal vez, hacia el relevo político definitivo de las generaciones que crearon la UE. Hay motivos para la inquietud pero más vale aferrarse al optimismo. Europa sabe más por experiencia que por vieja. Y arrastra siglos de tropiezos pero también un caudal incalculable de cultura, conocimiento y riqueza que la han convertido en uno de los espacios del mundo con mayores tasas de igualdad, solidaridad e inclusión.
P. D.: Aprovecho esta entrada de salida para enviar un tremendo abrazo a las decenas de compañeros y excompañeros de la redacción de Cinco Días, a quienes les debo toneladas de afecto, paciencia y ayuda.
A partir de mañana me acogen en El País, cambio que asumo con enorme ilusión y muchísimo respeto ante la envergadura profesional de uno de los principales diarios de Europa. Desde Bruselas seguiré contándoles la UE del derecho. Y del revés.
Gracias y hasta la vista.