¿El autónomo no enferma? Con esta prestación por baja, no se lo puede permitir
La asociación UPTA calcula lo que cobra un autónomo que ayuda a entender el mito de por qué un autónomo nunca enferma.
Seguro que has oído hablar en alguna ocasión del mito de que los autónomos nunca enferman. Hay varias noticias en Internet que se han viralizado, sobre estudios en el ADN de los autónomos. Sobre sus superpoderes. Sobre científicos que estudian sus cuerpos, para conocer más sobre un sistema inmunológico impenetrable. que les permite no enfermar jamás. Más allá de estas bromas, la realidad es que el autónomo no enferma porque no se lo puede permitir.
Así se desprende de un estudio realizado por la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos. UPTA ha calculado lo que cobra un autónomo cuando está de baja por enfermedad común. Las cifras que han presentado son desoladoras.
De media un autónomo que cotice por la base mínima percibe el 60% de su base de cotización los primeros 20 días y aunque luego suba al 75%, a partir del día 22, con ello es “imposible”, denuncian las asociaciones de trabajadores autónomos, vivir dignamente, puesto que tienen que seguir haciéndole frente a la cotización.
Perciben 525 euros al mes, menos...
UPTA ha traducido estos porcentajes a cifras, para visualizar la desproporción de la prestación por baja del colectivo. En términos económicos sobre una base mínima de cotización de 919,80 euros, estos trabajadores percibirían unos 525 euros al mes, a los cuales tendrían que descontarse los 275 euros de cotización, lo que supone que un autónomo tiene que vivir con apenas 250 euros ese mes.
350.000 autónomos acogidos a baja temporal
En términos numéricos el pasado año se acogieron a la baja temporal por contingencias comunes en el sistema del RETA 356.000 autónomos, con una duración media de 92,23 días, lo que supuso un número medio mensual de 29.673 beneficiarios.
UPTA ha propuesto bonificar el 100% de la cuota a los autónomos que se ven obligados a acogerse a la baja temporal por contingencias o enfermedades comunes, lo que supondría un gasto menor de 290 millones de euros anuales, siempre sujeto a la bonificación en la base mínima de cotización y sin incluir a los autónomos que ya disfrutan de alguna bonificación o reducción de cuota.