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Los inversores en hoteles ponen a Canarias y Baleares en el punto de mira

Avisan de un riesgo de saturación en San Sebastián, Valencia o Sevilla Advierten que las ventas en Barcelona han caído un 36%

Una playa de Cullera, Valencia.
Una playa de Cullera, Valencia.Efe

La llegada masiva de los inversores nacionales e internacionales al mercado hotelero español, atraídos por los bajos precios y las expectativas de rentabilidad, parece perder fuerza. Esa es la principal conclusión que se puede extraer de la mesa redonda celebrada en el Congreso de Hoteleros Españoles en Málaga, en la que los ponentes han destacado la falta de oferta o los precios excesivos.

Ángel Palomino, director de Azora, recalcó que sigue habiendo oportunidades de compra, pese a que cada vez hay menos activos interesantes. “Hay un apetito desmesurado por el vacacional español. Las zonas más atractivas siguen siendo las islas (Canarias y Baleares). Es donde hay más apetito por invertir y nosotros lo compartimos. En ciudades somos mucho más cautos. Los precios se han disparado y la rentabilidad de los activos tiene que ser alta”, remarcó.

Guillermo Pérez, socio director de Hoteles Temáticos, puso nombres y apellidos a ese nuevo ciclo de inversión. “Valencia y Sevilla están saturadas, parecen no tener capacidad de generar demanda para cubrir toda la oferta hotelera y vuelven a ser dos grandes problemas. En el otro lado, Málaga, Madrid y Barcelona siguen siendo atractivas”, subrayó. Otro destino que emite señales inquietantes es San Sebastián. “Como hotelero no entraría en San Sebastián porque se ha convertido en un parque temático gastronómico. No podemos aportar valor a un hotel nuevo, ya que no tiene ninguno tipo de oferta complementaria. No sucede así por ejemplo en Valencia o Malaga, en la que sí hay potencia para el turismo de negocios o para las escapadas de fin de semana”, subrayó Pablo Carrington, director de la consultora Marugal.

Entre los destinos urbanos, Barcelona es el que más puede sufrir en el futuro, por la moratoria en vigor, que prohíbe la concesión de licencias para la construcción de hoteles, y por el desplome de la demanda como consecuencia del escenario político derivado desde el referéndum de independencia, celebrado el 1 de octubre. “Las ventas han caído un 34% en lo que va de año. Ha desaparecido el negocio doméstico y el negocio extranjero de lujo. Va a ser un año de cambios y de reajuste, con muchas ofertas”, señaló Pérez.

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