Los magnates extranjeros que apuestan por 17 grandes cotizadas
El peso de las grandes fortunas, compañías y fondos extranjeros y de capital riesgo sobre 22 grandes cotizadas supera los 46.000 millones de euros El capital italiano, con Endesa y Abertis, ocupa un puesto preponderante, mientras que la presencia de capital chino es muy residual
Ha sido un miedo que ha atenazado a empresas y Estados durante las últimas décadas. La posibilidad de que grandes empresas de valor estratégico caigan en manos de capital extranjero, en especial aprovechando momentos de debilidad.
En los últimos meses, ese temor ha vuelto a la palestra. Primero, con los intentos de algunos miembros del Gobierno por que Abertis no terminase en manos italianas y que cristalizaron en un pacto entre ACS y Atlantia para repartirse la concesionaria. Y más recientemente, con la sorpresiva opa de un consorcio chino sobre la portuguesa EDP, que ha pillado con el pie cambiado a sus históricas novias, como Gas Natural y ha llegado a poner en alerta a la propia Comisión Europea ante el empuje del gigante asiático. Antes, otros magnates extranjeros acudieron al rescate de Sabadell o FCC. Mientras, empresas core como Gas Natural, Iberdrola o Enagás las retienen los españoles como aldeas galas.
No en vano, la imagen de los poderosos de la Bolsa ha cambio mucho en los últimos 20 años, cuando la beautiful people y las familias españolas de rancio abolengo marcaban el compás. Las privatizaciones estatales y la entrada en la Unión Europea pusieron a España en el radar. Hoy, el proprio presidente de BME, Antonio Zoido, reconoce que el 40% de los propietarios de acciones de Bolsa española está fuera de España, en máximos históricos.
En las 60 mayores cotizadas españolas un tercio de su capital de media está en manos de empresas, fortunas y fondos extranjeros, lo que se traduce en unos 46.000 millones de euros en acciones. Fuera quedan las grandes gestoras de fondos de gestión pasiva (BlackRock o Vanguard), si bien su peso en el día a día de las empresas se reduce a cero. Por regiones, son los europeos los que se sienten más atraídos por los grupos españoles. Suman una exposición de 22.000 millones, de los que Italia controla la mayor parte. Los últimos en llegar han sido los Benetton, una vez ejecuten su opción de compra sobre Cellnex y culmine la opa sobre Abertis, en un camino que ya inició el expolítico Silvio Berlusconi en Mediaset. Y la toma Endesa por la eléctrica italiana Enel puso la primera piedra.
España empieza a ser también polo de atracción para geografías más lejanas, más allá de Italia y Reino Unido. Destaca el desembarco del multimillonario ruso Mijail Fridman, a través de su fondo Letterone, para controlar un 25% de Dia. El plantel europeo se completa con tímidas aproximaciones de noruegos o alemanes.
Tras los europeos, son los accionistas asiáticos los que tienen un papel preponderante entre las grandes cotizadas, con una apuesta que se eleva a más de 12.000 millones. El papel de la familia india Mittal en la asturiana Arcelor tras la fusión dispara esta cifra. Lo completan el pequeño porcentaje de la japonesa Nishiin y los de la china HNA (en venta) y la tailandesa Minor en NH.
La hiperactividad de Wall Street en todo mercado del mundo que se precie y el especial vínculo que une a España con Latinoamérica hacen que el peso de los americanos siga de cerca a los anteriores. Alcanza los 11.500 millones, de los cuales un 70% se corresponden con accionistas mexicanos, colombianos y argentinos. En este apartado destaca el interés por la constructora FCC en dos de los hombres más ricos del mundo, el mexicano Carlos Slim y el estadounidense Bill Gates. Entre los dos suman cerca del 70% del capital.
El papel de Latinoamérica está representado por grandes familias acaudaladas como los antiguos dueños de la cervecera Corona o los Revoredo, principales accionistas de Prosegur. Entre los estadounidenses destaca el gigante del capital riesgo Blackstone, que le ha comprado a George Soros el 16% de Hispania, con lo que quedó en la pole position para hacerse con la totalidad de la socimi a través de una opa