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Nestlé niega impacto alguno del procés en su negocio en España

Ha mantenido su sede en Barcelona "sin recibir ninguna presión" Su fábrica de Reus aspira a producir café de Starbucks tras la compra de su licencia

Javier García Ropero

La situación política en Cataluña no ha tenido ningún impacto en el negocio de Nestlé en España. De forma rotunda lo ha afirmado el director general de la división española, Laurant Dereux, que además tiene su sede en Esplugues de Llobregat (Barcelona). Según ha afirmado Dereux, el cambio de sede social no fue una opción y tampoco hubo presión alguna para tomar esa decisión. “Hemos buscado de forma continua algún signo de impacto de la cuestión política en nuestro negocio, pero no hemos encontrado ninguno”, ha sentenciado el ejecutivo en un encuentro con periodistas. “Siempre informamos a Suiza de las cosa que pasan aquí, pero no recibimos ninguna instrucción. Evaluamos la situación aquí y en ningún momento se consideró la salida, porque la empresa seguía operando con total normalidad”, ha añadido el Dereux, que el 31 de mayo dejará el cargo para jubilarse tras casi cinco años en el mismo. Le sustituirá el actual director general de Nestlé en Filipinas, Jacques Reber.

Nestlé España facturó en 2017 un total de 1.928 millones de euros, en la misma línea que el año anterior, en un ejercicio marcado por los 82 millones invertidos en sus fábricas, especialmente en la ubicada en Girona, especializada en la fabricación de café tostado. Precisamente, el café puede traer mayor carga de trabajo tanto a esta factoría como a la ubicada en Reus, después del acuerdo entre Nestlé y Starbucks, mediante el cual la primera se ha hecho con la licencia de los productos de la cadena de cafeterías para su venta en todo el mundo. “El acuerdo es muy reciente, pero podemos imaginar que llegue más producción de café con la marca Starbucks a Reus, también a Girona. Habrá que ver los diferentes tipos de café que llegan a Europa, cuáles se lanzan… Ambas tienen capacidad para fabricar más”, ha valorado Dereux.

El ejecutivo ha aprovechado para presentar la nueva gama de productos ecológicos que completan el portfolio del grupo, y que se espera representen entre el 10 y el 15% de la facturación de Nestlé en España en cinco años. Estos primeros productos “bio” se centran en la alimentación infantil, el tomate frito y el café. Dos terceras partes de los mismos se producirán en factorías españolas, que también exportarán parte del producto, como ya hacen con el tomate, principalmente a Alemania. Dereux ha rechazado que lo bio sea una moda y lo ha enmarcado en una “tendencia de fondo”, al igual que los productos saludables, es decir, con menos cantidades de azúcares, sales, grasas, o sin gluten; y los premium, como el relanzado Nescafé Gold.

En la compañía esperan que estas tres vías de negocio generen el 44% de la facturación a medio plazo. Estos empiezan a estar disponibles ya en los lineales, aunque el ejecutivo reconoce la dificultad para encontrarles un hueco en las tiendas físicas. “No es nuestra decisión, a nosotros nos gustaría llevar estos productos nuevos a todas las cadenas. Nuestro papel es ofrecer un surtido que aporten cosas adicionales alos clientes. Esto es una lucha por tener espacio, y si no lo hay, habrá que crearlo”, ha afirmado Dereux, que con ello se ha referido al papel del canal online. “Este no tiene límites físicos. De momento solo representa el 2% del total de ventas de la alimentación, pero es una tendencia de fondo y esperamos que se desarrolle de forma importante”.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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