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DGT y Ganvam se alían para luchar contra el fraude en los cuentakilómetros

Buscan que obligatoriamente se declare la cifra de kilómetros en cada transacción También que los talleres apunten y declaren este dato

Vehículos en un aparcamiento.
Vehículos en un aparcamiento.

La lucha contra el fraude en los cuentakilómetros será más ardua en unas semanas. La patronal española de la distribución de vehículos y talleres Ganvam está ultimando un acuerdo con la Dirección General de Tráfico (DGT) para endurecer los controles contra estas malas prácticas, que afectan a un 8% del parque automovilístico circulante en España, unos dos millones de coches de los 25,9 millones de unidades en activo, según datos facilitados por Ganvam.

De hecho, los datos del Parlamento Europeo, que se ha puesto a trabajar también para frenar estas manipulaciones, señalan que, en cada compra de un vehículo usado, hay un 12% de posibilidades de que se haya manipulado el cuentakilómetros para que el comprador crea que ha rodado menos distancia de la real. Si la transacción tiene como objeto un coche de otro país, hay hasta un 50% de posibilidades de fraude.

Cinco Días ya avanzó la semana pasada que el engaño alcanza tales cotas en la UE que el Parlamento Europeo va a instar a la Comisión, a través de un informe, para que zanje el problema. La Eurocamára reclama un endurecimiento de los controles, con la exigencia a los fabricantes de que blinden tecnológicamente el cuentakilómetros y con la creación de una base de datos europea, interconectada y accesible al público, que recoja la evolución de los contadores de todos los vehículos.

Desde Ganvam apuntan que España va adelantada en este trabajo porque, desde 2013, ya es obligatorio que las ITV del país anoten el kilometraje y lo trasladen telemáticamente a la DGT para que conste en su informe del vehículo. “Dos años más tarde, a instancias de Ganvam, se aprobó la obligatoriedad de registrar el kilometraje también en el permiso de circulación” para aumentar la trazabilidad y veracidad de los datos de los vehículos.

La alianza actual, que se firmará en las próximas semanas, busca “seguir la pista del kilometraje del vehículo durante toda su vida útil” yendo “un paso más allá de lo que pide el Parlamento Europeo”. “El acuerdo persigue que no sólo sea obligatorio comunicar telemáticamente la cifra del cuentakilómetros cada vez que pase por la ITV o el taller, como recomienda el informe, sino que van un paso más allá para que también sea obligatorio cada vez que se haga un cambio de titularidad del vehículo”, explican desde la patronal.

Jaime Barea, director del departamento jurídico de Ganvam, explicó a Cinco Días que, después de un análisis de más de 100 millones de registros de datos de cuentakilómetros realizado por Ganvam con la colaboración del proveedor de historiales de vehículos Carfax, “haber encontrado solo un 8% de manipulaciones es mucho menos de lo esperado”. De estos dos millones de vehículos afectados, “un 30% no responden a una manipulación consciente y fraudulenta sino más bien a inconsistencias: redondeos u omisiones de un dígito cuando se hace el traspaso de datos”, explica Barea. Del 70% restante, el examen de Ganvam demuestra que “el 25% de las salvedades corresponden a furgonetas y el 87% de las manipulaciones se producen en vehículos de más de 10 años. Más del 60% de los coches usados que se venden en España tienen más de una década de antigüedad.

Aunque sean menos de los previstos, dos millones de vehículos son “muchísimos”, entiende el directivo, que asegura que esta picaresca “empaña la imagen del mercado de vehículos usados y tiene implicaciones para la seguridad vial”. “Estas prácticas constituyen un acto de competencia desleal aislado frente a la inmensa mayoría de agentes que trabajan honestamente conforme a las exigencias de la ley”, recalcan desde Ganvam.

Pero además, el desconocimiento del estado real del coche a la hora de comprarlo tiene implicaciones en su mantenimiento. “Si un conductor adquiere un vehículo de segunda mano con el cuentakilómetros manipulado, es decir, con más kilómetros de los que se contabilizan, tendrá una idea equivocada de las actividades de mantenimiento que le corresponden”, explica Barea. El conductor puede no estar cambiando las pastillas de freno, los filtros o los discos cuando corresponde “y poner en riesgo su vida y la del resto de usuarios de la red viaria”, destacan.

Si se descubre y se logra encausar al manipulador del cuentakilómetros de un coche, esto puede tener consecuencias penales y civiles, desde el incumplimiento de contrato y devolución del dinero hasta penas de prisión.

Barea detalla que la transferencia telemática no es problema para la DGT, que está muy avanzada en los trámites digitales pero que “conectar 40.000 talleres en España a una plataforma para transferir los datos puede tener alguna complicación, sobre todo para los de tamaño más pequeño. Habría que diseñar una plataforma de fácil uso”, explica.

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