Herbert Diess, nuevo jefe de Volkswagen, abre las ventanillas
Con larga experiencia en BMW, pretende sacar al grupo de su atasco
Sus simpatías hacia España inducen a pensar que mirará con ojos cariñosos las plantas de fabricación de Volkswagen del país. Herbert Diess (24 de octubre de 1958, Múnich, Alemania), el nuevo máximo ejecutivo del grupo Volkswagen, pasó varios años en España, habla español correctamente y está casado con una española.
Su periplo por el sur de Europa dio comienzo en 1990, al ser nombrado director técnico de planificación y mantenimiento de la planta de Robert Bosch, el fabricante de componentes de automóvil, en Treto (Cantabria), de la que luego fue director general entre 1993 y 1996. De ese tiempo le queda también su querencia por el terruño, la ría de Treto, en la que lleva años rehabilitando una casona típica. Es una zona muy poblada también de los bávaros de España: los vascos.
De Diess se dice también que tiene un carácter más afable de lo habitual en los ejecutivos germanos. Como lo cortés no quita lo valiente, los inversores valoran su estilo directo a la hora de recortar costes, uno de los motivos por los que ha sido aupado a CEO: según Evercore ISI, el gasto en costes materiales de Volkswagen es 19 puntos porcentuales mayor que el de BMW, la compañía donde Diess desarrolló casi toda su carrera.
Estudió Tecnología de Vehículos en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Múnich e Ingeniería Mecánica en la Universidad Técnica de Múnich. Se doctoró en automatización de ensamblajes en el Instituto de Máquinas-Herramienta y Gestión de Instalaciones de esta. A partir de 1988, dirigió el departamento de Automatización de Montajes del Instituto.
A los 31 años pasó a la empresa privada, con Bosch, primero en Stuttgart, antes de moverse a España. Su vuelta a Alemania, de la mano de BMW, no duró mucho tiempo: pronto volvió a viajar, esta vez a Reino Unido, a dirigir las plantas de Birmingham y luego Oxford. En 2003, fue nombrado director de BMW Motorcycles.
En 2007, entró en el consejo de administración como responsable de proveedores, y en 2012, a dirigir los nuevos desarrollos, entre ellos los primeros vehículos eléctricos. Apuesta claramente por la producción de baterías de iones de litio en Alemania, ya que las considera una tecnología básica para la electromovilidad.
En 2015, el consejo de administración de Volkswagen le nombró miembro del mismo y jefe de marca, cargo en el que consiguió acordar importantes recortes de costes con los sindicatos.
Diess representa el cambio, los aires de fuera, en una empresa a la que llegó pocos meses antes de que se diera a conocer el dieselgate: 11 millones de sus coches diésel tenían instalado un software ilegal para cambiar los resultados de los controles técnicos de emisiones contaminantes.
Ahora sustituye como presidente del comité ejecutivo a Matthias Müller, hombre de Volkswagen de toda la vida cuyo contrato finalizaba en 2020, y que provocó el rechazo del consejo de supervisión (el equivalente al consejo de administración en Alemania) a las profundas reformas que pretendía realizar, entre otras, deshacerse de la división de motos Ducati.
Es posible que Diess saque a Bolsa su división de camiones, cuyo valor no se refleja en la cotización del grupo en conjunto; dentro de ese plan, se plantea aumentar su participación en el fabricante de camiones estadounidense Navistar.
La nueva estructura creada por Diess divide con más claridad las responsabilidades entre los ejecutivos, pero el consejo de supervisión, presidido por Hans Dieter Pötsch, seguirá muy poblado de representantes sindicales (que controlan la mitad de los votos) y políticos del land de Baja Sajonia, y muy poco de miembros independientes, señala Neil Unmack, de Reuters.
Los inversores han recibido bien el cambio: Volkswagen llegó a subir un 8% en Bolsa con el nombramiento, aunque ahora solo está un 5% por encima del momento anterior al mismo. Su valoración sigue estando más de un quinto por debajo de las de Daimler y BMW.
No se espera que los recortes afecten a la presencia del grupo en España, donde cuenta con dos fábricas en marcha. Las inversiones previstas en el país, de unos 4.400 millones de euros, se están ejecutando según lo previsto. Las marcas que producen en España –entre ellas Seat– dependen directamente de Diess. Este considera indispensable la producción interna, es decir, la fabricación de componentes en plantas propiedad del grupo.
Diess tiene una visión bastante moderada sobre el futuro y la reconversión a la que se enfrenta el sector. Por ejemplo, cree que con los coches autónomos “desaparecerán muchos factores negativos, como las emisiones o los accidentes, y empeorará uno: pasaremos más tiempo en los atascos, aunque con mucho confort, bien conectados y sin riesgos”, como señalaba a El País hace dos años. También subrayaba que los ciclos en el automóvil son más lentos que en otros sectores, como los teléfonos móviles.
Sin prisa pero sin calma, Diess es el elegido para abrir las ventanillas de Volkswagen.