Yi Gang, la tortuga que volvió para dirigir el yuan
Economista formado en EE UU, es el nuevo gobernador del banco central chino
Las tortugas van despacio, pero acaban llegando a su destino. Después de 15 años al frente del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan ha entregado las llaves de la política monetaria del país a Yi Gang (Pekín, 1958), un reputado economista con una larga trayectoria –tanto académica como técnica– que seguirá con el impulso reformista iniciado por su mentor y predecesor para transformar el modelo económico del gigante asiático.
Los principales bancos centrales están inmersas en plena renovación. Janet Yellen acaba de pasar el mando de la Fed a Jerome Powell, el año que viene le tocará a Draghi en el BCE, y esta semana se ha oficializado el cambio en una de las instituciones más importantes de la segunda economía mundial, el banco central chino.
Yi deberá impulsar aún más la apertura económica a los inversores extranjeros y ejercer un control estricto sobre los altos niveles de deuda para contener posibles riesgos financieros. Un nombramiento continuista a la vez que reformista que es visto como una buena noticia entre los economistas y que da tranquilidad a los mercados extranjeros.
Aunque estuviera en las quinielas para suceder en el cargo a Zhou, el nombramiento de Yi, de 60 años, ha sido, a pesar de todo, algo inesperado dentro del país por su perfil de tortuga marina, un término usado en la jerga china para referirse a una persona con gran experiencia en el extranjero. Un tipo de trayectoria que, entre las altas filas de los dirigentes chinos, solía suscitar –al menos hasta ahora– ciertas reticencias y desconfianzas.
Después de conseguir en 1980 el título de Económicas en la prestigiosa Universidad de Pekín, Yi dejó su ciudad natal con apenas 22 años para ampliar su formación académica en la primera economía del mundo. Estudió durante dos años en la Universidad de Minnesota, tras lo que dedicó otros cuatro a su tesis doctoral en la Universidad de Ilinois. Con un inglés que domina a la perfección, ejercería durante casi una década como profesor en la Universidad de Indiana antes de seguir su trayectoria docente de vuelta en Pekín.
Yi, que ha publicado más de 40 artículos en varias revistas económicas de gran renombre internacional y que ha escrito diez libros, se convierte así en el primer jefe del Banco Central de China con un perfil mucho más académico que político. Una muestra, según los expertos, de la voluntad de Xi Jinping de que algo tan complejo como un banco central que gestiona una economía de 13 billones de dólares sea liderado por grandes profesionales.
Su perfil, a la vez continuista y reformista, es visto como una buena noticia por los mercados extranjeros
Pero en el nombramiento de Yi no solo destaca su extensa formación en Estados Unidos, que sin duda es vista como un gesto conciliador en un momento en el que las relaciones entre ambos países atraviesan cierta tensión por la política arancelaria de Trump. También resalta su trayectoria de los últimos diez años, en los que ha sido número dos de Zhou. Durante 15 años, Zhou ha sido el encargado de impulsar importantes reformas para liberalizar y abrir al exterior la controlada economía china. A sus 70 años, superaba desde hacía tiempo la edad de jubilación de los altos funcionarios del país. En 2012, Xi Jinping tuvo la oportunidad de nombrar a alguien que le sucediera, pero decidió mantenerlo en el puesto, en lo que fue visto como un esfuerzo por tranquilizar a las empresas y los mercados financieros. Ahora Yi cogerá el timón para seguir con una agenda de cambios todavía incompleta, que ha venido a transformar China desde la planificación central a la economía de mercado.
En su primer discurso al frente de la institución, Yi, que dentro del contexto chino es visto como bastante liberal, aseguró que trabajará para dar más oportunidades a las empresas extranjeras dentro del sector financiero chino, al tiempo que endurecerá la regulación contra el shadow banking (banca en la sombra) y que pondrá mayor énfasis en prevenir los riesgos financieros derivados de la abultada deuda. El Gobierno chino se ha tomado muy en serio la cuestión del endeudamiento, más si cabe después de que el año pasado tanto Moody’s como Standard & Poor’s recortaran el rating del soberano chino. El sistema bancario del país está cargado de préstamos incobrables de empresas estatales chinas, por lo que Yi deberá presionar a esas entidades para que saneen sus balances.
Una hoja de ruta muy ambiciosa en la que, no obstante, Yi no tendrá tanta libertad como sus homólogos. A diferencia de otros bancos centrales, el de China no es independiente y las decisiones de mayor trascendencia han de pasar por un alto comité del Gobierno. Pero cabe destacar que, en los últimos años y bajo el liderazgo de Zhou, el banco ha ganado cada vez más peso. Yi tendrá que responder por tanto ante Liu He, asesor económico de absoluta confianza de Xi, que esta semana se ha convertido en uno de los cuatro viceprimeros ministros, al frente de la política financiera e industrial. Otro nombramiento que se enmarca dentro de la amplia reorganización de los mandos económicos del país. En todo caso, expertos de todo el mundo coinciden: con Yi, las llaves del yuan están en buenas manos.
Una sólida trayectoria
Influyente académico. Además de haber ejercido la docencia en prestigiosas universidades estadounidenses, Yi ha sido asesor del Scandinavian Journal of Statistics y del Journal of Econometrics, así como miembro del consejo editorial del China Economic Review y del Journal of Asian Economics.
Una carrera ascendente dentro del banco central. Entró en 1997 como asesor del secretario general de Política Monetaria. En 2002 ocupó el cargo de secretario, hasta que en 2008 se convirtió en vicepresidente de la institución. Entre 2009 y 2016 compaginó ese puesto con el de director de la Administración Estatal de Divisas.