La deuda atará las manos al nuevo líder italiano
Promesas como bajar los impuestos y subir las pensiones pueden provocar problemas
La camisa de fuerza de la deuda italiana va a limitar al próximo líder del país. Por mucho que los principales candidatos en las elecciones de ayer hayan prometido aumentar el gasto, el nuevo dirigente no va a tener mucho margen de maniobra. El año pasado, la deuda pública de Italia estuvo algo por debajo del 132% del PIB y, pese a que disminuyó un poco respecto a 2016, sigue siendo la segunda más alta de la zona euro después de Grecia. Evitar nuevas subidas será una de las grandes preocupaciones del próximo Gobierno.
Italia tiene una ventaja: cuenta con superávit presupuestario antes del pago de intereses, que el año pasado fue del 1,9% del PIB. Aprovechar ese colchón para cumplir con las promesas electorales de reducir los impuestos y subir las pensiones volvería a provocar problemas con la deuda.
La otra restricción son los tipos de interés. Los ultrabajos costes de endeudamiento han permitido a Italia reducir el tipo de interés medio de su deuda a poco menos del 3%, pero aun así, la cuenta de intereses elimina el superávit primario.
Incluso si los rendimientos de la deuda del Gobierno italiano aumentan repentinamente, llevará un tiempo que suba la factura de intereses. Esto se debe a que la duración media de la deuda italiana está ahora cerca de los siete años, y el país está refinanciando deuda a menos del 1%. Además, los inversores extranjeros poseen cerca del 30% de la deuda pública, desde en torno a la mitad en el período previo a la crisis de la zona euro.
La tercera variable es el crecimiento. La tasa de crecimiento real del 1,5% el año pasado fue la más alta en casi una década. Podría permanecer en el mismo nivel este año o incluso fortalecerse. Sin embargo, si Italia sufre una desaceleración, la preocupación sobre la deuda aumentará rápidamente. Eso hace todavía más importante para el nuevo Gobierno impulsar reformas para simplificar, por ejemplo, su sistema judicial o reducir la burocracia.
Tales medidas enfrentan resistencia y no generan recompensas políticas inmediatas. Pero mejoran el potencial de crecimiento del país y son necesarios para que Italia encuentre una solución permanente a su problema de deuda.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Elisa Castillo Nieto, es responsabilidad de CincoDías.