El dólar ganará fuerza en el mercado de divisas
La renuencia a subir los tipos del BCE por la escasa inflación podría reanudar la debilidad del euro
Aunque resulta difícil anticiparse al comportamiento futuro de los mercados –los especialistas carecen de una bola de cristal capaz de vislumbrar con claridad qué acontecerá con fiabilidad en el futuro próximo–, la posibilidad de apoyarse en los acontecimientos de los últimos meses siempre nos proporciona interesantes claves acerca de cuál puede ser la tendencia en el corto plazo.
A partir de esta premisa, los dos hitos que nos ha dejado el mercado de divisas en 2017 han sido el impresionante desempeño del euro y la fuerte venta masiva sufrida por el dólar estadounidense frente al resto de divisas del G10. Efectivamente, el euro se recuperó con fuerza el año pasado desde su mínimo de catorce años y llegó a apreciarse un 15%, poniéndose a la cabeza del resto de monedas. Los temores de que los partidos euroescépticos triunfaran en las elecciones no tuvieron consecuencia en el mercado. España ha logrado rebajar el estallido separatista de Cataluña, los Países Bajos votaron por el mantenimiento del statu quo y la elección del centrista Emmanuel Macron en Francia imprimió confianza en el mercado. Así las cosas, la política europea seguirá pesando este año en el comportamiento del euro, con Italia convocada a urnas en marzo y Angela Merkel trabajando en la formación de un Gobierno de coalición para Alemania.
En la vertiente estrictamente económica, la zona euro continuó en 2017 su impresionante recuperación, sobre todo en la segunda mitad del año, superando con creces las expectativas más optimistas. De ahí que haya crecido la confianza de los inversores en que el BCE podría terminar su programa de flexibilización cuantitativa este año. A pesar de ello, no habrá cambios. La autoridad monetaria europea ha dejado claro en su reunión de hace tres días que la política de tipos negativos continuará más allá del fin del programa de compra de bonos. Y es que, como confirmó el presidente Draghi, las expectativas de una subida sostenida de la inflación no se están cumpliendo, y eso significa que las posibilidades de que suban tipos antes de 2019 son muy remotas. Precisamente, esta reticencia a la subida de tipos podría reanudar la tendencia a la debilidad del euro este año.
Si posamos la mirada sobre la libra esterlina, lo que apreciamos son las negociaciones sobre el brexit como principal riesgo para 2018. Después de un desastroso 2016, el pasado ejercicio fue de consolidación para la libra. No en vano, se percibe una visión más optimista sobre el proceso de desconexión: la fecha final para completarlo es marzo de 2019, y es posible, a la vista de los últimos acontecimientos, que pudiéramos asistir a una salida más flexible de lo que muchos temían, incluso con acceso de Reino Unido al mercado común por un período de tiempo indeterminado. Asimismo, el mercado parece estar subestimando las posibilidades de otro aumento de tipos del Banco de Inglaterra a finales de este año, siempre que la inflación permanezca por encima del 2%.
Con respecto al dólar, lo que hemos visto en 2017 ha sido la pérdida de más del 10% de su valor frente a sus principales contrapares, y ello a pesar de que la Reserva Federal aumentó los tipos en tres ocasiones. De cara a los próximos meses, y en vista de que la autoridad monetaria estadounidense continúa mostrando un tono optimista sobre el estado de la economía, parece poco probable que desista de sus planes para normalizar la política monetaria este año. La inflación subyacente de EE UU está cerca del objetivo, el mercado laboral del país está creando empleos a un ritmo constante y se espera que la revisión tributaria de Trump proporcione un modesto impulso al consumo y la inversión.
En consecuencia, es muy posible que veamos tres o incluso cuatro alzas de tipos adicionales a partir de marzo, un ritmo más rápido de lo que sugerirían los mercados. Los futuros de los fondos de la Fed muestran que la posibilidad de dos subidas cotiza un 75% en el mercado, mientras que la de tres lo hace en el 35%. De manera que una vez el mercado esté más en línea con la Fed, es probable que asistamos a una apreciación del dólar, sin que la sustitución de Jenet Yellen por Jerome Powell al frente de la institución vaya a tener un impacto material en el ritmo o el momento de las alzas este año.
En cuanto a los mercados emergentes, los riesgos geopolíticos podrían cobrar mayor importancia en 2018. Las subidas de tipos de la Fed siempre han sido un obstáculo para esas monedas. No obstante, y por el momento, esos riesgos permanecen en términos generales en niveles infravalorados.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury