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El arma de la deuda americana se reactiva.

Fuerte movimiento ayer en los mercados de deuda y de divisas tras el anuncio de un alto cargo del Gobierno chino, el mayor tenedor de deuda soberana estadounidense, en la que indica que se estudia recortar las compras de bonos. Minutos después, la rentabilidad del bono americano a 10 años aumentó (su precio cayó) hasta el 2,57%, su nivel máximo desde marzo pasado. La noticia fue difundida por la agencia Bloomberg, y hace referencia a la revisión periódica, por parte de los funcionarios chino, de las posiciones extranjeras del país y, parece ser que habrían recomendado reducir las compras de bonos de los EE.UU..

Entre las razones no solo estarían los problemas presupuestarios americanos (la reciente rebaja impositiva puede que no haya gustado demasiado a los acreedores tradicionales del país) y, por otro, las tensiones comerciales entre ambos países que se han recrudecido desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Al margen de la deuda, el dólar fue otro protagonista de los daños causados por la noticia. Frente la EUR, el billete verde volvió a recuperar la zona de los 1,20 dólares por euro y frente al yen japonés cayó un 1,07% hasta los 111,47 USD/JPY, su nivel más bajo desde el 29 de noviembre. El índex dólar, que mide la evolución de esta moneda con respecto a una cesta de otras divisas principales, se dejó un 0,49% hasta 91,82.

Esta madrugada, China desmintió las informaciones que contenían la noticia de ayer de Bloomberg, alegando que se debían probablemente a "fuentes erróneas" o simplemente a "posibles falsas informaciones". El país asiático, según un portavoz de la agencia gubernamental china encargada del mercado cambiario, administra sus compras de bonos del Tesoro estadounidense "según las condiciones del mercado y sus necesidades de inversión". A finales de octubre, China tenía deuda americana en dólares por valor de 1,189 billones de dólares y es con Japón (1,094 billones de dólares) uno de los dos principales titulares de deuda estadounidense. Ambos países concentran el 36,0% de los poseedores extranjeros de bonos del tesoro americano, que asciende a un total de 6,349 billones de dólares.

Como en todo lo relativo al endeudamiento público y privado, el déficit público y la deuda exterior las variaciones desde el inicio de la crisis son descomunales y sin parangón. Solo recordar que la deuda pública se ha duplicado en 10 años y que la deuda del gobierno en manos extranjeras no se ha quedado al margen de ello. A pesar del enorme incremento de la deuda en manos de China (más que duplicando su tenencia de deuda americana en estos diez años), el país ha perdido peso en el total ya que ha pasado del 21,8% a el 18,7%. Incluso Japón, el tradicional principal acreedor americano en el 2007 ha perdido peso al pasar del 28,2% al 17,2% del total y cediendo el primer puesto a China.

Y todo esto ocurre cuando cada vez parece más concreto el peligro de una excesiva sobre valoración de los activos financieros. A este respecto reputados gestores de activos como Jeremy Grantham, jefe estratega inversor de GMO, comienza a percibir signos de entrar en una fase de desmoronamiento de los activos (no inminente tampoco). Repetidamente hemos comentado también los niveles récord de PERs ajustados en el S&P 500 según la metodología de Robert Shiller.

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