Asenga prospera en México pese a la caída del peso
El proveedor de material de oficina capea la depreciación de la moneda mexicana En dos años ha conseguido que el mercado azteca aporte un tercio de sus ingresos
Ha sido un mal año para invertir en México. El peso se desplomó y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que durante dos décadas ha impulsado las exportaciones del país, corre el riesgo de romperse. Pero nada de eso ha impedido que una pyme de Getafe saque adelante allí su primer negocio internacional.
Asenga, firma dedicada al suministro de toda clase de material de oficina (desde bolígrafos y gomas hasta proyectores y mobiliario), cumplió en junio pasado dos años en este mercado con buenos resultados.
Sibalog, la filial mexicana de la compañía, facturó en el primer semestre de este año 1,7 millones de euros, lo que representó un crecimiento del 15% frente al mismo periodo del año pasado. Ya en 2016, el mercado azteca contribuyó con 2,9 millones a los ingresos totales del grupo, que ascendieron a 9 millones.
Antonio Gayo, presidente de Asenga, reconoce que la caída del tipo de cambio provocada por la renegociación del TLCAN les afecta “y mucho”. En el transcurso de este año, la cantidad de pesos que los mexicanos necesitan para comprar un dólar ha subido de 16 a 19,5 unidades. La pérdida de valor de la moneda ha favorecido a los exportadores y a las familias que reciben remesas del exterior, pero perjudicado a importadores como Sibalog. Sin embargo, “la competencia también lo sufre y hemos sabido gestionarlo”, aclara Gayo.
El ejecutivo precisó que más que contratar seguros de tipo de cambio, la compañía ha capeado la depreciación negociando con sus clientes y proveedores contratos a largo plazo. “No hemos ido a México para estar dos o tres años, sino para quedarnos. La solvencia de la empresa también nos ha dado estabilidad”, puntualiza.
Asenga constituyó Sibalog en junio de 2015 en sociedad con un empresario local, ya que “así toma menos tiempo conocer el país y se avanza mucho más rápido”. El grupo escogió este mercado para su primer proyecto internacional por la cercanía cultural.
La operación es una muestra también de que el atractivo de este mercado de 128 millones de hispanohablantes es más fuerte que cualquier coyuntura económica. La inversión española en México creció en la primera mitad de este año a 453 millones de euros, desde los 250,8 del periodo comparable de 2016, según la Secretaría de Estado de Comercio.
Las cifras
1,7 millones de euros facturó la filial mexicana de Asenga en la primera mitad de este año, un 15% más.
9,2 millones ingresó la compañía en 2016, de los que 2,9 correspondieron a su operación en el país norteamericano.
1,5 millones de euros invirtió la empresa en la construcción de su almacén de 6.000 m2 en Getafe.
Justamente, el interés de BBVA, al que Asenga presta servicios en España, de trabajar con el mismo proveedor de material de oficina en México fue determinante para que el grupo se animase a entrar en el país norteamericano, además de la búsqueda de márgenes de ganancia más altos, difíciles de lograr en mercados maduros como los europeos.
Asenga, que fue fundada hace 75 años por el padre de Antonio, Ceferino Gayo, y Leopoldo Ascencio, empezó como una papelería de barrio en la calle Hermosilla de Madrid. En los cincuenta contrataron agentes comerciales para suministrar a empresas y en los sesenta incorporaron el servicio de imprenta y artes gráficas.
El salto cualitativo lo dieron en 1996, cuando adquirieron una nave de 2.200 metros cuadrados en San Sebastián de los Reyes para ocuparse del almacenamiento y distribución de las mercancías. De este modo, sus clientes pueden ahorrar en control de stock, facturas y albaranes.
En 2009 afianzaron este cambio de modelo con la inversión de 1,5 millones de euros en la construcción de un moderno almacén de 6.000 metros cuadrados en Getafe para prestar servicios a compañías como BBVA, Allianz Seguros, Johnson & Johnson o Quirón Salud.
El centro logístico está equipado con un armario vertical con capacidad para almacenar de manera clasificada el equivalente en mercancías a la carga de 10 tráileres. “Está relleno de 400 bandejas de diferentes alturas que se comunican de manera informatizada con los sistemas del almacén. Cada vez que recibimos un pedido, damos la orden a un robot para que llame a la bandeja donde se encuentra el producto y lo ubique en la puerta de salida”, explica.
Gayo descarta que, en su caso, la robotización de los procesos haya destruido empleo. Al contrario, defiende que la tecnología les ha permitido atender a muchos más clientes, obligándolos a contratar más personal. El grupo tiene 80 empleados en Ciudad de México, donde se encuentra su centro logístico, y 40 en Madrid.
Aunque el almacén de Sibalog, de 5.500 metros cuadrados, no cuenta todavía con estos automatismos, la firma tiene previsto para 2018 renovar sus sistemas informáticos. Asenga sopesa también abrir una segunda filial, para lo que evalúa opciones en Colombia, Chile y Perú.