La gran banca española asegura que ya dispone del nuevo colchón de seguridad exigido por Bruselas
Bruselas calcula que el sector europeo necesitará 117.000 millones de euros para cubrir los nuevos objetivos Santander, BBVA, La Caixa, Bankia y Sabadell no se consideran afectados por esa derrama
Las grandes entidades financieras de España aseguran que ya están en condiciones de cumplir con los objetivos de recursos anticrisis que la Unión Europea tiene previsto fijar para cada entidad durante el primer trimestre de 2018.
El nuevo colchón de seguridad provocará unas necesidades de recursos de 117.000 millones de euros en la banca europea, según las primeras estimaciones de la Junta Única de Resolución (JUR), el órgano encargado de velar por la liquidación ordenada de las entidades en dificultades.
Fuentes financieras han asegurado a CincoDías que los cinco mayores bancos españoles, Santander, BBVA, Caixa, Bankia y Sabadell, ya disponen de los instrumentos necesarios para cubrir los requisitos que les marcará la JUR en base al nuevo baremo de seguridad, conocido por sus siglas en inglés MREL (Minimun Requirement for own funds and Eligible Liabilities).
Fuentes comunitarias reconocen que los nuevos requisitos se están elaborando en concertación con la industria y que las consultas con las entidades son continuas. Es muy factible, por tanto, que los bancos españoles, como los del resto de la unión bancaria, dispongan ya de información fehaciente sobre las exigencias que afrontarán a partir del año que viene y las posibilidades con que cuentan ya para satisfacerlas.
El objetivo mínimo para todo el sector es de un 8% del total de pasivos y fondos propios de cada entidad. Pero la JUR ha anunciado su intención de marcar objetivos mucho más elevados en función del perfil de cada entidad, que serán de obligatorio cumplimento para los bancos de mayor envergadura y orientativos para el resto.
El primer muestreo para comprobar la situación, realizado entre 76 entidades que representan el 80% de los activos del sector bajo tutela de la JUR, ha fijado un objetivo medio del 26%. Y ha revelado unas carencias que suman 117.000 millones de euros entre las entidades con objetivo obligatorio y las que lo tendrán orientativo.
Fuentes financieras auguran que, finalmente, los objetivos resultarán vinculantes para todo el sector porque el mercado deseará conocer el nivel de MREL de cada entidad y forzará, con toda probabilidad, que se cumpla con el umbral planteado por la autoridad europea de resolución.
El MREL se podrá cubrir, además de con el capital regulatorio de la entidad, con instrumentos que sean reconocidos por las autoridades de resolución, como deuda sénior y júnior o depósitos no protegidos a largo plazo.
La JUR concederá a cada banco un plazo preciso para cubrir sus necesidades, que oscilará entre 0 y cuatro años. El organismo asegura que durante la fase de transición no hará públicos los objetivos fijados a cada entidad. Pero no descarta forzar a los bancos a revelar los instrumentos de los que disponen para cumplir con el MREL.
Fuentes financieras dan por seguro su cumplimiento por parte de Santander porque ya estaba obligado a cumplir con los requisitos fijados a nivel global para los bancos sistémicos. Ese baremo, conocido como TLAC (Total loss absorbing capacity), persigue el mismo objetivo que el MREL, aunque su método de cálculo varía ligeramente. Santander, como el resto de bancos sistémicos, deberá contar en 2019 con un colchón equivalente al 16% de sus activos ponderados por riesgo y un 6% de ratio de apalancamiento. En 2022, ambos umbrales serán del 18% y 6,75%, respectivamente.
BBVA y del Sabadell se muestran a la espera de que la JUR fije los objetivos concretos. Pero fuentes financieras indican que ambas entidades se muestran convencidas de que lo tienen cubierto o a punto de hacerlo, cuando aún faltan varios meses para que se inicie la cuenta atrás.
Los dos bancos, aseguran esas fuentes, ya cumple los niveles de capital, tanto de Tier 1 (máxima calidad) como de Tier 2 y ambos suman para el MREL. Por lo demás, no tienen previsto aumentar su financiación mayorista, pero sí modificar su composición, para reemplazar los vencimientos de los próximos años por instrumentos elegibles en concepto de MREL.
Uno de esos nuevos instrumentos, que esperan utilizar las entidades españolas, es la llamada deuda sénior non prefered, más barata de emitir porque, en caso de pérdidas, está casi a la cola en el orden de prelación.
BBVA, por ejemplo, ya ha cubierto las emisiones previstas para este año, con una colocación den agosto de 1.500 millones de euros en deuda sénior non prefered. Y en 2018 espera colocar entre 2.500 y 3.500 millones de euros de ese mismo tipo de deuda, en sustitución de otro tipo de emisiones que vayan expirando.
En el caso de Sabadell, se estima que podría emitir entre 2.000 y 3.000 millones de euros de deuda sénior non prefered.
La Caixa ya ha emitido 1.250 millones de euros de deuda sénior non prefered, con el objetivo, precisamente, de adelantarse a los futuros objetivos de MREL. La entidad catalana también observa con tranquilidad las futuras exigencias de la JUR y mantiene un programa de emisiones calibrado para cumplir con los objetivos que se fijen.